Esta frase se escucha con frecuencia (quizás no tanto) en algunos rodajes de andar por casa. Y resulta curiosa.
¿qué quiere decir? ¿A que viene?
Ciertamente nos hemos acostumbrado a que en los rodajes de cortometrajes nadie (o casi nadie) cobre por su trabajo, y el que lo hace, lo hace de manera simbólica.
Esto no es sólo referente al "corto canario". En todas partes del mundo sucede lo mismo. Es el cortometraje como concepto, como obra que, por sus características, y por la situación del mercado, no persigue ningún afán de lucro, ya que es muy difícil recuperar la inversión. Nunca verás a nadie trabajando gratis en publicidad, ya que hay un ánimo de lucro detrás, mientras que en los cortos, simplemente, no.
Por ello. los cortos se entienden como un medio para llegar al largo, donde "ahí sí que hay distribución y dinero", o para los más románticos, una pieza artística sin mas afán que el rodar por rodar.
Entonces, cuando en un cortometraje de esta índole, por hache, por be, o por subvención pública, alguien paga a alguien, es cuando escuchamos la frasecita "Si pago, puedo exigir".
Tenemos tan asumido el carácter altruista del profesional en el terreno del corto, que esta frase nos parece normal, cuando no lo es.
Si yo, como profesional, me embarco en un proyecto, es para hacerlo lo mejor posible con los medios que la producción ponga a mi alcance.
No tiene sentido, una vez en el set de rodaje, tomar una opción u otra dependiendo de si estoy allí cobrando o no.
Porque si así fuera ¿Qué deberíamos hacer? ¿aplicar una tabla de cometidos de mayor a menor calidad dependiendo de si cobro más o menos?
Yo lo haré lo mejor que sé, porque una vez he aceptado entrar en un proyecto, he aceptado las condiciones previas. Siempre podré no aceptarlas y no embarcarme si no me convencen.
Ahora bien, y aquí viene el tema... si me dices la frase de marras, exigiéndome porque me estás pagando, mas te valiera tener vergüenza y pagarme realmente, porque después del último corten del último plano, tu frase suele cambiarse a "Bueno, ya si eso te llamo la semana que viene, o la otra... y ya hablamos de pagarte"...
La semana que viene, normalmente, no me coges el teléfono, ni contestas a mis e-mails. Te haces el "longuis", vamos...
Es entonces cuando la frase se vuelve reversible: "Si me puedes exigir, págame".
Porque yo estuve allí puntualmente, a la siete de la mañana en la citación, y cumplí con lo que tú me exigías mientras se te llenaba la boca con tu frase favorita. Así que ahora no te escondas, o devuélveme mi esfuerzo y mi trabajo.
Devuélveme lo exigido.
Y no crean que esto es inherente únicamente al sector audiovisual. Lo cierto es que es aplicable a todos los ámbitos laborables.
Hay una empresa, en cuyo nombre prefiero cagarme, que aún me debe dinero desde Agosto.
¿Y saben porqué? Porque a fin de cuentas, el que paga, sea productor de cine, o la administración pública, o dueño de una cafetería, es simplemente, un empresario. Y va en su naturaleza el ahorrarse dinero a costa del trabajador, el retrasar los pagos lo más posible, el tratar de pagarte menos con cualquier excusa. Y el que se queda con dinero de otro, recibe un nombre...
Sí, ya sé, ya sé, en los tiempos que corren, lo que antes se llamaba robar, ahora se llama "flexibilidad laboral"...
Y el sistema está montado de tal forma para que te salga mas caro reclamar la deuda que dejar correr el tema.
Sí, vivimos en un mundo de mercaderes, pero ¿es que nadie va a expulsarlos del templo?