miércoles, 15 de marzo de 2023

Los Otros...

 

Cine Capitol. Gran Vía de Madrid- 2004

   Vuelvo al blog y, mirando la fecha de la última entrada, me asombro de lo abandonado que lo he tenido durante meses.

Pero bueno. Alguien dijo una vez que si no tienes nada que decir, pues no digas nadas y te callas.

 En mi caso no se puede decir que haya sido este el caso, ya que si que tengo mucho que contar de todos estos meses, aunque quizás no todo sea bueno: Una mala experiencia trabajando en la tele, descubrir (más bien confirmar) que los que uno creía amigos no lo eran tanto, por no decir que no lo eran en absoluto...

En fin.

También hubo cosas buenas: Un viaje al festival de Hendaya con el que nos volvimos con dos premios, un par de selecciones por ahí por el mundo para nuestra "Madre(s)"... 

Pero no era de esto de lo que quería hablar.

Hoy, no me pregunten porqué, mientras sacaba al perro al parque, me estuve haciendo recuento de daños de estas ya tres décadas dedicadas a este absurdo de contar historias con una cámara.

Lo sencillo es repasar tu propia trayectoria, tus aciertos, tus errores, tus fracasos y tus éxitos.

Pero yo me puse a recordar a las personas que se han ido quedando por el camino en estos más de 20 años, y no necesariamente a aquellos con los que trabajé codo con codo, sino de todos, todas esas personas que conocí y que en un momento u otro formaron parte de este mundillo del cine canario, si es que eso existe.

Y es que muy pocos han perseverado y se han mantenido. directores, actores, actrices, gente de arte o maquillaje... personas que te encontrabas en los cócteles de Socaem, de Canarias Cultura en Red, que veías a la salida del Monopol en los festivales de Las Palmas.

¿Qué ha sido de ellos? Los buscas en google y la mitad ni aparece, y de otros hay reseñas fechadas en 2005 o 2006.

Toda una talentosa generación que tiró la toalla, que abandonó ante la frustración constante, o que la vida les llevó por otro lado... o vete a saber qué.

Los hijos, los curros, el dejar atrás los sueños de la loca juventud.

Pero hay otro análisis, y es aquí a donde yo quería llegar. 

Algunos de los pocos de los que han sobrevivido y ahora hacen sus primeros largometrajes fueron apoyados por las instituciones en detrimento de aquellos otros que abandonaron, y los motivos no siempre eran artísticos ni objetivos. 

Echo de menos el talento que ya late imposible en una madurez creativa que jamás llegó, frente a otros que no tenían (ni tienen) ni la mitad de talento ni creatividad que ellos.

Yo estaba allí en 2005, 2006... 2010, y lo vi y lo viví.

 Vi como desde las instituciones se les hacía pasillo a determinados individuos vete tú a saber porqué... (bueh), al tiempo que otros se les desmotivaba implícitamente.

Ahora sacan pecho porque se meten en largos con presupuesto...

Me hubiera gustado también ver los largos con presupuesto de los otros.

Aquellos artistas, talentosos, con una capacidad visual que ya quisieran muchos de estos cuñados, y que ahora han montado una tiendita en su barrio, o malviven del Ingreso Mínimo Vital.

Hay una responsabilidad civil y cultural que no ha sido atendida ni por los festivales de nuestras islas, ni por los organismos políticos miopes de ambos ojos. Del izquierdo y del derecho.

Sólo (con tilde) sé que , al menos para mi, esto es un fracaso de nuestra sociedad, y por eso admiro mucho más a ese tercer grupo que sigue rodando contra viento y marea. Que se la pelan las instituciones y que nadie les nombre ni de pasada en las revistas pravdas del cine canario. 

Los que ruedan por amor, aquellos que no obtienen éxitos, ni premios, pero que cuando los obtienen, tampoco se les da bombo y platillo. Me quedo con esos, los desheredados. Lo demás es sólo un fracaso más de nuestra cultura.

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viernes, 1 de julio de 2022

Pues eso, pan con queso...


 

Las Redes Sociales del Gobierno de Canarias, Canary Island Films o Canarias Cultura en Red o como se llamen ahora no han compartido (ni celebrado) el palmarés del reciente Festival de Cine de Lanzarote.


Para la Revista Alisios, que hace tan solo una semana anunciaba en su web que "el Instituto de Enseñanza Secundaria Santa Úrsula se alza con el gran premio Cinedfest 9" tampoco parece ser importante el Festival Internacional de Cine de Lanzarote, ya que ni siquiera lo han mencionado ni de pasada.


Resulta que "MADRE(S)", nuestro pequeño cortometraje canario, se llevó doble premio en ese palmarés, en la sección canaria. El premio del público, lo cuál dice que gustó al público ya que lo votó, y también el premio del Jurado. Un jurado sin contaminar que decidió premiar "MADRE(S)" antes que otras propuestas.

Esta conjunción público / jurado, a mi, al menos, me resulta llamativa, ya que rara vez sucede.

Pero parece que para las RRSS de Canary Island Films o para Alisios no lo es tanto.

Cuando "MADRE(S)" estaba a punto de empezar su andadura por festivales pensé que me vendría bien un poco de promoción, y hablé con uno de los responsables de Alisios por si quería escribir una crítica u opinión sobre el corto. me dijo que sí, que contara con ello. Fue hace más de un año... y aún estoy esperando.

Parece más interesante el premio al instituto de secundaria o las cositas que comparten en el facebook los de Canary Island Films... cosas como "¡Enhorabuena a todos los premiados en los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana 2022!"


Pero del palmarés de Lanzarote ni mu...


Resuenan en mis oídos noticias de otros realizadores canarios de los que es imposible no enterarte de sus éxitos ni aunque te metas debajo el agua...

En fin, Pilarín. Pues eso, pan con queso.



sábado, 23 de abril de 2022

Coherencia

 Pa coherente, mi cuca en tu frente...



jueves, 21 de abril de 2022

Veinte años de cine


 

miércoles, 13 de abril de 2022

Relevo generacional en San Rafael en Corto

  


En estos tiempo en los que todo el mundo, (al menos aquí en Gran Canaria), está que no mea con el rodaje de Jennifer López en nuestra ciudad...

Ya seben, que si JLo parriba que si JLo pabajo, que si cortan la calle Bravo Murillo por el rodaje de JLo, que si JLo patatín, que si JLo patatán... fuerte cruz...

Bueno. Pues eso. Que en estos días de superproducciones hollywoodienses, el Teatro Guiniguada tuvo a bien ofrecernos hace unas semanas una proyección con el palmarés del Festival de San Rafael en Corto.

Me acerqué al templo sagrado de la cultura institucional más que nada para ver una sesión de cortos en pantalla grande, cosa que se está poniendo cada vez más difícil, pero también porque en el programa vi un montón de nombres nuevos, de gente que empieza, la generación del reemplazo más allá de los cuatro nombres de los dinosaurios de siempre.

Para eso ya tenemos el festival de Las Palmas... para repetir los mismos nombres de muñeca vieja desde hace más de una década, digo, y cerrarle el paso a la gente nueva con las ilusiones aún intactas.

La tarde estaba fría cuando llegamos a la puerta del Guiniguada. Pocas caras conocidas, lo cuál fue un alivio para un antisocial como yo.

El público no llegaba ni a 40 personas, no sé si por el pelete que hacía, o por la falta de promoción del acto, o porque en el fondo a nadie le importa una mierda esto del cine canario más allá de los cuatro pelagatos que nos dedicamos a esto.

La noche empezó con un discurso un poco extraño por parte de una miembro de la organización del evento. Algo sobre un circuito alternativo para los cineastas canarios que no suelen estar dentro del otro circuito, el ¿oficial? . No lo entendí muy bien , la verdad.

