El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
sábado, 2 de diciembre de 2017
...¿y lo que nos reíamos?
Hace mas de 15 años todo esto era divertido.
Una cámara Hi8 de esas pequeñas que usas para grabar tus vacaciones, un micro de ordenador pegado con cinta a un palo de fregona... y lo que nos reíamos.
Después lo editabas en tu ordenador y lo veías con tus amigos tomándote unas birras... y lo que nos reíamos.
Después, en un proyecto con Betacam Digital que en ese momento era la hostia y pértiga de fibra de carbono y senheisser, viví una mala experiencia con un productor, y desde entonces me prometí a mi mismo que no volvería a vivir malas experiencias como aquella, con productores... porque no nos reíamos.
La cosa mejoró entonces.
La Sony 170 aquella que era la hostia para aquel entonces, y un micro que alquilábamos cuando íbamos a rodar.
Lo editaba en mi ordenador y lo proyectábamos en el Aula de Cine o en el Cicca... y lo que nos reíamos.
A aquello le siguieron muchos proyectos, algunos mas ambiciosos, con mas o menos dinero, pero siempre con la honestidad por delante.
Cuando el presupuesto era 0, pues era 0. Y lo hacíamos entre amigos... y lo que nos reíamos.
Y cuando el presupuesto eran 600, 1000 o 7000 que salían de mi bolsillo, de todas formas lo seguíamos haciendo entre amigos.
Cuando se podía pagar, se pagaba, y cuando no se podía, se decía claramente antes de empezar, y el que quería se quedaba y el que no, se iba.
Honestidad, trasparencia y pasión... y siempre salía bien.
Al final teníamos un corto, que editaba yo en mi casa... y lo que nos reíamos.
Pero claro... la inercia te lleva a algo mas.
Y palabras como subvención, RedOne, productores, presupuesto, balance, resonaban en la cabeza.
Muy bonito sí... pero era a cambio de vender tu esencia.
Ya no lo controlabas tú todo, ya no editabas en tu casa, ya no dependía de ti, no controlabas la producción ni lo que cobraba o no tu equipo.
Ya no era entre amigos... y ya no nos reímos tanto...
Y si algo que haces en la vida no te divierte, sino que te dan ganas de pegarte un tiro, es que te estás equivocando en algo.
Vuelve a los orígenes, al Hi8, al micro de ordenador en el palo de fregona, y volverás a reir...
martes, 28 de noviembre de 2017
De papas y subvenciones
Vamos a suponer que el Gobierno de Canarias te da una subvención para plantar papas... es un suponer ¿vale?.
Vale.
Venga. Toma... 20.000 euros para que plantes papas.
¿Cuánto tardan las papas en crecer para poder ser recogidas?
Ni puta idea... míralo en la wikipedia o algo así.
Vale. Las papas entre que se siembran y se recogen tienen que pasar de 4 a 6 meses.
Pues imaginen que el Gobierno les da la subvención ésa pero les exigen en las bases que las papas las recojan en una semana.
-Pero es que en una semana no da tiempo a que las papas...-
Al Gobierno se la sopla. Una semana o no te damos la subvención...
¿Tendría puto sentido? ¿A que no verdad?
Pues entonces ¿Porqué creen que pueden darnos una subvención para rodar un cortometraje y exigirnos como fecha de entrega de la película acabada apenas cuatro semanas después de la resolución?
Los cortos, el cine, igual que las papas, llevan su tiempo para germinar.
Hay que localizar, ensayar , preparar, rodar. Luego hay que editar, corregir colores, sonorizar, componer música... Todo con la calma y el tiempo necesario para no hacerlo todo de prisa y corriendo, y que al final el producto sea el mejor posible.
¿De verdad creen que no adelantar ni un solo euro de esa subvención, al menos la mitad, para poder rodar en condiciones, ayuda a mejorar la calidad del producto, o contribuye de alguna manera al fomento del cine canario?
Y mas mierdas absurdas que no tengo ánimo ahora de detallar aquí.
Desde aquí invito a los responsables de las normas de las ayudas al cine a que rueden algo, lo que sea, bajo sus propias premisas, y luego me lo muestren... a ver que moñigo les sale.
