martes, 31 de enero de 2012

Nada que añadir.

SURVIVING PREMIERE


  La última vez que estrené un corto casi me muero. 
   No es una metáfora; casi me muero de verdad, literalmente.
   Después de aquella proyección en el TEA, me ingresaron y me vaciaron medio estómago. Y lo curioso es que no fue una mala noche.
   Estrené mi corto ante un público interesante, tomamos unas cañas con amigos, e hice el amor con la persona amada.

   Cine y amor, dos de mis tres grandes pasiones. ¿Se puede pedir más?

   Mas tarde, en la camilla de operaciones, la anestesia te secuestra los sentidos. No sueñas, ni pesadillas ni sueños agradables. Simplemente, "no estás"...
   Así que pensé que tampoco era una mala manera de salir por patas de este mundo: Una noche de cine, amor y cañas, y adiós muy buenas.
   Además, así quizás pasaría a la historia del cine canario: "joven (?) realizador muere tras estrenar su última película". Hasta mis enemigos dirían aquello de "todo el mundo es bueno... después".

   Pero sobreviví a aquel estreno. Y la vida me empujó de nuevo tras la cámara, en busca del plano perdido, del sueño perdido, o no sé bien de el qué perdido...


Y "Después del último plano" bien que podría ser también mi última película ¿quién sabe?
   Lo cierto es que no sería tampoco mala forma de terminar con esta absurda actividad terrenal que llamamos "hacer cine". 
Despedirme con ésta y entrar a hombros y por la puerta grande en el infierno, que seguro que tiene unas localizaciones cojonudas.

   Y es que después de "...el último plano", poco hay ya que añadir. Nada más que declarar. En ésta digo lo que pienso, y lo que siento, y quizás por eso la siento mía, más mía que las otras que he rodado.
   Incluso me he permitido en esta ocasión aquel pecado onanista de añadir en los créditos aquello de "Un cortometraje DE Daniel León Lacave"; que me perdonen mis amigos... desde aquí me disculpo anticipadamente por semejante alarde egocéntrico del que siempre he tratado de huir en mis trabajos anteriores.

   "Después del último plano" es... bueno, es un post en Facebook, un tweet, una entrada de blog, un comentario en "El Escobillón"... 

   Así que espero sobrevivir a su estreno, y en la butaca disfrutar de mi comentario sin dar lugar a réplica, al estilo de los tertulianos virtuales que sueltan su retahíla, se quedan a gusto diciendo lo que piensan, y terminan con un "y ya lo dejo, me voy que tengo la leche en el fuego".

   Sí, Sé que esta vez no haré el amor con la persona amada tras la proyección, pero... no se puede tener todo.

domingo, 22 de enero de 2012

En la barriga de la ballena

BORJA TEXEIRA, ACTOR Y DIRECTOR, RUEDA SU SEGUNDO CORTOMETRAJE. ALLÍ ESTUVIMOS...

Foto: Paco Marrero

   Eran las siete de la mañana cuando crucé el Parque San Telmo hacia la estación de guaguas. Como apenas había dormido una par de horas, la realidad que me envolvía me parecía a 50 frames por segundo. 
    La oscuridad de la noche en la avenida marítima comenzaba a rasgarse tras unas nubes que empezaban a clarear tímidamente.


   Los coches de producción nos llevaron primero a la localización previamente escogida. ¿dónde? Yo que sé, pa´allá arriba, en el quinto pino en la montaña. Llegamos, pero el frío se te metía en los huesos y la niebla era impenetrable. No se veía "ná". Imposible rodar allí...


   ¿Qué hacemos... qué hacemos?
   -Lo bueno de este guión es que podemos rodarlo en cualquier sitio-
   Alguien se acordó, creo que fue Rubén de producción: Salinetas, "la ballena", esa nave industrial a medio hacer abandonada.
   -Ese sitio es cojonudo- exclamé yo, que ya lo conocía de una jornada de localización años atrás.


   La llaman la ballena, porque sus pilares en arco dan la sensación de estar dentro del esqueleto de una ballena.


   Pues venga... "al turrón" dije yo en calidad de ayudante de dirección.


   Nayra y Borja (que dirigía y actuaba como Orson Welles) a vestuario, mientras el equipo de cámara  (Paco Marrero era el equipo de cámara) tomaba planos recursos de esos cojonudos.


   Planning, story...y a tirar planos. El sol se movía rápido, arrinconándonos cada vez más a la zona de sombra, como los vampiros de la entrevista.


   Wansy controlaba las armas, Helena anotaba planos en su listado, Mónica, pértiga en ristre, se cagaba en la música que provenía de un taller cercano.


   Y poco más que contarles.
   "El duelo", segundo cortometraje de mi amigo Borja Texeira, (que vuelve a ponerse tras la cámara después de seis años, desde la excelente y mínima "basado en alguna historia real") constituye un homenaje en toda regla. Homenaje al western, a Leone, al cine negro, al cine en general...


   Les esperamos en el cine.

domingo, 15 de enero de 2012

En estado de gracia

CUANDO EL CINE LEVE HABLA DE CINE LEVE...
   Un Sábado por la mañana, a eso de las nueve. Un pequeño grupo de "indigentes culturales" toman por asalto la oblicua plaza de Perojo de la capital grancanaria.


   Apenas siete personas, pertrechadas con cámara, trípode, pértiga y un panelito reflector (por aquello de dar un rellenito allí dónde haga falta).