Bueno. 

La normativa de San Rafael de los seis minutos máximos de duración provocó que la gran mayoría de trabajos vinieran marcados por la etiqueta de cine express, con el cartelito de Santa Brígida o del festivalito en los créditos iniciales.

Yo siempre he tenido sentimientos encontrados con esto del cine express. Por un lado siempre me había parecido el solteros contra casados del cine, usando un (desafortunado) símil futbolístico.

Lemas que limitan (aunque nunca se cumplen) el mensaje, duraciones que lastran la narrativa, y un saturado volumen de producciones de las cuáles casi nunca se salvan mas de dos o tres entre trescientos.

Sin embargo, solo por esos dos o tres que se salvan merece la pena todo este tinglado. 

En el palmarés de San Rafael pude ver cosas muy interesantes y destacables, como  "Desalmado" de Ado Santana, una divertida y más profunda de lo que aparenta comedia de vampiros, o "Hydra" de Idir de Luca y Laura Jiménez, una interesante paradoja sobre el espacio tiempo con una sencilla y efectiva puesta en escena.

"Samuel" de Carlos Alberto Mejías, una reflexión sobre el mundo LGTB muy potente visualmente, y "En Blanco" de Iris Carballo, una brillante y existencialista propuesta que, para el que les escribe, fue lo mejor de la noche.

Salí contento de la sala. No sé si por lo que había visto, o por la vuelta a la sala grande después de la sequía de cine canario provocada por la pandemia, por el cierre del Monopol, y por el hastío de los años.

Lo que queda claro es que hay una nueva generación que viene con muchas ideas frescas y ganas de contar cosas, de hablarnos de sus historias, de transmitirnos sus ideas y sentimientos. 

Un nuevo reemplazo que ojalá empiece pronto a asumir el protagonismo en este panorama desolador, a sustituir a una vieja generación anquilosada, anclada, que ya aburre, entre los que me incluyo.




miércoles, 16 de marzo de 2022

De travellings y gafapastas



 Llegué al cine de Gillo Pontecorvo gracias a su quinta película "Queimada" (1969).

La "echaron" por la tele en los 80.

Aquella película sigue siendo hoy en día, al menos para este que escribe, la única cinta que se ha molestado en explicar el porqué  de las desigualdades económicas, la razón y el origen del desequilibrio económico mundial actual, a través de una fábula (que no lo es tanto) de una isla "imaginaria" del caribe, colonia portuguesa llamada como el título de la película.

Quizás sea la mejor película de cine político y social de la historia precisamente por eso. Por mostrarnos también las causas y no solo los efectos de una injusticia histórica global. Y quizás ha llegado hasta nosotros al siglo XXI simplemente por contar con Marlon Brando como protagonista. Si no, quizás estaría ahora mismo cogiendo polvo de olvido junto a "Estado de sitio " de Gavras o "Llueve sobre Santiago" de Helvio Soto.



Pontecorvo, solo por esta cinta, está a la cabeza de mi olimpo particular de cineastas sociales, seguido por los Loachs y los Gavras, cineastas que también han articulado su visión cinematográfica desde el prisma de la izquierda, pero limitándose (con altas cotas de calidad, eso sí) a la plasmación de los efectos devastadores del capitalismo y/o a las historias personales que genera.

Viendo "Queimada" puedes llegar a entender que el mundo actual, los inmigrantes, la pobreza, la violencia de los países pobres viene de un lugar concreto de la historia. No surge de la nada.

Pero bueno, no era de esto de lo que quería hablar.

Después de "Queimada" vi su largometraje anterior. "La Batalla de Argel" (1966) y el posterior "Operación Ogro" (1979), donde el realizador italiano sigue en sus trece. Pocas películas explican el porqué del terrorismo etarra como "Operación Ogro". Indispensable para entender el conflicto vasco.Ya saben, aquella de Carrero Blanco saltando por los aires en su coche oficial.



Pero es en "La Batalla de Argel" donde Pontecorvo ya se saca la chorra y echa el resto.

Izquierdista visceral, (de hecho, marxista convencido, Pontecorvo abandona el partido comunista tras la represión soviética en Hungría) en lo personal se posiciona al lado de los movimientos por la independencia de Argelia en su lucha contra el colonialismo francés, pero como cineasta realiza una cinta casi documental, casi sin posicionarse ideológicamente, mostrando por igual las torturas y las matanzas que cometieron los franceses sobre la población argelina, como los terribles y sanguinarios atentados que los argelinos realizaron no tan solo contra el ejercito francés, sino también contra la población civil de manera indiscriminada. 

Y todo con un lenguaje cinematográfico muy cercano al documental, alejándose del estilismo clásico del cine, con sus planos, contraplanos, trípodes y travellings.



Al igual que en "Queimada", nos parece estar asistiendo a un documental más que a una película de ficción.

Y esto me lleva (por fin, mira que le das vueltas a todo, pesao) a lo que quería hablar realmente.

Creo que fue Goddard el que dijo aquello de que el travelling es una cuestión moral. Una gilipollada como otra cualquiera, creo yo.

Pontecorvo rodó en 1959, varios años antes de las nombradas películas, una cinta sobre los campos de concentración nazis. "Kapo" (1959) hablaba sobre un campo de extermino para mujeres judías, y su realización estaba lejos de lo que luego sería su puslo fílmico, más cercano en su planificación al cine clásico, con sus travellings y sus movidas.



Sus travellings.

Y fue uno de esos travellings lo que condenó a Pontecorvo al ostracismo por el resto de sus días.

Una de las presas judías decide suicidarse arrojándose contra la alambrada de espinas electrificada.

1 -Plano medio corto de Teresa, que sale del barracón. La seguimos en travelling sin perder el valor del plano, mientras se cruza con la fila de presas y la kapo que las guía.

2 -Plano fijo sobre trípode, en plano general desde detrás de la alambrada, desde "fuera". Teresa corre hacia la alambrada, se arroja a ella. Se electrocuta, termina en la verja en plano americano. Vemos como la electricidad produce esos destellos de luz, mientras ella convulsiona.

3- Primer Plano estático de Teresa. Su rostro y el dolor de la muerte ocupa casi toda la pantalla.

(Y ahora viene el plano maldito)

4- Travelling oblicuo de acercamiento desde Plano Americano (el final del plano 2) hasta Plano Medio de Teresa muerta, con las manos levantadas enganchada a la alambrada. La fila de presas, detrás de Teresa, sigue su camino, empujadas por la kapo.



Bueno.

Nada del otro mundo. El travelling de acercamiento en cuestión dura unos diez segundos desde que arranca en Plano Americano hasta que se detiene en Plano Medio.

Pero entonces la maquinaria snob gafapasta se pone en marcha. Jacques Rivette escribe en Cahiers du Cinéma acerca del citado plano calificándolo de "abyecto".

Rivette dice:

"Obsérvese sin embargo en Kapo el plano en el que Riva se suicida abalanzándose sobre la alambrada eléctrica. Aquel que decide, en ese momento, hacer un travelling de aproximación para reencuadrar el cadáver en contrapicado, poniendo cuidado de inscribir exactamente la mano alzada en un ángulo de su encuadre final, ese individuo sólo merece el más profundo desprecio"

A partir de ese momento el lobby gafapastil se pone en movimiento. Surgen de debajo de la piedras otros inquisidores apoyando la quema de brujas de lo abyecto.

Califican el plano de obsceno, de pornografía de holocausto. De recrearse en la estética de la chica muerta mediante un travelling efectista, y de un montón de chorradas más. Como si se tratara de una "explotation" efectista de uno de los episodios mas terribles de la historia de la humanidad.

