martes, 26 de junio de 2012

La primera película que vi contigo


   La primera "primera película que vi contigo" debió ser Ghost, allá por el año 1989, en los Galaxy´s, cuando ambos estudiábamos en el instituto.
   Antes de eso no recuerdo nada. Quizás Dirty Dancing, pero creo que no, que Dirty Dancing fue una de ésas que vimos en pandilla.


   Después vinieron algunas otras "primeras películas que vi contigo". Algunos Hombres Buenos en el 92 en los Royal cuando tú estudiabas para auxiliar clínico y yo hacía la mili. O Entrevista con el Vampiro en el 93 o 94 cuando tú estabas de paso por las islas porque eras hija de militar destinado aquí, y yo... yo buscaba trabajo.


   Después vimos una película por primera vez juntos que se llamaba Mientras Dormías en el 95 ¿te acuerdas? Yo ya trabajaba de camarero y tú hacías segundo de BUP.


   La primera película que vi contigo después fue El show de Truman en el 98. Yo cobraba el paro y tú intentabas acabar primero de carrera.
   Ah, también fuimos juntos por primera vez al cine en el 2005 y vimos Million Dollar Baby, ya en El Muelle, cuando los dos currábamos juntos en aquel restaurante y librábamos sólo los domingos. A la semana siguiente me dijiste: "todos los domingos al cine no ¿eh?"


   Y la primera película que vi contigo fue The Road en 2010... te tienes que acordar porque no hace tanto, en El Meridiano. Metías tu cabeza en mi hombro en las escenas más duras.


   Yo cada vez más viejo, más gordo, más triste, y las películas cada vez más nuevas.
   Tú ibas cambiando, pero te mantenías siempre joven. A veces no recuerdo todos tus nombres. Espero que me perdones. Pero recuerdo tus ojos verdes y el cabello liso color miel viendo a Tom Cruise gritándole a Jack Nicholson ¿ordenó usted el código rojo?, y te recuerdo también pegada a mi brazo, pequeña, morena, mínima como una gota de agua, mientras Hilary Swank se quedaba paralítica.


   Ya apenas se va al cine. Internet y el tiempo lo impide, pero, cada vez que por la tele ponen alguna de estas películas, no puedo evitar recordar tus gestos, tu risa en la comedia, tu llanto en el drama, tu pecho en las de amor, tu miedo en las de terror.


   Es lo que tiene el cine, que te permite revivir una y otra vez la misma historia.