martes, 3 de julio de 2012

A través del espejo

LOS DIRECTORES TAMBIÉN TIENEN SU MÉTODO STANISLAWSKY

                                       
   
   Hace un par de días, en el Facebook, el escritor y director de cine Nicolás Melini lanzaba una interesante reflexión.
   Preguntaba,  o más bien planteaba, el porqué los directores de cortometrajes suelen rodar historias de las que ellos mismos son los guionistas.


   Melini mantenía que este hecho desprendía cierto olor a egolatría por la cuál los realizadores no quieren que se pueda pensar que quien tiene talento es el guionista y no ellos, y eso les llevaría a no rodearse de guionistas talentosos que mejorarían visiblemente el producto final.


Interesante.
   Supongo que no le falta algo de razón a Melini, aunque algunos otros directores entraron en el hilo facebookiano y dejaron sus opiniones y explicaciones.
   Josep Vilageliu, por ejemplo, comentó que él suele improvisar bastante en el set de rodaje, cambiando aquí, eliminando allá, aprovechando los instantes que el cine "leve" te brinda, y que por esa razón no se sentiría cómodo alterando el trabajo de otros.


   Yo, la verdad, nunca he rodado nada que no haya escrito yo mismo, aunque en cierta ocasión estuve a puntito de hacerlo.
   No sé.


   El mérito de la autoría de una obra cinematográfica...


   El cine no se hace en solitario. El dire de foto tiene mucho que decir en el resultado final. Los planos del director en relación al guión escrito. Algunas veces hay que cambiar el guión porque tienes en mente un plano cojonudo, y otras veces es al revés. Te surge una situación cojonuda y tienes que adaptar los planos a ella.


    Sin embargo, hay otra perspectiva en todo esto.
   A veces, como realizador no tienes nada que contar, hasta que sucesos personales te empujan a ello. 


    Quizás en un ámbito industrial tenga sentido todo eso , pero los que, como yo, ya sabemos que no va a venir Miramax ni Dreamworks ni Malpaso a ofrecernos dirigir "desafío total 3",  preferimos hablar de nuestras inquietudes, de las cosas que nos preocupan y, casi siempre, de nuestros calvarios personales, desde nuestras vivencias.


                      Yo, haciendo la mili (1992)


                                    Cómic "Verano del 92"- Daniel León Lacave
   
Entonces narras tu película desde las vísceras, desde lo personal e intransferible de tus emociones- ¿cómo darle, entonces, esta historia a un guionista para que te la escriba?


    Si la idea es tuya, la historia es tuya, y se la das a un guionista para que te la estructure, y éste mete en ella elementos personales, podrás rodar ese trabajo desde tu punto de vista pero...


¿Y si es al revés? Si te dan el guión ya hecho, tú puedes limitarte a ejecutar las escenas escritas, o permitirte cambios que acerquen ese relato a tu mundo propio.


   Ahora mismo pienso en la próxima película que tengo previsto rodar. Nace de mis experiencias, desengaños, decepciones, todas ellas de un carácter muy personal. Mi mirada propia a la extraña naturaleza de las personas para las que la hipocresía y falsedad se han convertido en un bote salvavidas. 
   Y de alguna manera, ¿esto entronca también con lo que hablaba Melini?


¿Quién sabe?