Y no era una crítica constructiva, sino un panfleto lleno de palabras como "abyecto" y "despreciable"

Incluso Serge Daney presume de no haber visto Kapo pero estar de acuerdo con Rivette. El remate ya de la secta cultural y la mafía de la crítica. Los mismos que después alabaron el efectismo excesivo del "Saló" de Pasolini.

Ojo. Yo soy el primero que alabo el buen gusto, lo sutil. Siempre he creído que exacerbar el concepto diluye el mensaje. Pero es que en el caso de Kapo y su puñetero travelling no creo que haya nada de eso, como sí lo hay en Saló, o en Irreversible, por poner dos ejemplos alejados entre si.

Y así funcionan las sectas culturales. Legiones de gafapastas con boinas y palestinas de cuadros deciden que algo no debe contarse de una determinada manera, porque a ellos no les gusta, y se hacen fuertes entre ellos, repitiendo su dogma hasta la saciedad hasta convencer al resto de que su opinión es la única válida, que lo que hacen los demás no sirve, que ellos son los únicos interlocutores válidos a la hora de decidir lo que se debe o no se debe apoyar. Articulan una suerte de santo Oficio, de Santa Inquisición y con los Pravdas du Cinéma a su servicio imponen sin imponerlo los limites de la libertad creativa, al estilo del concilio de Trento.

Y ahora mismo ya no sé si aún estoy hablando de Pontecorvo o de qué...


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martes, 15 de febrero de 2022

Catálogo 2022. Tócate los pies... (2)


 

Aún no he podido ver el catálogo de este año y ya se me han ido dos posts con esta historia.

Y es que el tema se las trae.

¿Pues no resulta que va la tía y pide / exige / solicita amablemente, que el Catálogo no se proyecte al público porque ya tenía apalabrado su corto con no se qué festival, que le exigía exclusividad?

Tiene delito el tema. ¿Hay un programa de difusión del cortometraje canario, pagado con dinero del público, pero no se difunden los cortometrajes al mismo público que lo ha pagado porque una única persona tiene vendida la exclusividad de su corto, del suyo únicamente, con un festival de no se donde?

En serio... tócate los pies.

Y encima me cuentan que llega esta persona, y se va a la cabina de proyección del Guiniguada y le hace al proyeccionista ajustar el proyector con respecto a su corto. Al suyo.

Que le favorezcan al suyo los niveles de contraste, brillo y temperatura de color.

A los demás que les folle un pez por lo visto.

El tema es grave, no ya por el hecho de que exista gente así, cosa que ya sabíamos.

 (De hecho la gente así se han unido y han formado un club privado por el cuál te cobran  una cuota por entrar. Hay quien la paga aunque después nadie defienda su postura, y tenga menos voz ahí dentro que Harpo Marx)

No. Lo grave es que las instituciones lo permitan, y encima alimenten a los monstruos.

"No señorita, lo sentimos, pero el catálogo debe proyectarse en público. Si usted no quiere que se proyecte el suyo no hay problema. No lo proyectamos junto con los demás.".

"No señorita. Tengo que poner el proyector en unos parámetros standarts que alcancen un compromiso medio de brillo y contraste para que nadie se vea perjudicado".

Pero no es así. Aquí a los lobbys y sus lob@s se les permite todo.

Después nos preguntamos porqué estamos como estamos.

El sueño de la razón produce monstru@s...

Catálogo 2022. Solo con invitación... (1)

   


  

 Aquí no se enteró ni Dios.

No puedo hablar del Catálogo Canarias en Corto 2022, ni tampoco del del año pasado, porque no se han proyectado al público canario. Sí, ese mismo público que con sus impuestos sostiene este programa de difusión de cortometrajes canarios.

En cierta forma creo que ese público ya había pagado la entrada que le daba derecho a ver los "siete mejores cortometrajes canarios" según criterio de vete tú a saber quien...

Por lo visto, ayer hubo un pase de este catálogo en el Guiniguada, pero nadie lo anunció, ni en redes, ni en ningún lado.

A toro pasado sí. "Ayer proyectamos el catálogo y bla bla", "solo con invitación bla bla"...

No sé...

A mi esto se me está pareciendo cada vez más a un club privado.

 ¿Solo con invitación?

Reservado el derecho de admisión. Ponme el sello para volver a entrar.

No sé cuál será la excusa. El año pasado fue el covid, y esa sí que era creíble. Pero ahora ya no sé de que va esto. 

"No, es que hay festivales que en sus bases no permiten que el corto haya sido estrenado para poder seleccionarlo".

Venga, anda. Entonces sólo lo vas a enviar a esos festivales exclusivistas, que son los menos, por cierto.

Es verdad que hay algunos festivales que exigen exclusividad en su estreno, pero son tan sólo unos pocos, Y si ese es tu objetivo, pues no sé para que necesitas estar en el catálogo. Coge tu corto y envíalo ahí, a ese festival concreto y luego échate a dormir. Se supone que este es un programa de difusión máxima. Para eso te da el pueblo su dinero.

Además, esa cláusula hace referencia a que no se haya visto en otros festivales y a estrenos comerciales, no a una proyección de preestreno de un catálogo autonómico.

Mira, y si ese es tu objetivo, optar a festivales exclusivistas, pues no te puedes presentar al catálogo, porque las normas del catálogo rezan que se hagan proyecciones abiertas al público canario. O al menos esa era antes la idea. No se si después las presiones de los lobbys endogámicos que todos conocemos han cambiado el espíritu de todo esto.

Lo cierto es que ya no nos queda ni el catálogo. Todo se hace de tapadillo. No se invita a nadie a verlo. Los resultados en sumas de selecciones arrojan un fracaso tras otro cada año. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. 

Luego en la revista Pravda dirán que qué maravilla, que el éxito del programa está consolidado, que si toma una entrevista a doble página con el primo de Zumosol hablando de su corto... Y construirán un relato en un mundo mágico de piruletas en el que todo encajará a la perfección como un castillo de lego. 

Da igual que sea de naipes. Finge que el castillo es de lego, repítelo mil veces, y todo el mundo se lo creerá al final.



sábado, 25 de septiembre de 2021

Un acto de rebeldía


 

Lo de que nadie es profeta en su tierra me viene tocando ya un poco las pelotas. Sobre todo en una tierra como la nuestra repleta de profetas oficiales e iluminados en nómina .

De cualquier manera, supongo que en el fondo da igual. Dentro de apenas treinta o cuarenta años estaremos todos muertos y nadie se acordará de nosotros ni de nuestras películas, y mucho menos de nuestras disputas y diferencias.

Pero bueno. Aún seguimos aquí y es lo que hay, y un poco como la Orquesta del Titanic, seguiremos tocando hasta el final.

Tener que enterarme de retazos de conversaciones en las que se dice, por ejemplo, perlas como: "A poco que yo pueda, Lacave no entrará jamás en este festival", o "¿Cómo vas a seleccionar a este tío? ¿estás seguro? Mira que éste va y te la arma".

Afortunadamente, la respuesta fue: "No selecciono a este tío, selecciono su película, que es de lo que se supone que tratan los festivales de cine".

Aunque bueno, la verdad es que no recuerdo haberla armado, como cuenta la leyenda. Recuerdo haber dicho en un escenario que había presentado cinco cortos ese año, y que algunos de esos cortos tenían un contenido de denuncia social o crítica, y que me hubiera gustado que seleccionaran alguno de esos, por los tiempos convulsos en que vivimos, pero que así todo estaba muy contento con estar selccionado.

Mágicamente, y por arte de birli y birloque, eso se convirtió en "Han seleccionado el corto que menos me gusta" Jo , pues que no lo hubiera presentado ¿verdad?.

