El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
lunes, 3 de diciembre de 2012
El actor también come
Ser actor canario es una actividad que consiste en irte a Madrid a trabajar en el McDonald´s, compartir piso y, después, si hay tiempo, en algún huequito libre presentarte a uno o dos castings.
La emigración artística es una realidad, pero no es menos real que ese sueño que se persigue es casi una utopía.
¿Por qué se van los actores? ¿qué les hace meterse en un avión dejando atrás las cálidas playas canarias a cambio del frío peninsular?
Si se quedaran aquí rodarían de cuatro a cinco cortos al año, y allí, con suerte, conseguirán hacer de figurante en alguna serie.
Y eso era antes, que ahora con la crisis y los recortes en cultura...
Claro que por esa figuración están remunerados, mientras que por los cinco cortos hechos en Canarias no iban a ver un duro.
Aunque si echamos cuentas, pagar allí un piso es mucho más caro que aquí. así que no sé hasta que punto es rentable.
Supongo que están pagando por "la posibilidad", esa misma posibilidad que en estas tierras bañadas por el océano ni tan siquiera existe. No hay industria, y sin industria no existe el afán de lucro, y por extensión, la remuneración.
Aquí, en el fondo, somos cuatro amigos haciendo cine entre amigos para que lo vean los amigos. Nos lo tomamos en serio, eso sí, con una profesionalidad que trata de enmascarar la inexistencia de esa industria que tanto anhelamos.
Aquí, en Canarias, hay muy pocas opciones. Hay una serie de televisión en la que intentar meterte mientras que en Madrid puede que haya veinte o treinta. Sí, vale, pero allí son miles los actores venidos de todas partes de España los que se presentan a los castings, mientras que aquí son sólo cuatro gatos.
Si quieren calcularlo con la ley de probabilidades en la mano allá ustedes. Yo no estoy por la labor.
Hay voces que dicen que no es éste el mejor momento como para lanzarse a la aventura, que "con la que está cayendo"...
...pero entonces ¿cuándo?
El mejor momento no depende del exterior, ni de la prima de riesgo ni del ibex 35.
El mejor momento es cuando se tienen veinte años.
Hay actores que han preferido quedarse, que piensan que luchar por hacerse un nombre primero en tu tierra es la mejor llave para abrirse las puertas de la industria, y que no ven necesario ese exilio voluntario.
Hay otros actores que se han ido y los hemos visto espisódicos en alguna serie de éxito.
Hay otros que se fueron y han vuelto.
Y hay otros que siguen sirviendo hamburguesas en la Gran Vía, esperando su oportunidad.
De hecho, hay grandes talentos tristemente desperdiciados en la comida rápida madrileña.