   ¿Sus nombres? Los habituales, claro ¿quién si no?


-¿dónde va el primer tiro?- De aquí hacia allá- Tenemos el sol de espaldas...


-Una duda... ¿este plano...?- Así, de abajo arriba- te gusta más un contrapicado que comer...-


   Un guión que llevaba un par de años dormido en el ordenador. Una actriz maravillosa, con las ganas y la convincente capacidad de hacérmelo rescatar de su letargo virtual. Un actor impresionante, con la facilidad de improvisación y de dar vida propia a unas palabras que, quizás sobre el papel, hubieran adolecido de sentido. Dos intérpretes, vámos, en estado de gracia.


   Un equipo entregado, mínimo en cantidad, infinito en calidad.
   Algunas ausencias, imponderables... lástima. 
Y otras caras nuevas, bien. Pero en conjunto, los mismos, esos que se apuntan a tu bombardeo.


   Nada que declarar. El sol nos respetó, mas o menos, asomándose tras el filtro de las nubes. Algunos mirones... es lo que tiene rodar en la calle... pizza y sandwiches (esta vez no había para más).
   
   Terminar a las seis, que a las siete me tengo que ir a currar...


   Y poco más, poco más... ¡ah sí! ¿la historia?
   Pues muy nuestra, de los que hacemos cine, o de los que queremos hacerlo, o de los que ya no queremos hacerlo. Demasiado cercana, demasiado dolorosa.



   Un relato sobre eso que llamamos "el estado de gracia"... y que ya no sé donde demonios está, ni siquiera si estuvo alguna vez.


   

lunes, 2 de enero de 2012

Devuélveme lo exigido




"Si pago, puedo exigir, si pago puedo exigir"
   Esta frase se escucha con frecuencia (quizás no tanto) en algunos rodajes de andar por casa. Y resulta curiosa. 
   ¿qué quiere decir? ¿A que viene?


   Ciertamente nos hemos acostumbrado a que en los rodajes de cortometrajes nadie (o casi nadie) cobre por su trabajo, y el que lo hace, lo hace de manera simbólica.
   Esto no es sólo referente al "corto canario". En todas partes del mundo sucede lo mismo. Es el cortometraje como concepto, como obra que, por sus características, y por la situación del mercado, no persigue ningún afán de lucro, ya que es muy difícil recuperar la inversión. Nunca verás a nadie trabajando gratis en publicidad, ya que hay un ánimo de lucro detrás, mientras que en los cortos, simplemente, no.


   Por ello. los cortos se entienden como un medio para llegar al largo, donde "ahí sí que hay distribución y dinero", o para los más románticos, una pieza artística sin mas afán que el rodar por rodar.


   Entonces, cuando en un cortometraje de esta índole, por hache, por be, o por subvención pública, alguien paga a alguien, es cuando escuchamos la frasecita "Si pago, puedo exigir".


   Tenemos tan asumido el carácter altruista del profesional en el terreno del corto, que esta frase nos parece normal, cuando no lo es.
   Si yo, como profesional, me embarco en un proyecto, es para hacerlo lo mejor posible con los medios que la producción ponga a mi alcance. 
   No tiene sentido, una vez en el set de rodaje, tomar una opción u otra dependiendo de si estoy allí cobrando o no.
   Porque si así fuera ¿Qué deberíamos hacer? ¿aplicar una tabla de cometidos de mayor a menor calidad dependiendo de si cobro más o menos?


   Yo lo haré lo mejor que sé, porque una vez he aceptado entrar en un proyecto, he aceptado las condiciones previas. Siempre podré no aceptarlas y no embarcarme si no me convencen.


   Ahora bien, y aquí viene el tema... si me dices la frase de marras, exigiéndome porque me estás pagando, mas te valiera tener vergüenza y pagarme realmente, porque después del último corten del último plano, tu frase suele cambiarse a "Bueno, ya si eso te llamo la semana que viene, o la otra... y ya hablamos de pagarte"...


   La semana que viene, normalmente, no me coges el teléfono, ni contestas a mis e-mails. Te haces el "longuis", vamos...
   Es entonces cuando la frase se vuelve reversible: "Si me puedes exigir, págame".
   Porque yo estuve allí puntualmente, a la siete de la mañana en la citación, y cumplí con lo que tú me exigías mientras se te llenaba la boca con tu frase favorita. Así que ahora no te escondas, o devuélveme mi esfuerzo y mi trabajo.
   Devuélveme lo exigido.


   Y no crean que esto es inherente únicamente al sector audiovisual. Lo cierto es que es aplicable a todos los ámbitos laborables. 
   Hay una empresa, en cuyo nombre prefiero cagarme, que aún me debe dinero desde Agosto.


   ¿Y saben porqué? Porque a fin de cuentas, el que paga, sea productor de cine, o la administración pública, o dueño de una cafetería, es simplemente, un empresario. Y va en su naturaleza el ahorrarse dinero a costa del trabajador, el retrasar los pagos lo más posible, el tratar de pagarte menos con cualquier excusa. Y el que se queda con dinero de otro, recibe un nombre...
   
Sí, ya sé, ya sé, en los tiempos que corren, lo que antes se llamaba robar, ahora se llama "flexibilidad laboral"...
   Y el sistema está montado de tal forma para que te salga mas caro reclamar la deuda que dejar correr el tema.


   Sí, vivimos en un mundo de mercaderes, pero ¿es que nadie va a expulsarlos del templo?