También recuerdo decir en ese mismo escenario que algunos de los que hacemos cine en Canarias tenemos que trabajar en actividades que no tienen nada que ver con el cine, como la hostelería por ejemplo.

En otra ocasión , en un debate sobre un documental sobre cine canario, dije mi opinión, que los festivales de cine financiados con dinero público tenían una responsabilidad cultural con el sector, un sector en precario, y que su labor debería ser apoyar a todos los creadores canarios, no solamente a los de una tendencia onírica o abstracta, por el bien de nuestra inexistente industria.

Pero nada mas, la verdad. No recuerdo haberme sacado la chorra en el escenario, ni haber escrito con sangre de macho cabrío nada en las paredes de la sala de proyección ni nada por el estilo. 

Pero claro, cuidado. Si el concepto de "ir a armarla" o de "liarla" que tienen algunos es el de no adherirse al movimiento, el de no seguir el pensamiento único y no aplaudir con las orejas todo lo que haces, pues sí, puedo entender que para estos, el ser crítico, reivindicativo y no alinearse ni arrimarse al sol que mas calienta sea sinónimo de "ir a armarla".

Entiendo que puedas sentirte molesto si alguien se sale del guion en tu festival y digas "A este no lo quiero en MI festival", pero es que no es "TU festival". es un festival financiado con dinero público, y eso lo convierte en "nuestro festival", mío también. Tú solo lo gestionas con el dinero que nosotros te damos, y te llevas un sueldito a tu casa gracias a eso, por cierto.

Claro que meterse en jardines es lo que tiene. Pero ¿Qué es lo bonito del cine, al fin y al cabo, si no es meterse en jardines? Abrir debates con tu película es de las mejores cosas que tiene el cine. ¿Que mi película sobre los vientres de alquiler es meterse en jardines? Bueno, es que era eso o  hacer cortitos sobre una parejita que se conocen en una librería, los dos quieren comprar el mismo libro, pero solo queda un ejemplar, entonces deciden comprarlo a medias, y claro, el amor surge y bla bla bla, y pastel pastel pastel...

Buah, en serio, mira tío. Que todo esto pasa factura es algo que yo ya sabía. Y aunque es muy grave, realmente grave, que se digan cosas como "Este tío no va a entrar en este festival ruede lo que ruede", o "No selecciones a este que te la puede liar" en un festival financiado con dinero público, es algo que asumí hace mucho tiempo. Por supuesto que a los alineados y a los asociados les va a ir mucho mejor que a mi.

Los actos de rebeldía siempre pasan factura, y eso es algo con lo que uno puede vivir o no. Es, al fin y a la cabo,  una elección personal y hay que aceptar las consecuencias.

Después de todo, como dijo Stefan Zweig: -""Un acto de rebeldía que no conlleva riesgo para el que lo comete, no es más que un estéril afán de protagonismo"-


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lunes, 2 de agosto de 2021

Sección canaria sí, sección canaria no


 

¿Deben los festivales de cine de Canarias incorporar una sección o competición de cortos canarios, al margen de las secciones oficiales, nacionales o internacionales?


NO



No, porque en primer lugar las secciones canarias nunca son secciones oficiales, otorgándole así a la competición canaria un carácter de segunda división, de menor categoría. Los cortos canarios, por buenos que sean, suelen desviarse a la sección canaria siendo muy muy raro que alguno consiga colarse en la sección oficial.

Se han dado casos de cortos canarios que han ganado festivales en Madrid o incluso a nivel internacional, pero que aquí quedaron relegados a la sección secundaría canaria, no pudiendo ganar aquí a los mismos cortos que "derrotaron" fuera.

En segundo lugar, hay quien dice que auto-relegarnos a esa sección es como admitir que nuestros cortos son de segunda y que necesitan de discriminación positiva para tener visibilidad.




Sí, porque no tenemos las mismas oportunidades, ni los mismos medios ni las mismas infraestructuras para hacer cine que en la Península.

Aquí pagamos una lejanía geográfica, una realidad ultraperiférica, una fragmentación del territorio, y unos sobrecostes a la hora de viajar que hacen que nuestras posibilidades se vean reducidas.

Si tú vives en Murcia o en Valladolid solo tienes que coger el coche, irte a Madrid y traerte el vestuario de Cornejo que necesites.

Si vives en Canarias tienes que pillar un avión, pagar sobrepeso en el aeropuerto, un seguro por traerte el vestuario a Canarias e incluso unos precios diferentes.

Por eso necesitamos de una discriminación positiva, porque tampoco tendría sentido que en festivales canarios, pagados con dinero público que sale de los impuestos de los canarios, las obras canarias apenas tengan una mínima representación y visibilidad, apoyando así con nuestra dinero a los creadores de fuera únicamente,


NO SÉ



Lo cierto es que muchos festivales de la Península tienen una sección autóctona. Festivales de Castilla y León, o de Madrid. Comunidades que en  ningún caso sufren de lejanía ni de ultraperiferia, pero que protegen e incentivan a sus creadores.

Algunos los meten a todos en la misma competición pero mantienen una cuota para los productos propios.

Puedes traerte a un actor afincado en Madrid con mayor facilidad si vives en la Península, mientras que aquí lo tienes jodido.

Traerte actores de fuera pone las cosas más difíciles a los actores de aquí.


Y AHÍ LO DEJO...



jueves, 29 de julio de 2021

El Pequeño Milagro

 


Cada cortometraje que hacemos, por pequeño que sea, por insignificante que resulte, por poco éxito que tenga en el circuito, por muy desapercibido que pase, es un pequeño gran milagro.

Los seres humanos tenemos desde la prehistoria esa mágica capacidad de contar historias, inventadas, reales, alteradas, en pintura, en narración oral, escritas.

El arte sobrevive a cualquier catástrofe. Los presos de Auswitchz se jugaban la vida para conseguir papel y carboncillo para poder dibujar. Ana Frank escribía su diario mientras se encaminaba a un destino fatal.

Por todo eso me resulta incomprensible que las administraciones, cada vez que hay crisis, empiecen sus recortes por cultura, como si fuera algo secundario, cuando es tan importante como comer.

Algunos necesitamos crear y contar historias lo mismo que respirar.

La semana pasada estrenamos en el Museo Elder de Las Palmas cinco cortometrajes, cinco pequeños milagros realizados sin mas pretensiones que la de contar una historia.

Y llenamos la sala a pesar de las restricciones sanitarias y el miedo a la pandemia. 

Quizás eso quiera decir que la gente necesita que le cuenten historias constantemente. O quizás no signifique nada. Yo qué sé.

Lo cierto es que esos cinco cortos pasarán sin pena ni gloria a engrosar la larga lista de cortos vistos y olvidados.

También la semana anterior estuvimos grabando unos planos recursos para un cortito. En la calle con nuestra cámara, sacando planitos. 

Después grabamos un mini corto express de un amigo para ese festival de a Toda Costa, que gracias a que está organizado por el Ayuntamiento, pudimos sacar las cámaras y la pértiga a la calle sin que la policía nos echara de allí como agua sucia, como siempre.

¿Rodando sin permiso en la calle? Buah...

Y a finales de semana rodamos unas imágenes por encargo para un documental de una productora de Tenerife.

Todo lo que grabamos, recursos, cortos, documental, todo, contaba una historia a su modo.

Al mismo tiempo, en Maspalomas, la élite cultural oficial daba charlas, masterclasses, se reunía en coffebreaks y un montón de actividades que les proporcionará un buen pellizquito, pero que nada o casi nada tienen de contar una historia.

Con lo fácil que es coger tu cámara y tu pértiga y salir a tirar planos y rodar un corto, no entiendo como a algunos se les pasan los años sin rodar un cortometraje, sin contar una historia, pero al mismo tiempo cobran por dar charlas y cursos sobre como hacerlo.

