lunes, 17 de octubre de 2016

Los tres días de Hendaia

    
   Hendaia, para el que no lo conozca, es un pequeño pueblo del País Vasco Francés en la misma frontera con Euskadi.
   Además de vivir del turismo durante el verano gracias a una hermosa y extensa playa, pues esta pequeña localidad de apenas 15.000 habitantes disfruta en Octubre de un magnífico Festival Internacional de Cine que logra reunir durante tres días a una treintena de cortometrajes procedentes de todos los puntos del planeta.

En la playa de Hendaia, flanqueada por las dos rocas gemelas.


   Y allí fuímos tres canarios, mi amigo Lamberto Guerra, yo e Íñigo Franco , dos canariones y un burgalés de corazón lanzaroteño, con nuestras tres humildes obras de cine leve bajo el brazo. Un cine leve que a fuerza de resistir por necesidad ha perseverado por convicción.

Íñigo Franco, Ángela Mejías, Lamberto Guerra y Philppe Herbet


   Lo primero que aprecias al llegar allí, aparte de que en vez del "cumpleaños feliz" cantan el "Zorionak" (... zorionak,  zorionak... la la la la... dios sácamela de la cabeza), es el calor humano sobre el que está basada toda la filosofía del Festival.

   Allí almorzábamos, cenábamos, íbamos y veníamos todos juntos, sin clases ni elitismos. Daba igual que fueras realizador de la sección internacional, miembro del jurado, voluntario, directora del festival, runner o que fueras de allí mismo de Hendaia o vinieras de la China. Todos juntos a todo, a las exposiciones, las proyecciones, los cócteles, las charlas etc etc. 

Lamberto Guerra y Margarita Saad, miembro del jurado


   Nada de eso a lo que estamos acostumbrados en otros festivales en los que, a los que son de la ciudad donde se celebra, no les dan ni siquiera vales de comida para que puedan relacionarse con los que vienen de fuera. Nada, que se vayan a comer a sus casas que para eso son de aquí ¿no?...

   Y todo gracias al empuje y la fuerza de la directora del festival Ángela Mejías.
Ángela es una extremeña de nacimiento y de corazón internacional cuya mera persencia en la gala de inaguración bastó para que el público se pusiera en pie para ovacionarla.

Ángela Mejías , directora del festival


   A mi, Ángela, con sus 1,55 de estatura, me lleva a pensar inevitablemente en un David que vence a un Goliath pero sin necesidad de piedras ni de hondas, sino con la fuerza de la palabra.
   De hecho, durante la inaguración del festival, mientras el Alcalde de Hendaia soltaba su discurso en francés sobre el escenario, Ángela se apoderó del micro para soltar en un español materno: "El alcalde acaba de decir algo que no me ha gustado nada" para continuar con una bronca en francés de la que apenas entendí muy poco, pero que ni falta que me hacía porque la caña que le estaba dando era evidente en el rostro del alcalde.

¿Cómo no enamorarte de alguien así? De una directora de un festival internacional que va dándote abrazos cada vez que se cruza contigo, que se acerca para preguntarte si todo está bien y si necesitas algo cada dos por tres... (igualito que los directores de otros festivales internacionales, oye)...

   Las proyecciones tenían lugar en el Cinéma Les Variétés, una edificio de casi un siglo de antigüedad que te recuerda inevitablemente al film Cinema Paradiso, y que, según me contó un comerciante donostiarra de la zona al que le compré un paraguas, es un cine que sobrevivió en los años 70 gracias a los españoles que cruzaban la frontera para ver películas eróticas, prohibidas en nuestro país.

-¿Pero ese cine sigue abierto? Si la última vez que yo fuí fue en el 72 a ver "El último tango en París"...-

Cinéma Les Variétés , Hendaia


   El nivel de calidad de los cortos era altísimo. Films franceces, serbios, hindús, rusos, estadounidenses, de Colombia, Mexico, España y nosotros tres con nuestros cortitos leves en representación de las Islas Canarias.

   Nuestros cortos, "Nadie" (allí la tradujeron por "Personne"), "Nice Song" y "En el Banco" gustaron a muchos, y no gustaron a otros, como es lógico. Pero lo cierto es que el hecho de que tu cortito leve, realizado desde la carencia y casi la indigencia cultural, pase el corte de una selección de treinta títulos de entre mas de 800 pues es ya un premio en si mismo.
  Y hablando de premios, pues no,  no nos trajimos ninguno de los premios para Canarias, pero es que repito que aquello no iba de premios sino de calor humano, de ver mucho y muy variado cine, de comer y beber hasta no poder mas (Dios mio), y sobre todo, de conocer gente interesante.

