lunes, 9 de julio de 2012

Días de truño


   Alfred Hitchcock, el gordo genial, cuenta en su filmografía con una importante cantidad de truñacos de impresión.
   Y no me refiero sólo a su primera etapa (o etapa inglesa, como la llaman los historiadores de cine), sino también a sus trabajos perpetrados al otro lado del Atlántico.
   Así, a bote pronto, me vienen a la memoria "Marnie la ladrona", "Atormentada", "Topaz", "Atrapa a un ladrón" y un par de ellas más.


Curiosamente, tiene títulos menores, como "El proceso Paradine" que me resultan bastante más interesantes que las anteriormente citadas.   
   Además, el tipo se dedicó a rodar la misma peli una y otra vez. Y es que si las analizamos bien, "Inocencia y Juventud", "Los 39 escalones", "Sabotaje" (la americana), y "Con la muerte en los talones" son la misma película re-visitada una y otra vez.


   Y que vaya por delante que me parece uno de los mejores directores de la historia del cine.


   Yo, que he rodado un buen número de truñazos en mi vida, reivindico una frase que mi hermano Sergio me dijo una vez: "En realidad, las malas son las buenas".


   Quiero decir que, las pelis consideradas buenas, no han de serlo necesariamente porque la mayoría lo piense así.
   Yo que sé. A mi "Shame" esa me pareció un truño que se caga la perra, pero está todo Dios pa rriba y pa bajo con la puñetera "Shame". 


   Así que, a la hora de elegir nuestro siguiente proyecto para rodar, invito a que cada uno ruede lo que le salga de dentro, sin "estrategias de mercado". Suena ridículo esto en el marco incomparable de nuestras siete cagaditas de mosca. pero es cierto que algunos de nuestros realizadores canarios siguen cierta estrategia para que su cortometraje tenga más salida y mayor aceptación en festivales. Ya hemos visto que estrategia no es sinónimo de talento, ni garantía de nada, pero...
Que les aproveche y por el culo lo echen.


   Yo desde esta página, rompo una lanza en favor de los truños, sin actores conocidos, con poco presupuesto, con menos futuro que Espinete en Telecinco, proyectos "titanics" condenados a hundirse, pero que enriquecen el panorama cinematográfico de nuestras islas, ofreciendo otras miradas, otras visiones, personales o no, malas o buenas, pero siempre verdaderas y sinceras.


   Quizás detrás de ellos haya un Hitchcock escondido, y, además, el cine es subjetivo, gracias a Dios.