Pero claro... si ponemos a gestionar la cultura a los mismos que gestionan las papas...
sábado, 11 de noviembre de 2017
Rodar o no rodar
Alguien dijo una vez que entre rodar o no rodar, ya saben, en la disyuntiva de si paralizas o no un proyecto, siempre hay que elegir rodar.
Claro que en esa ecuación no se está teniendo en cuenta si tu financiación es propia o es dinero público, ya que en el segundo de los supuestos existe una especie de responsabilidad civil cultural en rodar con un presupuesto que ha salido del bolsillo de todos.
Quiero decir que te han dado esa pasta y tienes que hacerlo bien, estar a la altura, no hacer una cagada vamos.
Y es entonces cuando la disyuntiva se complica, ya que si uno rueda con su propio dinero pues mira, es tu problema si haces una mierda pinchada en un palo, pero malgastar el dinero de la gente en algun capricho cagada mental tuya...
El proyecto que vamos a acometer la semana que viene ha estado tambaleándose en la cuerda floja de la cancelación durante toda la preproducción, pero no por dudas metafísicas como la anteriormente relatada, sino por las absurdas condiciones y normativas que impone el Gobierno de Canarias para otorgarte el presupuesto concedido.
Una reglas que dan las espalda a la realidad del sector audiovisual de nuestro archipiélago, y gracias a las cuáles, según tengo entendido, mas de uno ha tenido que renunciar a la ayuda y a rodar su proyecto.
Analizándolo así, ¿podríamos afirmar que el programa de ayudas audiovisuales de Canarias no garantiza una producción estable y continuada, siendo por lo tanto, un modelo inservible, aunque de esta convocatoria salgan dos o tres productos interesantes?
Yo ya he dicho por activa y por pasiva que este modelo no funciona, pero no me voy a repetir mas.
Voy a rodar mi corto lo mejor que sé. Si no va a estar mejor hecho es porque no sé hacerlo mejor.
Aunque he de admitir, sí, aquí en este blog, que más da si nadie lo lee... pues que he de admitir que voy a rodar con un porquito de rencor hacia mi mismo. por no haber afrontado en algún momento este proyecto por mi cuenta, sin ayudas, como todo lo que he hecho de aquí para atrás.
Es cierto que es un guión complicado, con una producción para nada fácil si no se cuenta con cierto respaldo económico.
Por eso ha esperado ocho años durmiendo en los cajones virtuales de mi ordenador, pero también sé que al menos podría haberlo intentado.
Y así todo, con subvención y todo, si esto va a llegar a buen puerto no va a ser gracias a la ayuda económica estatal, sino al trabajo de un montón de personas que se están dejando la piel en el proyecto, mas allá del deber...
Sin ellos ya tendríamos que haber renunciado a la subvención hace tiempo.
Bueno, que eso, que entre rodar o no rodar, hay que elegir siempre rodar.
viernes, 27 de octubre de 2017
Hendaia Film Festival. De lo necesario a lo imprescindible.
No había alfombra roja ni etiqueta al vestir porque el tema no iba de eso.
Este no era un festival de falso glamour ni de poses rompecuellos en el fotocol, sino más bien un festival de personas, de sensaciones, de abrazos y sonrisas.
Es más, es éso precisamente lo que, a mi juicio, hace del Hendaia Film Festival un festival no ya necesario, sino imprescindible.
Imprescindible por su calor humano y su filosofía, pero también por motivos puramente artísticos, ya que tan sólo con echarle un ojo a su selección podemos apreciar como conviven y comparten pantalla cortometrajes de gran producción con obras leves, mínimas, indies e íntimas, obras que también existen aunque casi siempre se queden fuera de los circuitos y que reclaman su espacio y su pantalla sin complejos y con el mismo valor (o más) que los caros productos de acabados industriales.
Ángela Mejías lo ha vuelto a hacer. Con la fuerza de ese David que vence a Goliath ha vuelto a reunir una treintena de cortometrajes y cineastas en ese pequeño pueblecito del sur de Francia en la misma frontera con Euskadi que es Hendaya.
Y allí fuímos, repitiendo la experiencia del año anterior, mi amigo Lamberto Guerra y un servidor, con nuestros dos humildes cortometrajes bajo el brazo. dos piezas íntimas realizadas entre amigos y desde la carencia de medios mas hermosa que se les pueda ocurrir.
