domingo, 20 de octubre de 2013

El cine que mamamos de pequeños

   
Hoy, con 40 años, he vuelto a ver "Conspiración de silencio", la de Sturges,
   La vi cuando era pequeño. no sé, tendría yo siete u ocho años. Recuerdo que mi padre me dijo: "En esa peli sale Spencer Tracy, es manco, que le falta un brazo vamos, pero manco y todo, no veas la hostias como panes que suelta".
    Es probable que la viera por eso... o quizás fuera porque de pequeño o veías ésa o no veías ninguna, ya que la oferta televisiva se limitaba a una película al día.

   Seguro que los que ronden hoy mi edad recordarán aquellos "Sábado cine" o "sesión de tarde"...

   Bueno. Pues revisitando hoy aquellas cintas clásicas que uno vio de pequeño, como "Eva al desnudo" o "Rebeca", me he dado cuenta de que era imposible que a esa edad entendiera sus argumentos y mensajes.

   Y sin embargo, las vi, hasta el final, de cabo a rabo.
   Toda aquella información se grabó en nuestro subsconsciente, y aunque no pudiéramos asimilar realmente su contenido, creo que contribuyó a que mi generación asumiera una base cinematográfica referencial.

   Hasta que llegó el video, VHS , Beta, videoclubs, películas de ninjas, de karatekas que daban hostias con los dos brazos intactos, contra los que nada podía el manco de Spencer Tracy.

   De pronto ya nadie quería ver el "Rebeca" de Hitchcock, que tanto habíamos esperado frente al televisor para verla en los setenta y principios de los ochentas. De pronto eran películas viejunas en blanco y negro, de chinos y rollos, que ya no interesaban a nadie.

   Las generaciones posteriores mamaron otro cine, a la carta, donde lo que no te gustaba podía ser sustituído rápidamente por otra cosa con un simple click del mando a distancia.

Yo, que quieren que les diga, me sigo quedando con Spencer Tracy.