lunes, 24 de septiembre de 2012

Cerrando el círculo

   
   Después de estrenar tu último trabajo, te queda una vacio chungo en el estómago. Miras el ordenador y no tienes nada que montar, ni cartel que diseñar. No hay audios que revisar ni colores que etalonar.

   Entonces tiras de archivos y buscas a la deseperada algo que rodar, algún guión por ahí olvidado y que reúna las condiciones del cine leve, léase coste cero y poder ser rodado en apenas una tarde.
Así que vamos allá. La comedia más estúpida del Cine Leve.

  Y tiras de amigos.
   Te hablas con el siempre dispuesto a ayudar Junior Melo, que te brinda la localización perfecta.
La generosidad del amigo Eduardo Martinón, aportando su equipo y su trabajo, y trayéndose a su ayudante (también) Eduardo Pérez. 

O el compañero de trabajo Adrián Álvarez en la claqueta, que era su primer rodaje, y yo tenía miedo de que se me aburriera, pero no.

   Any Rodríguez Liria y su increible capacidad para resolver cuestiones de maquillaje y caracterización sobre la marcha. "Tú ponme retos, que yo los voy superando".

   El incombutible Paco Perdomo a la pértiga y Pedro García siendo mis ojos cuando yo no miro.

   Y por supuesto, los actores.
   Actores a los que dejas sueltos, no les das mas directrices que unas ligeras indicaciones y ellos mismos te hacen la película.
  Ruben Darío, actor al que aún no había tenido la oportunidad de dirigir, pero con el que había coincidido en varios rodajes. Una delicia verle interpretar.
   Cathy Pulido, que solamente me había hecho el maquillaje de uno de mis cortos, y que es para mi todo un feliz descubrimiento. Se come la pantalla.
   Paula García, que ya me salvó la vida una vez cuando irrumpió en "Rota", y en la que he observado una evolución ante la cámara. Saber estar, improvisar, caminar ante una cámara que se mueve frente a ti. Un lujazo tenarla en nuestro corto.
  Y David Curtelin.
  SInceramente, David llevaba tiempo sin actuar ante la cámara desde "Los Pechos de Paula" (2009), salvando el casi cameo de "Rota", y a mi eso me asustaba un poco. ¿quizás hubiera perdido capacidad?
¡Qué coño! David lo bordó, se salió. Me hizo reír y me mostró que el talento sigue ahí.

   Y ha sido bonito volver a dirigir a Curtelin, porque debo decir que sin David, es muy probable que yo nunca hubiera llegado a rodar ni mi primer corto. Él fue el empuje y el empeño que me faltaba a mi hace diez años.

   Y por eso, hoy, me he sentido de nuevo como al principio. Rodando un cortito, una comedia en un par de horas, sin medios, entre amigos. 
   Sí, vale. La cámara ya no es una VHS sino una Canon 7D. El sonido ya no es un micro de ordenador en un palo de fregona, sino una pértiga, un grabador externo y un sennheisser...

...pero el espíritu, la filosofía era la misma. Por eso hoy hemos cerrado un círculo, y yo que me alegro, mira.

   Así que ya está. Otro corto que, como todos los nuestros, están abocados a la nada, a ser proyectados (o no) en una pantalla grande una o dos veces, circular por internet con los típicos "me gusta", y luego, el olvido.

   Pero que me quiten lo filmado...

   ¿Algo más?
¿Qué? ¿que de qué va el corto?
...y que mas da...