lunes, 11 de abril de 2011

Cuando los (dos) mundos chocan

¿SE IMAGINAN QUE SE ACERCARA EL FIN DEL MUNDO, Y EL GOBIERNO DE CANARIAS PREPARARA UN COHETE PARA SALVAR A LA ÉLITE ARTÍSTICA DE LAS ISLAS? ¿SE IMAGINAN QUE CANARIAS CULTURA EN RED FUERA EL ORGANISMO ENCARGADO DE SELECCIONAR QUIEN SE SALVA EN EL COHETE? (Dios, ya me veo sucumbiendo)



   Curiosamente, ya hice esta pregunta en una ocasión, utilizando ese extraño medio de comunicación que es el Facebook. Recuerdo que una persona, ligada a las instituciones, me respondió con rapidez- "...y como sigas con ese tipo de comentarios, te vas a quedar en tierra seguro".
   No me importaría quedarme en tierra, la verdad. Tener que fundar un nuevo mundo con determinadas personas... en fin, que casi prefiero la muerte. 
  Pero lo relevante es que , si he de quedarme en tierra, que sea porque mis cortos son una mierda pinchada en un palo, y no por mis ideas y comentarios. ¿Pero de quién es el cohete ese? ¿De Mussolini?


   Sólo les pido una cosa. Cuando lleguen a Marte, no repitan los mismos errores. Más sectas no, por favor...


   Leyendo el curioso libro editado en el marco del Festival de Cine de Las Palmas, El Cine en Canarias (una revisión crítica), me llama la atención el artículo que Josep Vilageliu dedica al Cine en la Red.


   (...) y ahora los cineastas se encuentran divididos en cineastas    subvencionados y cineastas independientes, en cineastas aupados por las instancias superiores y en cineastas ninguneados marginados, los talleres de cine están bajo sospecha, los festivales se han convertido en antros elitistas o en sectas del cine de guerrilla, los críticos de cine y los asesores para el kinescopado de los cortos o para el catálogo de los cortos del año son súcubos al servicio de un poder oculto, de espaldas al gusto popular por las historias bien contadas. O por lo menos eso es lo que se desprende de los comentarios que pueden leerse en el blog "El Escobillón".
                                                                            Pag 291-292

   Sí. Termina la proyección, y nos sentamos todos juntos en la terraza de la Plaza de las Ranas, a la salida del Monopol, o nos quedamos lamiéndonos los ojetes unos a otros en ese oblicuo y curioso pasillo a la salida del TEA. Compartimos unas birras formando conjunto de A que se entrecruza con conjunto de B y forma ese extraño subconjunto de AB.
 Pero cuando llegamos a casa, frente al ordenador y escribimos nuestros guiones, sabemos que unos rodarán con toda seguridad el verano próximo con quince o veinte mil eurazos cortesía de las instituciones, mientras que otros tendremos que racionarnos el sueldo (o el subsidio en muchos casos) para poder materializar nuestro proyecto.
   Unos dispondrán de travellings y stedays, y otros plantaremos nuestro trípode pelado y triste en cualquier rincón. Algunos contarán con un buen equipo, una buena postpro de audio en algún caro estudio de sonido, y otros nos dejaremos la dioptrías ante las pantallas de nuestros ordenadores personales.
   ¿Son mejores unos guiones que otros, para recibir unos ayudas y otros el ostracismo? ¿Sí? ¿Siempre?

   ¿No existe la posibilidad, por remota y ridícula que parezca, de que en los cajones virtuales de los que no tienen la opción de optar a ningún tipo de ayudas, duerman guiones cojonudísimos, quizás mejor que muchos de los que se han venido subvencionando? ¿Es que a nadie le importan esos proyectos?

¿O es que no va de arte el tema?

   Poniendo cortapisas, barreras administrativas para acceder a ayudas y catálogos, sólo se consigue frenar a los nuevos talentos y desanimar a los viejos. -"Que acudan a productoras interesadas"- Sí, como si las hubiera.
   Se exige convertirse en productora legal para poder optar a cualquier tipo de ayuda a producción. Se defiende esta postura con el argumento peregrino de que no se puede otorgar dinero a particulares que no podrían demostrar su solvencia ni su capacidad de producir. En fin... se les ha otorgado ayudas a productoras que, incapaces de materializar el proyecto, han tenido que devolver el dinero, mientras que particulares independientes han sacado adelante ambiciosos trabajos con resultados satisfactoriamente visibles.
   Y aunque fuera así... ¿Por qué para optar al catálogo has de estar dado de alta como productora? Si el argumento es la viabilidad, la capacidad de producir, pues al catálogo se presenta un corto terminado. Repito -terminado, sonorizado, etalonado- ¿Qué mas prueba de viabilidad y capacidad de producción que esa necesitan?

¿Saben lo que están haciendo muchas productoras? Te dicen "tráenos el corto terminado, con tus medios, con tu dinero, que nosotros simplemente lo presentamos al catálogo". Ni se acercan al rodaje, pero luego añaden su logotipo al principio de TU corto. ¿A nadie le parece, no ya injusto, sino absurdo?

   Desde mi punto de vista, todas estas normativas le dan la espalda a una realidad evidente de nuestras islas. La ausencia de industria. Esas normas me parecerían bien si ya existiera una industria establecida en Canarias, que representaría para los nuevos y viejos talentos una opción, una posibilidad de mover y realizar sus proyectos... pero no es el caso, y con esta política, a mi juicio, sólo se logra desanimar a los cineastas cuya realidad personal no les permite constituirse en productora. No olvidemos que no vivimos en una sociedad económicamente igualitaria. 
   Así han llegado a crear dos bandos, dos auténticas clases sociales dentro de los cineastas. Y todos se merecen respeto, igual trato y posibilidades. ¿O no?

   Bueno, y todo esto lo digo obviando el capítulo del pseudo- nepotismo y la endogamia a la hora de otorgar las subvenciones, dando por buena la supuesta bondad de los desconocidos... como Blanche DuBois...