Cada vez entiendo menos.


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martes, 29 de junio de 2021

Crónica de un salto al vacío



 Es la noche del sábado al domingo pasados. El finde pasado, vamos...

Son las 5 de la madrugada y en una casita de La Laguna en Tenerife un grupito de gentes del cine nos disponemos a rodar el último plano de un cortometraje, dando así por finalizado un intenso rodaje de cuatro noches.

Interior. Noche. Salón de la casa. 

El techo se rompe y a espaldas del protagonista vemos, desenfocados,  como dos de los personajes que se habían subido al tejado, caen dentro del salón.

Primero colocamos un foco cañón que hay que encender en el momento justo para simular que el techo se abre y entra la luz por el hueco.

Luego colocamos dos escaleras y muchas colchonetas. 

Uno de los actores dice que él no se tira, que ya no tiene edad para eso, así que el propio director se pone su vestuario y ensaya el salto.

No queda muy bien. Se nota que no caen de muy alto.

A la foquista se le ocurre una idea. Sentemos al protagonista en una silla y bajemos la cámara. Así parecerá que caen de mas alto.

Lo ensayamos y funciona.

El director se vuelve a lanzar, pero hay algo que no cuadra. La forma de saltar.

Lo intento yo, me dejo caer de lo alto de la escalera y mis casi 50 años me dicen que no vuelva a hacer eso en mi puñetera vida.

Entonces el director de fotografía suelta la cámara y lo hace él. Y mágicamente es perfecto. "Parece" que cae del techo. Así que el DOP  se pone el vestuario y deja la cámara al director y a la foquista.

Todos preparados. Dos escaleras, una para cada saltador. Yo, en calidad de Ayudante de Dirección doy las voces. Sonido dentro, cámara graba... El director canta acción. Unos segundos, y ¡Luz! Con una mano sostengo la escalera y con la otra enciendo el foco. Salta uno, salta el otro, aguanta el plano y corten.

Hemos cortado.

Debería caer serrín del tejado o algo, ya que el techo se supone que se ha roto. 

Repetimos.

Aguanto la escalera con los pies y la rodeo con mi brazo. En una mano el mando para encender el foco, y en la otra un puñado de serrín. El sonidista tiene otro puñado y los actores cada uno el suyo.

Sonido, cámara, acción, luz, serrín de los actores, salto de uno, salto del otro, serrín que tiramos nosotros...

Queda perfecto. No podemos aplaudir porque son las 5 y media de la madrugada en esas casitas terreras tan bonitas de La Laguna y no  es plan de molestar a los vecinos.

Luego grabamos algunos planitos recursos, y se acabó.

Nos quedamos hablando de cine allí mientras recogíamos el equipo, y nos sorprende el amanecer por las ventana.

Duermo como un bebé toda la mañana hasta el mediodía. Me ducho, me visto, me despido y me voy a comer a casa de unos amigos que viven también en La Laguna.

Mi amigo me cuenta que en ese mismo momento se está celebrando no sé qué encuentro de cortos en Tenerife o no sé qué festival o algo así.

Allí estará toda la élite, flor y nata del cine canario. Comerán canapés, habrá cóctel, y se pondrán sus propias películas y cortos los unos a los otros, se darán besitos con lengua entre ellos y se dirán lo buenos que son recíprocamente,.

En todo eso pensaba yo mientras, aún dolorido por el salto al vacío de la noche anterior, me iba al aeropuerto.

Desde la ventanilla del avión tuve una vista maravillosa del Teide durante la puesta de sol sobre el mar de nubes.

Lástima que con el móvil esas fotos nunca salgan bien.


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lunes, 10 de mayo de 2021

Cine desde el vientre

   


 

   Mi idea sobre el polémico tema de los vientres de alquiler ha estado siempre alineada con las posiciones de izquierdas. 

El vientre de alquiler es lucha de clases. 

Es la pobre que se ve obligada por el sistema económico a alquilar su vientre para engendrar un bebé que venderá a una familia rica que pueda pagarlo.

Hace unos años, en una conversación de terraza con unos amigos, hablando del tema, me contaron la historia de una amiga que, viviendo en el extranjero, había acudido a un vientre de alquiler para poder tener a su hijo. 

La conocida de mis amigos había sufrido una enfermedad que le impedía concebir, y la única salida que encontraron fue la de la gestación subrogada.

El caso es que esta persona en cuestión no era una rica y malvada burguesa de clase alta, ni su marido era un alto ejecutivo de una poderosa empresa. Eran gente sencilla, trabajadora, de clase media, que con muchos sacrificios habían conseguido reunir la cantidad necesaria.

Esa historia echó por un momento por tierra todas mis ideas sobre luchas de clases, y burgueses y proletarios.

Mi duda solo duró un instante, cuando comprendí que este era un caso excepcional, una minoría en la estadística, mientras otros argumentos como la adopción (que también cuesta dinero, y sobre el papel también pagas por tener un  hijo), etc etc rondaban mi cabeza.

Pero me mantuve en mis ideas. Es lucha de clases. Lo digo y lo mantengo.

Pero aquella misma tarde , en aquella terraza, una anécdota me despertó de repente la narrativa oculta que, años después, cristalizó en nuestro último cortometraje.

La madre biológica acudía al cumpleaños del niño a llevarle un regalo.

En mi mente creativa se encendió  de pronto la bombilla y al día siguiente ya había construído un borrador de guión alrededor de esa imagen. La madre biológica, el cumpleaños, el regalo...

Después ya solo tuve que rellenar el resto.


 

Quizás (bueno, quizás no, seguro) sin aquella conversación de terraza, mi película sobre la gestación subrogada hubiera sido muy muy diferente.

Se habría parecido mucho más a "Los Pechos de Paula" (2009) donde, de otra forma y en otro conexto, hablé de algo muy parecido. En aquella ocasión cargué las tintas contra la familia rica y burguesa, mostrándoles ante el espectador como lo peor de lo peor. Mi corazoncito marxista hizo el resto. Los abusos de poder, las desigualdades.  Los burgueses de "Paula" eran unos auténticos malvados.

En esta ocasión podría haber sido igual. Al fin y al cabo sigo igual de rojo que hace 12 años.

Pero quizás me estoy haciendo viejo, porque en esta ocasión no hay malos ni buenos. La madre biológica vende a su bebé por necesidad económica, producida por su condición de inmigrante de una Europa del Este arrasada por el Capitalismo salvaje. Y los padres adoptivos sí, son ricos y burgueses, clase alta acomodada, pero no hay esa maldad casi caricaturesca que vimos en "Los Pechos de Paula". Al final son solo una pareja que quiere un hijo por encima de todo y no pueden.


 

Así que con "Madre(s)", aunque mostramos el origen económico del problema, causado por un  más que injusto sistema socioeconómico global, no entramos a juzgar a nadie. No nos posicionamos ni a favor ni en contra. Solo mostramos al espectador a las dos madres y les dejamos pensar. 

No es equidistancia, para nada. Yo tomo partido claramente por quien yo sé que tomo partido, y creo que cualquiera que vea el corto podrá verlo, pero sí que intenté huir del cliché, del estereotipo, y abordarlo todo desde el punto de vista humano. 

Como dijo un sabio director de cine una vez, lo que nos pasa como individuos es resultado de lo que nos pasa como sociedad.

Espero que les guste, y que les haga pensar y reflexionar.

Y ya si consigo emocionarles y arrancarles una lagrimita, pues ya me podré morir feliz.

 


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domingo, 18 de abril de 2021

"Madre(s)" y Sísifo. La piedra y la colina.


 

No había escrito nada sobre nuestro último rodaje.

