viernes, 24 de enero de 2014

La fortaleza de segunda mano

    

   
   No sé si han entrado últimamente en algún establecimiento de esos en los que venden dvd´s de segunda mano, tipo Daily Price.
   Yo últimamente voy bastante. Lo interesante de estos sitios es que de un tiempo a esta parte, puedes adquirir allí prácticamente cualquier título, por descatalogado que éste se encuentre, títulos que ya no consigues en las secciones de cine de la Fnac o El Corte Inglés.

   Y esto creo yo que es consecuencia de la crisis.
Sí, ya sé que los Daily Price han existido siempre, desde antes de la crisis, pero si se fijan, sus estantes están ahora mas repletos de títulos y copias que nunca.

   Y me resulta a veces muy triste entrar allí y ver tantas películas de segunda mano, porque pienso, primero, que algún día pertenecieron a alguien, alguien que las compró, para verlas y guardarlas, o para regalárselas a otro alguien, y ahora, por la crisis, han tenido que malvenderlas.
   Y es doblemente triste cuando piensas que, en estos momentos de necesidad económica, en los que la gente se desprende de lo que considera superfluo, ver en los estantes al halcón maltés, o al increible hombre menguante, es darte cuenta de que hoy en día resultan suprefluos y eso es algo que me resulta bastante deprimente.

   Así que ayer, como cada jueves, me acerqué al Daily Price nada mas entrar me invadió esa sensación de la que les hablo.
   Con esa carga de nostalgia y tristeza encima siempre me acabo comprando títulos que por hache o por be se encuentran extrañamente imbricados con mi niñez o adolescencia.

   Ayer me compré "La Fortaleza" (1969) de Sidney Pollack.
Apenas recordaba nada de esta cinta bélica protagonizada por Burt Lancaster y Peter Falk. Debí verla en la TVE allá por el principio de los años ochenta. En mi memoria quedó grabada una escena en la que oí hablar por primera vez de un "bazooka", y unos planos finales en las que se editaba en paralelo unos planos de la fortaleza antes y después de su destrucción.

   La película es de un surrealismo o realismo mágico que tira de espaldas.
Si quieren saber como sería una peli de guerra dirigida por Josep Vilageliu, o Luis Buñuel, no tienen mas que ver la cinta de Pollack.

   Las secuencias son a cuál mas irreales: En una se insinúa la relación sexual de un soldado con un viejo volskwagen; En otra unas prostitutas emulan a las sirenas de Ulises y atraen a los tanques alemanes hacia su burdel para recibirles con cócteles molotov.

   La película de 1969 evidentemente no pasó a la historia del cine, y ha envejecido muy mal, con toda esa psicodelia propia de la déceda siguiente.
   Si buscas reseñas en la red, encontrarás los típicos comentarios sobre si Pollack se metió un tripy al rodarla etc etc, pero hay que saber ver detrás de cada plano, y mirando con cuidado se adivina una alegoría sobre el Viet Nam y el refugio de la locura de una sociedad como la americana en plenos años sesenta.

   Ahora bien. Pienso guardar esta copia como oro en paño, celosamente ubicada en la estantería de mi filmoteca.
   Al menos hasta la próxima crisis económica...

Ah, también me compré "El extraño amor de Martha Ivers"... pero vamos, que ya si eso, en otro post.