Sólo que este año, y por aquello de que la confianza da asco, conseguimos llevarnos con nosotros a parte de los partícipes de ambas obras, entusiasmados como estábamos por compartir la experiencia con los co-artífices de nuestras películas.
Así que nos plantamos en Hendaya toda una delegación canaria formada también por los intérpretes de ambos cortos como Borja Texeira, Lorenza Machín y Paloma Albadalejo, así como el compositor de las dos bandas sonoras Jonay Armas.
con Jonay Armas, Lamberto Guerra y Borja Texeira |
Y fue muy bonito reencontrarnos con todas esas maravillosas personas de la organización del festival que habíamos conocido el año anterior, Ángela, Nathalie, María José, o rostros conocidos de la anterior edición como Axier Salazar, Miriam Ortega o Iker Arce, realizadores vascos en sintonía con nuestra filosofía de ver el cine... y la vida añadiría yo.
con Iker Arce, Miriam Ortega y Axier Salazar |
También hubo tiempo para conocer nuevos talentos, como Rubén Sáinz, responsable de "Cirilo", un cortometraje redondo sobre la crisis al que yo hubiera dado el premio de la sección vasca sin dudarlo, pero que tuvo que conformarse con una mención especial, que tampoco es moco de pavo.
Rubén Sáinz |
Por cierto, que este año la calidad de la sección vasca era mucho mayor que la de la sección internacional, algo que quizás las otras comunidades autónomas deberíamos hacérnoslo mirar.
"Lituania" de Iker Arce, que se llevó el premio de guión es un buen ejemplo de lo que digo.
También andaba por allí Emilia Ruíz, realizadora catalana afincada en París que presentó "Indios y vaqueros", un durísmo cortometraje sobre la violencia de género, profundo y sin concesiones hacia el espectador en el que todos los personajes son víctimas y que mereció algo más en el palmarés, al menos premiar al niño actor David Crivillé que llenaba la pantalla con unos ojos inmensos y una interpretación que me puso los pelos de punta.
Con Emilia encontré en seguida puntos en común en nuestra forma de ver el cine, más allá de nuestra común alergia por los caracoles...
con Lamberto Guerra y Emilia Ruíz |
Coincidimos también con Edu Moyano, el tio mas odiado (es broma eh) en la edición del año anterior, ya que arrasó con todos los premios con su cortometraje "cretinos" y que este año estaba allí en calidad de jurado de la sección vasca.
Un gran tipo con el que nos echamos unas risas que valen mas que cualquier selección oficial.
con Edu Moyano |
Silvia Dotta, artista argentina que, sin ser cineasta, contribuyó a la fiesta cultural con una interesante exposición sobre el fileteado, que es un estilo artístico de pintar y dibujar originario de la Argentina de principios del siglo pasado, basado en líneas que se convierten en espirales, un cromatismo llamativo, el uso recurrente de la simetría, sombras y perspectivas.
Pese a nuestras coincidencias e intereses afines con respecto al arte y al cine, lo cierto es que cada uno de nosotros tenía puntos de vista y discursos propios, cosa que enriquece el panorama y las charlas, pero, una cosa es tener un discurso propio totalmente respetable, y otra cosa, con la que no puedo estar de acuerdo, es defender un discurso individualista basado en el egoismo racional a lo Rand.
Yo, que he recorrido el (no tan) largo camino que va desde el marxismo práctico al anarquismo visceral no puedo respetar un discurso así.
Bueno, que me lio y me pierdo y me voy por las ramas...
El premio gordo recayó sobre el corto argentino "Puertas adentro" de Eugenio Caracoche, un trabajo impecable de gran factura que revela una visión onírica y poética sobre el amor y la muerte.
Nada que reprocharle, pues, a este premio, salvando desde un criterio personal que a mi gusto el mejor cortometraje que pude ver en esta edición fue "The Chop" de Lewis Rose, una obra perfecta donde magistralmente se lleva al extremo de lo absurdo las diferencias religiosas del conflicto árabe israelí, a través de la historia de dos establecimientos de venta de carnes, uno musulmán y otro judío en Londres.