Normalmente el año corre velozmente, y cuando llegamos a octubre o noviembre, me entra el pánico de que se acabe el año y no haber rodado nada aún, y me lanzo a rodar alguna cosita leve. Un año sin rodar es un año perdido. Por eso, esos rodajes de finales de año son casi por contrato emocional con uno mismo.

El año pasado rodé dos. Primero fue "Sinfonía Callejera", y luego, el penúltimo día del año "Playing Cyrano". Ambas aún sin estrenar en pantalla grande, ya que esta mierda de la pandemia lo hace imposible a todas luces.

Pero este año he rodado "Madre(s)" en marzo, casi al principio de año, así que en teoría podría esperar al 2022 para rodar la próxima sin incumplir ese contrato conmigo mismo.

Pero...

Pero el cuerpo me está pidiendo ya algo más, algún rodajito leve. Un cortito de esos de sin pena ni gloria, pero llenos de felicidad creativa.

El rodaje de "Madre(s)" fue un rodaje de esos "de verdad" (brrrrrr... se me eriza la piel y todo). De esos de agotarte emocionalmente en la preproducción, cuando aún no has tirado ni un plano, de esos de odiar la película cuando todavía ni la has rodado... un rodaje de esos, ya saben.

Habrá a quien les guste, no lo dudo. Yo no es que reniegue de ellos pero tampoco es que me hagan feliz inmensamente.

El resultado va a ser cojonudo, eso está claro. Rodar con una Arri Alexa no es lo mismo que rodar en DSLR. Tener un foquista profesional con equipamiento técnico te permite hacer planos a los que, de otro modo, tendrías que renunciar o sustituir por otros.

Pero es que quizás eso sea lo que me hace feliz, el renunciar y sustituir. Lo que me llena creativamente. El "resolver" el plano. El tirar de creatividad y solucionar lo que no tenía solución. Es ahí donde me puedo desparramar. Cambiar el guión sobre la marcha. Aprovechar que está lloviendo y en vez de cancelar, rodar con lluvia, porque "ahora llueve en la historia" y punto.

Ya sé que soy carne de psiquiatra, pero hace diez años sufría por no poder tener los medios, y ahora me hace infeliz tenerlos. Ya te digo, carne de psiquiatra.

Es cierto que en "Madre(s)" el equipo va a cobrar su sueldo. Hasta el último miembro del equipo. Y en la otra manera de hacer cine, pues no. 

Es verdad que se luce mas así el trabajo de todos. 

La dirección artística, el vestuario, la luz, las interpretaciones... Todo perfecto.

Si, pero demasiado... demasiado perfecto. Hay algo mágico y fresco en la imperfección, algo orgánico y libre...

Quizás es que uno es como Sísifo. De tanto subir la piedra a la colina aquella, y de tanto caérsete y tener que volver a subirla, le acabas cogiendo el gusto a subirla, y ya no quieres dejarla arriba.

Eres más feliz subiéndola.

 

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lunes, 12 de abril de 2021

Los Violentos años 20

 


Anda que ya te vale.

Y mira que en muchas cosas tenías razón. Eso es lo peor de todo.

Quizás tus motivaciones no eran las correctas. No es que fueras Eliott Ness luchando contra Al Capone. Más bien eras Tony Montana contra Al Capone peleándose por el botín. Pero con mucha razón en muchas de las cosas que decías.

Por eso, a pesar de compartir algunos (o muchos) de tus planteamientos, nunca quise afiliarme a ninguna secta. 

Soy un espíritu libre y jamás podría compartir firma al pie de ningún comunicado ni manifiesto con alguien que no sabe elegir sus batallas, ni sus tácticas y estrategias.

Un poco en plan los anarquistas contra los comunistas durante la Guerra Civil. Si, ya sé que por eso perdimos aquella guerra.

Pero es que con la edad que tengo ya, casi que solo voy a la guerra si me aseguran que voy a perder.

Ya sabes. La mítica del perdedor. Sterling Hayden al final de Atraco perfecto o Bogart en aquella del Tesoro de Sierra Madre.

Por eso suelo elegir las causas perdidas, y mientras sigan perdidas pues soy feliz.

¿Soy carne de psiquiatra? Puede ser, pero ¿quién es más loco? ¿El Loco o el Loco que sigue al Loco? Por eso no te seguí cuando me lo pediste. Vamos, ni loco...

¿Quién te va a seguir a la gran guerra si pierdes el tiempo en pequeñas y estúpidas batallas?


Pero joder, me cago en todo. 

   Una cosa es querer perder y otra cosa es pegarte un tiro en el pie por gusto. Y eso es lo que has hecho, Tony.

Le has dado todas las armas y todos los argumentos a Al Capone, y Tony Montana, recuerda como acabaste.  

Los violentos años 20.

Y ahora tienes a toda la mafia rival aplaudiendo con las orejas. Vito Corleone, Lucky Luciano, Marcellus Wallace, el oso Lotso de Toy Story 3, ese otro tipo que siempre interpreta Joe Pesci y Tony el Gordo el de Los Simpsons, todos tirando voladores y brindando con champán. 

Luego hay otros que sin llegar a tirar fuegos artificiales, te aseguro que no van a derramar una lágrima, e incluso esbozarán una sonrisita.

Tal vez deberías preguntarte el porqué-

Ya solo te queda entregar las armas, pedir perdón por aquella época que tú, yo y todos sabemos, y disolverte.

 ¿Qué? ¿Lo de la presunción de inocencia? Venga, no me cuentes tu vida que no es comercial...

 

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jueves, 8 de abril de 2021

Cumplimos 10 años


 

Hace hoy exactamente diez años, un 8 de abril de 2011, puse en marcha este blog, sin saber muy bien el porqué.

Lo hice, en principio, motivado por la sensación de rabia contenida que llevaba años apoderándose de mi estómago al convivir en este mundillo del audiovisual canario. El detonante fue el Foro canario del Festival de Cine de Las Palmas de aquel lejano año.

Aquella primera entrada se tituló "El Traje Nuevo del emperador", en referencia a una verdad evidente que, a mi entender, todo el mundo era capaz de ver, pero nadie se atrevía a decir en voz alta.

Ahora miro atrás, releeo algunas de aquellas tempranas entradas y otras no tanto, y soy capaz de ver que, tal y como decían en El Gatopardo, todo ha cambiado para que todo siga igual.

El Festival de Las Palmas sigue siendo un cortijo privado pagado con dinero público, vehículo con doble función:  primero para que unos vividores mediocres se paguen la hipoteca gracias al contribuyente, organizando un festival que le da la espalda al público y a (más de) la mitad del espectro creativo audiovisual canario, y segundo, para hacer pasillo y aúpar a determinados realizadores que están tácitamente "en nómina" del festival.

Por el camino han pasado muchas cosas.

Aquel 2011 era el comienzo de una década en la que el audiovisual se iba a transformar. Eran los albores de la DSLR, que dejaba atrás al HDV, al miniDV, terminando así con una época de libertad creativa nacida de una revolución digital que anunciaba un comunismo del cine que no llegó a materializarse.

La contrarrevolución de aquella explosión creativa. La dictadura primero de la DSLR, y después la de la Red One...

Las redes sociales, que en aquella etapa, bullían de actividad, de información que corría como la pólvora, diciéndote quien estaba rodando qué, anunciando estrenos de cortometrajes canarios uno tras otro, sin tregua, ahora se han quedado como sustituto del telediario, y cada vez tienen menos de red ni de social.

Se perdió aquella intensidad, aquellas discusiones. Hay que agradecer también que se acabaran los insultos y los ataques anónimos.

Y este blog nació como respuesta a todo aquel tinglado. No bastaba con comentar en El Escobillón, o en Facebook. Había que decir lo que se pensaba, porque todo estaba a flor de piel.