Allí había de todo.
Philipe Herbert, fotógrafo belga que inaguró una magnífica exposición de fotografías donde alternaba retratos femeninos con naturalezas muertas, todo de una belleza a veces expresionista y otras veces impresionista, pero siempre impresionante.

Philippe Herbet


   Tupac Pinilla, documentalista cubano que presentó fuera de concurso "Otra pelea cubana contra los demonios y el mar" un espléndido documental sobre un pequeño pueblo cubano de pescadores azotado por los ciclones y por la desaparición de la tradición pesquera entre los jóvenes del pueblo.
Un documental altamente recomendable que espero que algún día pueda verse en nuestras tierras... (seguiremos esperando...)

A la izquierda Edouard Manet, presidente de honor del Hendaia Film Festival y a la derecha Tupac Pinilla


Viktoria Videnina, realizadora y productora franco-ucraniana, directora de "Madres libres" un socialmente comprometido cortometraje sobre la triste Ley del Aborto de nuestro Gallardón. Todo un huracán la muchacha.

Cécile Ragot, realizadora francesa afincada en Nueva York que presentó "Not pizza order" un pequeño, casi mínimo pero muy potente cortometraje sobre la violencia de género. No se puede contar mas ni ser mas profundo en apenas dos minutos.

De Izqu. a Derch: Un servidor , Cécile Ragot, Viktoria Videnina y Lamberto Guerra


Edouard Manet, nieto del pintor del mismo nombre, y presidente de honor del Festival, quien cada vez que se cruzaba conmigo me decía cariñosamente: "Aquí está el hombre que amaba a Sylvia Sidney", a raíz de una apasionante conversación que habíamos tenido durante uno de los copiosos almuerzos.

Nani Matos, realizador gallego de "Lurna" un contundente cortometraje de ficción sobre el drama humano de la inmigración, que justamente recibió el premio a la mejor interpretación femenina para la actriz Diaryatou Daffen el papel de una inmigrante ilegal obligada a prostituirse en España por las mafias del Este.

Nani Matos, feliz con su merecido premio


   Axier Salazar, director y guionista vasco que arrasó en los premios de la sección vasca con su "Dantzariak", cortometraje que gira en torno al la reconciliación entre víctimas y terroristas. Una persona con la que no pude parar de reirme. Energía incontenible y buen humor sin límite. Un crack.

Lamberto Guerra, Axier Salazar, un servidor y Nani Matos


   Podría seguir nombrando personas maravillosas, los camareros del "Mikel" ("vamos, mas comida para los canarios"), Nathalie, voluntaria que nos llevo a Bilbao a coger el avión el último día y pasó el día con nosotros, junto con dos colegas de la asociación vasca de guionistas, callejeando por Bilbao hasta la hora del vuelo en un gesto de amabilidad sin precedentes (mil millones de gracias)...pero necesitaría diez posts como este... 

Nathalie en Bilbao, haciendo tiempo para llevarnos al aeropuerto
 

¿Conclusiones? Pues mira...
Por un lado he decir que me encantó apreciar en el festival ese compromiso social y político que buena falta nos hace en estos tiempos. Un festival comprometido con las minorias y con el contenido social y de denuncia.

Por otro lado, me resultó curioso que a pesar de ese marcado carácter social en la filosofía del certamen, los premios gordos recayeran casi todos en películas de comedia y de potente producción, magnificamente acabadas, pero sin ese contenido social y de defensa de las minorías que proclama la declaración de principios del festival. Yo apostaba por las películas de Viktoria Videnina o la de Nani Matos, de un potente discurso de denuncia social, o incluso por "Tunisia 2045" un realmente potente cortometraje de Ted Hardy Carnac, que a mi juicio era de lo mejorcito del panorama. Pero finalmente se optó por premiar dos comedias muy divertidas con poco o nada de contenido social.

   Así todo, incluso de esto puedo sacar una lectura positiva, porque, a mi juicio, viene a demostrar que existe una independencia real y sana entre el Jurado que premia y el Comité que selecciona. Y eso es bueno creo yo... (Igualito que en otros festivales, oye...).

   Que en Europa y en el mundo se está haciendo un tipo de cine narrativo no necesariamente comercial, que ocupa un lugar en el espectro cinematográfico mas allá de un cine críptico y abstracto y mas acá del puro producto industrial. Que ese cine también existe y reivindica su espacio, aunque en esta ocasión concreta el jurado no optara por premiar lo indie y lo mínimo.

   Y por último, me van a premitir que me quede con una reflexión que me hizo Ángela Mejías, la directora del festival, durante el cóctel de clausura (Dios, mas comida no que ya no puedo), después del abrazo cariñoso y del ¿Todo está bien? ¿necesitas algo?.

   Ángela vio la sonrisa y la felicidad en las caras, sí ,de los premiados, pero también en la de los No Premiados, y me dijo: "¿Sabes? Ése es mi premio".