sábado, 2 de diciembre de 2017

...¿y lo que nos reíamos?

   
   Hace mas de 15 años todo esto era divertido.
Una cámara Hi8 de esas pequeñas que usas para grabar tus vacaciones, un micro de ordenador pegado con cinta a un palo de fregona... y lo que nos reíamos.

Después lo editabas en tu ordenador y lo veías con tus amigos tomándote unas birras... y lo que nos reíamos.

Después, en un proyecto con Betacam Digital que en ese momento era la hostia y pértiga de fibra de carbono y senheisser, viví una mala experiencia con un productor, y desde entonces me prometí a mi mismo que no volvería a vivir malas experiencias como aquella, con productores... porque no nos reíamos.

La cosa mejoró entonces.
La Sony 170 aquella que era la hostia para aquel entonces, y un micro que alquilábamos cuando íbamos a rodar. 
Lo editaba en mi ordenador y lo proyectábamos en el Aula de Cine o en el Cicca... y lo que nos reíamos.

A aquello le siguieron muchos proyectos, algunos mas ambiciosos, con mas o menos dinero, pero siempre con la honestidad por delante.
Cuando el presupuesto era 0, pues era 0. Y lo hacíamos entre amigos... y lo que nos reíamos.
Y cuando el presupuesto eran 600, 1000 o 7000 que salían de  mi bolsillo, de todas formas lo seguíamos haciendo entre amigos.
Cuando se podía pagar, se pagaba, y cuando no se podía, se decía claramente antes de empezar, y el que quería se quedaba y el que no, se iba.
Honestidad, trasparencia y pasión... y siempre salía bien.
Al final teníamos un corto, que editaba yo en mi casa... y lo que nos reíamos.

Pero claro... la inercia te lleva a algo mas.
Y palabras como subvención, RedOne, productores, presupuesto, balance, resonaban en la cabeza.
Muy bonito sí... pero era a cambio de vender tu esencia.
Ya no lo controlabas tú todo, ya no editabas en tu casa, ya no dependía de ti, no controlabas la producción ni lo que cobraba o no tu equipo. 
Ya no era entre amigos... y ya no nos reímos tanto...

Y si algo que haces en la vida no te divierte, sino que te dan ganas de pegarte un tiro, es que te estás equivocando en algo.

Vuelve a los orígenes, al Hi8, al micro de ordenador en el palo de fregona, y volverás a reir...