1- Interior. Día. Barco.
Ulises se despierta. La voz de la megafonía le avisa: Señores pasajeros: les comunicamos que hemos iniciado la maniobra de atraque en el muelle de Santa Cruz de Tenerife.
Ulises se despereza. Alcanza a oír la conversación a medias que un pasajero mantiene con el camarero.
-...no hubo ningún acertante del premio máximo, así que...-
"A seguir buscando trabajo" piensa Ulises, que se había jugado veinte euritos en ese sorteo.
¿Pero que vine yo a hacer a Tenerife?... Ah sí, presentar mi corto en el TEA. Esta noche a las ocho.
2- Interior. Día. Habitación de Hotel.
Ulises de despierta. El ventilador gira en el techo. "Que guay, como en Apocalypse Now".
Ulises no puede evitar mirar en el cajón de la mesilla, como Guy Pearce en "Memento". A lo mejor hay un arma, como en la peli.
Pero no. Allí está la biografía de Kubric. Ulises siempre la lleva cuando viaja, aunque casi nunca la lee, por falta de tiempo.
Una ducha, un cambio de ropa, una parada para comer algo y para el TEA que ya son las siete.
Hay que hacer la prueba de proyección, para luego arrojar la obra a las fieras.
Después de la prueba, caras conocidas, sonrisas. Se acaba la soledad del viajante. Josep, Iván, Fátima, Elena, Verónica, José Alberto. Lamberto, el actor del corto también está allí. Ulises le pide que presente el corto con él, y éste acepta a regañadientes.
La sala no está llena, pero es que Ulises juega fuera de casa. ¿cincuenta espectadores es mucho o poco?
La sesión se acaba. Unos felicitan a Ulises, otros salen por patas para no tener que cagarse en su madre.
Después, parada obligada en la Plaza del Guimerá, en ese sitio que nunca tiene nada de comer ¿Por qué siempre venimos aquí, si nunca hay ni pan?
Y se supone que ya está. Ulises debe volver al día siguiente a Gran Canaria. Mañana es el estreno en el Monopol...
3- Interior. Sala de Hospital. Madrugada.
Ulises abre los ojos.
¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me duele todo?
Ah sí. El colón ascendente, el Ileon, el apéndice y no se qué mas...
Ulises sabe que ya "es el día siguiente", que se perdió su propio estreno en el Monopol. ¿Se habrá llenado la sala? ¿Habrá gustado?... chute de morfina...
Ulises mira a su alrededor... inclinado sobre él está Penélope.
Penélope no se ha separado de él desde que comenzó el dolor, y sabe, como en un flashforward, que no lo hará. Sabe que le acompañará y le cuidará en los próximos diez días durante su convalecencia.
Y es que, a veces, Ulises, hijo mío, las Penélopes no aguardan en el origen, sino que te esperan en los destinos. ¿No lo ves?... ¿no? pues despierta.