Perfecta y sin fisuras tuvo que contentarse con el premio al mejor actor para su protagonista.
Y hablando de premios, pues resulta que en esta ocasión nuestros cortitos canarios se volvieron ambos para casa con sendos premios.
Jonay Armas recibió el premio a la mejor música original por nuestro "Amanecer", dirigida por este que les escribe. Una banda sonora musical impecable que por fin se ve recompensada, claro que fuera de nuestra tierra, que no se diga que no valoramos lo nuestro.
Y según me soplaron después, "Amanecer" estuvo ahí ahí a puntito de llevarse algún que otro premio mas, pero finalmente no pudo ser.
Y la gran alegría de la noche la tuvimos en la mención especial del jurado para el cortometraje "Lo que no se ve" del realizador canario Lamberto Guerra.
Me voy a detener si me lo permiten un instante para analizar lo que digo.
"Lo que no se ve" es un cortometraje express, de apenas cinco minutos, pensado, escrito, rodado y editado en apenas 24 horas, y realizado desde la carencia de medios mas absoluta. Una cámara, un micro y unas actrices.
Estas circunstancias no son conocidas, ni tienen porqué serlo, por el jurado que ha premiado la película, así que el hecho de que un cortometraje de estas características, jugando fuera de casa y compitiendo con cortometrajes de una gran factura de producción y presupuesto, se alce con un reconocimiento a la calidad de su totalidad en un festival internacional dice mucho en favor de la obra y de su valor intrínseco.
Lamberto Guerra |
De cualquier forma, y contradiciendo todo lo que acabo de decir (así soy yo, carne de psiquiatra) me reafirmo en que los premios de un festival no quieren decir nada. No le otorgan mas valor a la obra de la que ya tiene. Al fin y al cabo, el fallo de un jurado no pasa de ser una opinión subjetiva de tres o cuatro personas que se alcanza en base a acuerdos, tiras y aflojas, negociaciones y concesiones hasta alcanzar un veredicto que satisfaga a todos los miembros del jurado.
Bastaría con cambiar a un miembro por otro y el palmarés sería totalmente diferente. Los premios no significan nada, solo el trabajo constante y la pasión infinita por lo que haces cuentan.
No me malinterpreten. Estoy muy feliz con nuestros premios, pero son lo que son. Nos los dan y eso que te llevas.
Poco más que añadir.
Si he de quedarme con algo, me reafirmo en lo que dije el año pasado después del Hendaia 2016.
Destaco la calidad humana, el compromiso emocional por encima de películas y premios. Lo importante son las personas.
Las lágrimas emocionadas de Ángela Mejías en el aeropuerto cuando nos despedíamos tras tres intensos días de festival.
Me quedo con eso, y ya nadie me lo quita.
sábado, 14 de octubre de 2017
Pan para hoy...
-¿Te apuntas a mi rodaje? Tengo subvención, o sea que hay pasta para trabajar.
-Hombre, me apunto, sí, pero te puedo echar una mano por las tardes y los fines de semana, porque por las mañanas curro...
-Ya, pero te voy a pagar por tu trabajo...
-Sí, pero aunque me vayas a pagar, no voy a dejar mi trabajo de todo el año por currar cuatro jornadas.
-Hola, necesito una actriz, es remunerado ¿Cuento contigo?
-Claro, pero los findes no puedo, porque curro de camarera...
-Pero te voy a pagar, es remunerado...
-Sí, pero no voy a sacrificar el curro que me da de comer por un papel de cuatro días, por mucho que quiera dedicarme a la interpretación, tengo que comer el resto del año.
Y es así.
Da igual que tengas una subvención para rodar tu proyecto, porque no hay una industria que mantenga la actividad de los profesionales durante todo el año.
Es cierto que sí, que hay algunos que sí, que están metidos a nivel industria, que hacen palmeras en la nieve y no se qué de Filipinas pero ¿Puedes pagarlo con 20.000 euros de presupuesto total?
¿Puedes pagar 3.000 al director de arte y 5.000 al director de fotografía? ¿Y otros 5.000 para la empresa de servicios?
¿Y el resto del corto con que lo haces?
