El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
domingo, 2 de septiembre de 2012
Juguetes
Desde que apareció el video, los cineastas pobres (y no tan pobres) han estado tratando de usar sus herramientas para acercarse lo más posible a la estética del cine.
Los festivales de cortos no querían nada en video, con esa imagen electrónica cagalitrosa.
La accesibilidad de las nuevas tecnologías digitales por parte de cualquier hijo de vecino allá por los primeros años del presente siglo hizo posible que, quien más quien menos, todo el mundo pudiera rodar una película bajo el criterio de unos mínimos.
Recuerdo los comentarios de la época: "Danny Boyle rodó con la Sony 170 una parte de 28 días después" - "Steven Soderbergh no sé qué"...
Pero la estética no era la misma.
La imagen es entrelazada, sigue despidiendo ese Look Video en los movimientos.
Entonces el software te traía aquello del desentrelazado. Se lo aplicabas y mirabas la pantalla... mmm... se acerca, se acerca, pero no es lo mismo.
Los festivales de cortos no te aceptaban casi nada en video que no viniera desentrelazado.
Luego las cámaras empezaron a venir ya desentrelazadas. "Estas cámaras nuevas ya graban en progresivo". Ya no hay que desentrelazar en el ordenador... Las Sony 150 y 170 tuvieron una vida efímera. Ya nadie las quería en apenas dos años. "Es que graban en entrelazado"... El HDV lo petaba.
...mmm... sí, pero sigue sin ser lo mismo...
Los festivales de cortos no querían nada que estuviera desentrelazado de software. Querían el look progresivo.
Apareció la RedOne, pero sólo estaba al alcance de quien tuviera dinero, o subvención, o ninguna de las dos cosas anteriores pero sí un padrino, y esos eran pocos, así que no influyó demasiado en el "cine pobre".
Hasta que apareció la Canon. La cadencia de movimiento era cinematográfica, la profundidad de campo era cinematográfica, y las ópticas, y todo era cinematográfico.
mmm... esto ya se parece más.
Ahora los festivales de cortos ya no quieren nada que no tenga la estética Canon...
Sí, sí...
Pero ¿y el guión?