Luego todo se amansó, eso es cierto. La crisis acabó con las ayudas del Gobierno de Canarias y casi parecía que ya no había nada por lo que protestar. Pero las injusticias, los pasteleos, los amiguismos, todo eso continuó intacto, incluso empeoró.

Asociaciones sectarias. Luchas intestinas. Puf... dio para mucho.

Y este blog trató de dar siempre mi punto de vista de todo lo que estaba pasando Es cierto que quizás de forma demasiado visceral. De hecho, cuando escribo entradas, las subo sin revisarlas, porque lo que busco es esa visceralidad, huyendo del "uf, aquí me pasé. Mejor lo cambio".

Soy consciente de que esto no gusta a mucha gente, que molesta a determinados sectores oficiales, pero mira, no puede uno caerle bien a todo el mundo.

También he podido rastrear, al releer las entradas, mis estados de ánimo y mis vivencias en cada momento a lo largo de esta década, remarcando así el carácter subjetivo que siempre tuvo este blog.

Cómo me sentía al salir de una proyección del Catálogo. Cómo me sentía después de una sesión del Festival de las Palmas. Mi opinión ante las ayudas y las normativas. Mis sensaciones antes y después de rodar alguno de mis cortometrajes.

No sé si todo esto tiene algún valor, o alguna utilidad. No sé si a alguien le ha interesado nada de lo que he contado aquí durante diez años, pero sí que creo que un análisis de este blog cotejándolo con las entradas en las mismas fechas de otros blogs como El Escobillón o En Pos de la ballena Blanca, puede arrojar un cuadro amplio de lo que ha acontencido en el audiovisual canario en estos últimos diez años.

Realmente no me preocupa, porque admito que a veces este lugar ha sido una via de escape y de descarga emocional.

Así que, aunque nadie me lea, yo voy a por otros diez años más. 

Y luego ya veremos.

 

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jueves, 11 de marzo de 2021

Rodar sin adrenalina

 


El año que viene se cumplirán 20 años desde que rodé mi primer corto.

Bueno, llevaba dos años antes haciendo cortitos en VHS pero eso no cuenta, sobre todo por lo truñazos que eran. ¿Qué? ¿Que ahora también hago truñazos? Pues sí, la verdad...

A lo que iba. Que el año que viene cumplo dos décadas en esta absurda "profesión" que consiste en contar historias, gastarte tu dinero, no recuperarlo, etc etc.

Y resulta que mañana empiezo a rodar otra nueva. En esta ocasión con todas esas cosas que para muchos son las únicas válidas a la hora de hacer cine. Ya saben, subvención, dinero público, patrocinadores, productoras legales... Buf, conceptos todos que inevitablemente me producen sarpullidos en la piel.

Se trata de una historia que dificilmente se podía abordar desde la filosfía del cine leve. Dificilmente pero no imposible, pero bueno. Así que nada, a rodar mañana mi película número 27, o 28... la verdad es que perdí la cuenta.

Pero no es de esto exactamente de lo que quería hablarles. 

Es sobre la adrenalina que recorre el cuerpo antes de un rodaje.

Hasta no hace mucho esa adrenalina recorría mi cuerpo como una corriente eléctrica. No podía dormir la noche antes del rodaje. Y daba saltitos de alegría como una niña de colegio después de cada plano... "¡Planazo!- ¡se caga la perra!" y otras lindezas emocionales que soltaba mientras planificaba o rodaba una escena.

Pero de un tiempo a esta parte ya no me emociona igual nada de esto.  Sigo ilusionado, por supuesto, en contar esas historias que me inquietan, pero ya no hay saltitos de alegría ni frases recurrentes. La adrenalina ya no corre igual, y duermo como un bebé antes del rodaje. Un bebé con otitis, pero un bebé, al fin y al cabo.

¿Y por qué? Pues no lo sé. Quizás me estoy haciendo viejo ya para esta mierda, o quizás sea el hecho de alejarme del nirvana emocional que me brinda el Cine Leve, o es que a lo mejor, al final, no sea tan maravilloso eso de rodar con presupuesto.

Claro. El rédito posterior no es el mismo tampoco. Se supone que un corto hecho con presupuesto tendrá una vida mayor en el circuito audiovisual que un cortito Leve... 

Pero lo cierto es que nada te lo garantiza. 

Escribí este guión hace mas o menos tres años, en 2018 o 2017, tras una conversación con unos amigos que me despertaron la idea. Luego el proceso de reescritura, la deriva de buscar productora, el dossier, la convocatoria de ayudas, la resolución, empezar a rodar, nos quitaron la subvención cuando ya habíamos empezado, volver a esperar a la siguiente convocatoria, otra vez las resoluciones, y al final una preproducción durísima... A mi, al menos, toda esta espera, todo ese stress, todo eso, me mata la libido. 

La mejor prevención de embarazos no deseados es una preproducción como esta.

Ni adrenalina ni sexo.

De hecho, ya el pene me está pidiendo una de Cine Leve para poder recuperar su esplendor original.

Igual no es que haya perdido la ilusión por el cine, sino la emoción por la vida.


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lunes, 22 de febrero de 2021

Dobladas

 


Me van a permitir que, por un momento, me afeite la barba hipster, me quite la boina, las gafas de pasta y la palestina, y diga que prefiero ver las películas en versión doblada.

Guau que sacrilegio ¿no?

Bueno. me voy a explicar. 

Para mi, el manido argumento de que "no me da tiempo de leer los subtítulos y ver las imágenes" es totalmente cierto. Me pierdo un montón de detalles referentes a la composición, al encuadre, al vestuario, a la puesta en escena. Mi percepción de todos esos elementos está alterada si tengo que estar leyendo los subtítulos.

Hay quien dice que con el doblaje se pierden matices de la interpretación. Puede ser verdad, aunque si tengo que estar leyendo los letreros me los puedo perder igualmente.

De cualquier forma es una elección sobre qué matices te quieres perder, si los interpretativos o todos los demás.

Mi lanza que rompo a favor del doblaje tiene otros argumentos, igual de válidos. Creo que el doblaje acerca el cine a los niños, creando cinéfilos desde muy corta edad. Mi cinefilia se formó en la primera cadena de la televisión española cuando sólo había una cadena en Canarias. La 2 no llegó hasta el año 82 por aquello del Mundial de fútbol. 

Y aquellas películas de Hitchcock, de Wyler, de Ford, La diligencia, Calle Sin Salida, Rebeca, las vi con apenas seis o siete años, y jamás las podría haber seguido, comprendido y haberme entusiasmado con ellas si hubieran estado en versión original.

Lo viví con mi hijo cuando desde muy pequeño ya había visto el Frankenstein de Whale, o Naufrágos de Hitchcock, u otras mas modernas como Star Wars, y todo eso cuando aún no sabía leeer. 

El adulto se construye sobre el niño que fue, y dudo mucho que mi amor al cine se hubiera podido desarrollar si cuando niño todo hubiera estado en versión original.

Ante este argumento, hay quien dice que conviene aprender idiomas y así disfrutar de la versión original de cada película... Bueno, sí, aunque quizás se olvidan de que hay cine en chino, en japonés, en ruso, en iraní... Dudo que tengamos tiempo de aprender tantos idiomas.

Por otro lado, hay algo también de sentimentalismo y nostalgia en todo esto. A los mitómanos como yo, por ejemplo, nos molesta mucho esos re-doblajes nuevos de cintas clásicas. Yo quiero ver Casablanca con aquel primer doblaje con el que lo vi por primera vez. Me da igual que Rick no luchara a favor de La II República española en la versión doblada, que lo cambiaran por el anglush austriaco para no herir sensibilidades franquistas. Para eso están los extras del DVD, para explicarme esas cosas.