No me des un pez, ni me des una caña. Está bien que me enseñes a pescar, pero si no hay industria pesquera ¿Que hago después con el pescado?
Estas subvenciones no crean industria. Estoy aburrido de decirlo. Jamás crearán el tejido necesario para que nuestros talentos, que los tenemos a patadas, se profesionalicen.
Y ojo. Profesional y amateur no quiere decir nada. Amateur no significa "malo". Significa que no vives de esta actividad por muy bueno que seas.
Esta es la realidad, de la que no saldremos nunca dándole 20.000 euros a una productora para que se busque la vida para rodar un corto.
¿Y por qué?
Pues porque no hay un mercado donde buscar el afán de lucro con un cortometraje.
Si vas con un proyecto a un productor lo primero que te dice es "vamos a presentarlo a las ayudas a ver".
Nunca te dirá "guau de puta madre este guión, espera que voy al banco y saco 20.000 euros y los rodamos".
¿Por qué?
Porque no hay forma de recuperar ese dinero. Porque la tele canaria te paga 600 euros por poner tu corto el dia de Canarias si es que has entrado en el catálogo. Porque no hay un público que pague lo suficiente por ver tu corto como para que tu te plantees invertir en él y pagarle a tu equipo lo que corresponde a su talento.
No voy a insistir más, pero... ¿cuotas de pantalla? ¿adqusición de derechos televisivos por ley?
Y de repente haces un corto cojonudo y una productora de la península te ficha para que dirijas algo para la industria. Pero la camarera que te hizo de actriz, y el director de arte que trabaja en publicidad se van a quedar aquí. No te los vas a llevar contigo.
Seguiremos así. Pagando testimonialmente como podamos a nuestros colaboradores cuando encuentren un hueco tras su jornada laboral, cuando haya dinero público, o si no lo hay, prometiéndoles que si el corto funciona y gana algún festival repartirás el premio.
Quizás el problema está en otro sitio.
Quizás los administradores o los políticos, no lo sé, encargados de elaborar las normas y las reglas de los programas y los presupuestos de cultura sean personas que se sientan tras unos despachos con aire acondicionado, y que jamás han tenido que arrodillarse para abrir un trípode, o jamás han mantenido una pértiga de sonido por encima de sus cabezas.
A lo mejor ese es el problema...
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Subvenciones. Donde dije "digo" sigo diciendo "digo".
Ayer me despiertan con un whatsapp avisándome de que desde el Gobierno de Canarias nos habían subvencionado un proyecto de cortometraje.
20.000 euros.
Mi primera reacción fue de entusiasmo. ¡Madre mía, 20.000 euros!
Llevo dieciséis años haciendo cine, dos largometrajes y diecinueve cortos, y creo que si sumas el presupuesto de todos esos trabajos juntos no sumarían 20.000 euros.
Me duché, me vestí y salí a la calle porque precisamente ayer tenía yo cita en el Inem para el tema de la prestación.
430 euros al mes por ser padre soltero, hijos a mi cargo o algo así...
De camino a la oficina del Inem iba pensando en todo esto.
Rodar un corto con 20.000 euros...
Sé que este corto no podía rodarse sin ayudas. No es cine leve, que pueda acometerse sin presupuesto, pero...
Sigo pensando lo mismo. Que este no es el camino. Que en nada contribuye a la creación de industria.
Esa industria necesaria para, entre otras cosas, que yo no tuviera que ir al Inem esa mañana a solicitar ningún puñetero subsidio de 430 euros con el que malvivir los próximos meses.
El cine es un bien cultural que hay que proteger, vale, de acuerdo, pero si no creamos industria, un sistema que permita a los sonidistas, maquilladores, directores de arte, scripts, fotógrafos etc etc vivir de su trabajo ¿qué estaríamos protegiendo?
Nosotras y nosotros somos el bien cultural, protejánnos a nosotros.
Y para eso, creo yo, el camino no es darme a mi 20.000 euros para que ruede un corto, sino usar todo ese dinero (dos millones de euros creo haber leído por ahí) en apoyar políticas proteccionistas para nuestro cine. Cuotas de pantalla en las salas, obligación de nuestra televisión autonómica canaria (la de todos) de comprar y emitir cine canario.
