Cuán no fue mi alegría cuando, hace unos meses, un grupo de indigentes culturales proyectamos nuestros cortometrajes en el Teatro Guiniguada.
Era la primera vez que la sala albergaba una proyección completamente independiente a la cultura oficial.
Recuerdo que la tramitación fue un auténtico pantano. Enviamos las infos varias veces. Solicitudes oficiales, papeleo, declaración de intenciones etc etc, pero finalmente tras la batalla burocrática conseguimos acceder al templo institucional oficial.
Es curioso, pero para la próxima proyección que haremos este mes en el Monopol sólo necesitamos un e-mail para tramitarla.
Algunos dirán que, bueno, que el Monopol es una empresa privada y que por eso no requiere tanta burocracia.
Puede ser, aunque (y sin entrar en el debate de en que clase de sociedad vivimos en el que el acceso a lo público que nos pertenece es más difícil que a lo privado) hay que decir que tembién proyectaremos en el TEA, que es una entidad pública, y también sólo hemos necesitado un simple e-mail para cerrar la proyección.
Al margen de todo este lío burocrático, resulta que ahora para acceder a proyectar en el Guiniguada ya no sólo te piden todo ese papeleo, sino que te dicen que se reunirán para decidir qué proyectos se aceptarán y cuáles no.
Los que no tengan la suerte de pasar la "criba" de los funcionarios, tendrían que pagar los gastos de la proyección.
Una proyección conlleva unos gastos. Hay que pagar al proyeccionista, (indispensable para proyectar, de acuerdo), y también hay que pagar a una azafata vestida de azafata, indispensable para... para... ir vestida de azafata...
Pero no puedes llevar a tu propio proyeccionista y a tu propia azafata y pagarles lo que tú acuerdes con ellos. No, hay pagar a su personal y pagar lo que ellos han estipulado. Esto, y de facto, significa PAGAR por usar la sala.
Y no deja de ser irónico, no ya el pagar por usar una sala que es nuestra, porque es nuestra, esa sala y todo lo que hay dentro es del pueblo, lo hemos pagado, sino que se trate precisamente del Guiniguada por el que haya que pagar.
¿Nadie se acuerda ya del vórtice o agujero negro que, como un fonil, se trago millones y millones del dinero público?
¿Nadie se acuerda ya de los presupuestos disparados, del dinero que desaparecía, se esfumaba como los disparos en Aliens? ¿encima quieren que volvamos a pagar por algo que ya pagamos en su momento y con creces?
Parafraseando a Eddie Felson en la escena final de "El Buscavidas": -No, tu precio es demasiado alto, pagarlo sería como aceptar que ella no existió".