Luego las vuelven a doblar, y ya las voces, las entonaciones, incluso el texto, ya no es lo mismo que lo que tú tienes retenido en tu retina emocional.

Los nuevos doblajes de "Senderos de Gloria", o de "Reservoir Dogs", que difieren de lo que yo vi cuando las vi por primera vez, me enfadan muchísimo. Yo me enamoré de esas películas tal y como las vi y escuché.

   Es cierto que después hay cagadas impresionantes, como la conversación de "La Guerra de las Galaxias" en la escena en la que Luke entrena con la bola flotante y la espada láser. "Casi he podido ver a los lejanos" dice Luke. "Que valga para los lejanos es una cosa, que valga para los vivos, es otra" dice Han. 

Y yo estuve años preguntándome de que cojones estaban hablando. Pensé que hacían referencia a los espíritus de la fuerza, esos fluorescentes que vemos en Obi Wan o Yoda después de muertos en las secuelas. 

Pero no. Es un error de traducción. La bola esa de entrenamiento es un aparato remoto. "Remote". Los traductores los tradujeron por "lejano"... "remoto = lejano". Y se quedaron tan anchos. Luke con los ojos tapados casi pudo ver la bola. Hay que joderse.

Claro que en versión original los subtítulos hubieran cometido el mismo error.

No sé lo que opinarán ustedes.

Yo, al menos, no es que sea un negacionista de la versión original. Hay películas que sí me gusta verlas en su idioma nativo, películas que a lo mejor he visto ya tantas veces en español, que no me pierdo nada porque ya me la sé, y gano escuchándola en su propio idioma. "El Resplandor" (por motivos obvios), o "Lo que el viento se llevó", o "Los Siete Samurais".

Pero si tengo que ver "Desafio Mortal 18", pues como que la veo doblada, que quieres que te diga...

 

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lunes, 11 de enero de 2021

Filming Cyrano. Una última locura en el año de la plaga.


 

   El año 2020 iba a terminar, y yo ya había conseguido quitarme la espinita rodando al menos un cortometraje, "Sinfonía Callejera".

Se había truncado cualquier plan durante la pandemia y el confinamiento, pero con "Sinfonía..." yo daba el año por salvado, y quedaba a la espera de ver lo que nos traían los Reyes para este 2021.

Pero lo que son las cosas de la vida, justo a finales de Diciembre, contacta conmigo el actor José Tabares para empujarme a rodar otra cosita de esas "rápidas de las tuyas, de una sola jornada, con pocos actores".

Él tenía la localización, un pub de un familiar suyo que iban a traspasar en breve,  que ya había sido escenario de algunos rodajes, y no quería despedirse del local sin un último cortometraje.

Yo no tenía guión, ni proyecto, ni tiempo material para levantar nada con tanta brevedad. Lo lógico hubiera sido no hacerlo, pero yo soy una chica fácil, vamos, que con poco voy.

Así que me dije "Venga a ver si se me ocurre algo". Eso fue un Lunes a las 10 de la noche. El martes a las 12 ya estaba yo mandándole el guión.

Y montamos un pifostio de la nada, que es una de las cosas mas bonitas de hacer cine así. Donde 24 horas antes no había nada, de pronto ya existían unos personajes, unas emociones, un mensaje. Y lo mejor es que el cineasta construye todo eso sin destruir nada.

Hacía unos días que me había puesto en mi viejo DVD el Cyrano de Depardieu, que es una de las obras que más me había entusiasmado desde mi adolescencia, y se me ocurrió hacer mi propia versión, modernizada y adaptada.

Antiguos intèrpretes de un Cyrano lejano se encuentran en un pub 14 años después de haberla interpretado. La vida de cada uno ha tomado rumbos diferentes. El encuentro trae nostalgias y conflictos. Hala, Venga, pues ya está, vamos a rodarla.

Además de Tabares, con quien era la primera vez que trabajaba, tiré de mi propia galería, y avisé a Yazmina Guerra, que estaba de vacaciones en la Isla, para hacer nuestra cuarta película juntos, y a Borja Texeira, de quien creo que no necesito explicar nuestra relación profesional que se acerca ya a los 17 años de colaboración.



 

Movilicé a todo un equipo de rodaje que se apuntaron a acompañarnos en esta locura. Paco Perdomo, quien no se pierde un rodaje mio si mi madre nos hace esa empanada para el catering.

Bárbara Aguilera, otra entusiasta sin miedo a hacer cine leve, Esteban Calderín, un enamorado de la imagen captada, y Javier Ríos, con quien yo había coincidido en algunos rodajes y que siempre me comentaba que quería apuntarse a algún proyecto mio. conformaron el equipo de Fotografía y cámara.



 

Fuímos de sobraos y rodamos con tres cámaras simultáneas. Eso nos permitió rodar en apenas 5 horas lo que hubiéramos tradado 10 en rodar. Esquema de tiros de cámara, los planos cortos y el plano general al mismo tiempo. Sí, se puede hacer. Claro que cuando los actores se mueven, se levantan etc etc hay que afinar mucho.

Rhoderick Calogero se encargó del sonido, y claro, ante el reto de rodar con tres cámaras, había que solventar la captación de audio con al menos dos pértigas y quizás algún inalámbrico. Así que se trajo a Gaby Melgarejo para hacerlo posible. 


 

Para el maquillaje llamé a Elisa Moretti, que ya había trabajado conmigo en "El Zoo de papel". Elisa es quizás la más entusiasta de esta lista. Se apuntó aplaudiendo. Desglosó el diseño de maquillaje para cada personaje, e incluso ella misma iba a interpretar a la camarera del pub. Pero a última hora no consiguió librar en el restaurante donde trabaja. (¿Cómo? ¿Que los profesionales del cine canario tienen que trabajar en otros oficios que no son lo suyo ni tienen nada que ver con el cine para poder comer todos los días? ¡Me quedo picueto, oiga!).

Así que Elisa, con toda la pena de su corazón, contactó con Argi M. Rodríguez, una compañera del Instituto de Cine para que la cubriera en su labor de maquillaje, y con Cynthia Centol, una amiga suya actriz, para que hiciera el papel de camarera. Maravillosas ambas en su labor.


 

No suelo trabajar con ayudante de dirección, suelo hacerlo yo mismo, pero en esta ocasión me llevé a la joven Julia Menéndez para que fuera cogiendo rodajes para cuando yo me muera. Una joven de 17 años que quiere empezar en esto del cine, en vez de estudiar empresariales o carpintería metálica que es lo que debimos hacer todos nosotros hace 20 años.


 

Mi hermano Sergio se apuntó tambien, por supuesto, haciendo de todo, como siempre. Foto Fija, Producción, Video Assist. Todas aquellas labores que se quedan sin dueño en un rodaje leve, las solemos cubrir con Sergio.

Y por último necesitábamos extras, figuración para llenar el pub. Julia llamó a sus amigos, y Elisa convocó a sus compañeros del Instituto de Cine. Yo no sé como lo hicieron ni de donde salieron, pero en un momento me giré y vi el set lleno de gente.

Miré a mi alrededor y pensé: "Hace apenas una semana nada de esto existía. Y ahora hay aquí 20 personas materializando una parida que salió de mi cabeza ¿Por qué?"



 

Supongo que no hay respuesta. O hay demasiadas y por eso no la encontramos.

Pero bueno, al final, ahi está. "Playing Cyrano". Mi película número 27. Rodar dos cortos en el Año de la Plaga es toda una hazaña. 

¿Qué? ¿Que no hay donde proyectar? ¿Que con los aforos reducidos y las medidas de seguridad es absurdo plantear un estreno? ¿Y qué?

 

 

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