Facilidades legales. ¿Ruedas un largo con el dinero de tus ahorros, o dinero privado que consigas, y luego te aburren con trámites y papeleos inviables, reclamándote seguros sociales, altas y no sé que demonios que no se corresponden con la realidad del sector?
No me malinterpreten. Yo soy el primero que defiende la legalidad de contratos y altas, pero lamentablemente esa no es la realidad. Cuando tengamos una industria ma apuntaré el primero al sindicato.
Si yo sé que la tele tiene que comprar mi trabajo por ley, si sé que va a estar en taquilla del multicines al menos una semana por ley, quizás me arriesgue a gastar mis ahorros en una película, y quizás haya empresarios dispuestos a invertir en ella ya que la ley les garantiza algo mas que el arrojarse a la piscina de los festivales.
Así un día cuando un espectador desvinculado pase por el Monopol y vea el cartel de una peli canaria, quizás le de por entrar. Y es entonces cuando nos toca a nosotros hacer que ese espectador vuelva a entrar en una sala a ver una película canaria.
Es así como se crea una industria, con medidas encaminadas a la exhibición y distribución, y acercando nuestras obras al público.
Subvencionar un sector sin consumidores es tirar el dinero de los contribuyentes.
El tomate y el plátano se subvencionan, porque hay quien compra tomates y plátanos, pero ¿quién compra nuestro cine?
Y la profesionalización del sector no va a llegar invirtiendo en formación, sino invirtiendo en industria.
Mi padre decía que cortando huevos es como se aprende a capar.
¿Para qué hacemos estudiar a las nuevas generaciones realización, sonido, producción, si luego no existe una industria que absorba a todos esos profesionales, y tendrán que irse a currar a la hostelería o a la construcción? ¿Qué sentido tiene?
... y me callo ya. que me pongo nervioso.
Podría hablar de los fallos del modelo de concesión, de que haya que justificar el total presupuestado en vez de lo concedido, como si eso fuera posible hacerlo sin chanchullos... pero ¿quién tiene ganas?...
Bueno, les dejo que tengo que rodar un corto... con el dinero de ustedes. Tengo que hacerlo lo mejor que sé, porque creo que hay cierta responsabilidad civil en rodar con el dinero del pueblo...
jueves, 14 de septiembre de 2017
"Lava" y "Disnea". Piezas de violín.
Ya lo he dicho más de una vez.
Hacer cine en Canarias es como tocar el violín en el Titanic.
Sólo unos locos seguirían tocando mientras todo se hunde.
Y eso es precisamente lo que en esta tarde noche hemos podido ver en la sala 6 de los Multicines Monopol de esta nuestra ciudad.
Dos piezas de violín, mínimas, íntimas, cuidadas en las que forma y fondo llegan a comprometerse la una con el otro como en una pequeña pieza de orfebrería.
Ambos cortometrajes juegan en la misma liga. Una sola localización, dos o tres personajes, y un lenguaje narrativo donde la imagen poderosamente onírica y fantasiosa nos revela una realidad social y humana.
En ambos trabajos podemos apreciar también los mismos códigos narrativos, con la metafórica presencia de seres monstruosos para ilustrar los miedos o la ansiedad de los personajes protagonístas.
Los ritmos narrativos están muy bien marcados por sus respectivos realizadores, quizás mas llamativamente en el caso de "Disnea" de Adrián González, donde la ansiedad de la protagonista, Saida Fuentes, se nos revela a través de un montaje cada vez mas acelerado y frenético, para desembocar en una brillante arritmía perfectamente calculada desde, creo adivinar, la escritura del guión.
En "Lava" de Daniel Naranjo destaca visiblemente el trabajo de la actriz Alba de Los Reyes, quien a pesar de su corta edad resuelve sus registros con una maestría impropia de sus años.
"Lava" recurre en un momento dado de su metraje a un screamer, o jump-scare, o como se le llame ahora al susto repentino apoyado en lo estridente de la música, lo que para algunos puede parecer no muy original.
Pero para éste que les escribe resulta un recurso interesante, ya que "Lava" no es una cinta de terror, sino cine social en toda regla, por lo que usar una estética y recursos propios de los clásicos de terror alterando su mensaje en un contexto social resulta, al menos a mi juicio, interesante.
Y lo mismo sucede en "Disnea".
Los que somos asmáticos sabemos que la angustía y la ansiedad que la dificultad para respirar te produce es semejante a un mosntruo terrorífico que te aprisiona y no te deja ni moverte.
Y es ése uno de los grandes aciertos de la cinta. El saber transmitir esa angustía, gracias al maravilloso trabajo de Saida Fuentes que llena la pantalla en toda su amplitud.
Así pues, notable alto para los humildes y mínimos trabajos de Adrián González y Daniel Naranjo. con la única crítica, si me lo permiten, de que estos dos trabajos son demasiado parecidos entre sí, y que su proyección conjunta dio una sensación de estar viendo un "todo", cuando la percepción debió ser otra, ya que en casos como éste, el segundo en la parrilla de proyección está vendido ante la percepción del primero, lo cual es injusto para el segundo.
No sé si me explico. Vamos, que los valores de ambos trabajos son individuales, y ese concepto se perdió un poco, a mi entender.
Por último, destacar que esta proyección fue un segundo pase, ya que en su estreno el pasado mes, muchos de los que acudimos a la sala para ver los cortos, nos quedamos fuera por aforo completo.
Y hoy la sala volvió a llenarse... con cine canario... algo querrá decir... o no... o sí... o yo que sé...
Y ya sólo me queda felicitar a ambos realizadores, y desearles a sus trabajos el mejor de los recorridos por festivales y circuitos.
Sin duda, se lo merecen.
martes, 12 de septiembre de 2017
La Ardilla Nómada
Del 5 al 8 de Octubre quieren que vayas al coloquio en el festival en Madrid, por uno de tus cortos.
El 9 quieren que asistas a la gala de clausura en Guadalajara por el mismo corto.
Este jueves pasan tu largometraje en el Puerto de La Cruz. ¿Puedes ir a presentarlo?
A finales de Octubre estás invitado a Hendaya por un corto, y a Gáldar por otro.
Creo que una ardilla podría cruzar la Península Ibérica de festival de cine en festival de cine sin tocar nunca el suelo.
Y no sería mala idea.
Vivirías siempre en un hotel diferente, sin pagar alquiler, y te alimentarías de canapés, mini croquetas y esas cosas...
Cuando se cumpliera el ciclo, ruedas otro corto y vuelves a empezar. ¿Planazo o qué?
Es un curro a tiempo completo. Claro que no ves un duro.
Bueno. Me voy a currar, que entro a las 8...
sábado, 9 de septiembre de 2017
Llegaré tarde a Hendaya
El año pasado nuestro cortometraje "Nadie" empezó a recorrer festivales por todo el mundo.
Colombia, Turquía, Estados Unidos...
Te avisaban que te habían seleccionado y te entraba una alegría por todo el cuerpo, por el simple hecho de que a alguien le gustara y valorara tu corto como para seleccionarlo en un festival internacional.
Pero sólo eso, que no es poco, vamos, pero sabíamos que no iríamos ni a Colombia ni a Turquía, no asistiríamos a ninguno de esos festivales, ni sabríamos nada de ellos a no ser que se diera el dificil caso de ganar algún premio.
Luego llegó Hendaya.
Al principio no era mas que eso, otro festival anónimo más.
Pero no. Hendaya no era otro festival más.
Allí fuímos en Octubre pasado invitados por el festival los tres canarios seleccionados con tres hulmides cortitos, mi amigo Lamberto Guerra, el crack lanzaroteño Íñigo Franco y un servidor
Ya plasmé en una entrada de este mismo blog mis sensaciones al regresar de Hendaya.
(Los tres días de Hendaya)
Volvimos flipándolo, por el cariño, por el calor humano, por una filosofía social y un ambiente que nunca habíamos visto.
Cierto que nuestro referente era el festival de Las Palmas... vamos, que el listón no estaba muy alto... que no, que es broma... gshhhhhh...
Si "Nadie" era un pequeño cortometraje, humilde, que versaba sobre, como lo definió García Rojas, la insoportable levedad del ser, "Amanecer", nuestro siguiente cortometraje caminaba por la misma senda.
Así que deseaba con toda la fuerza de mi corazón que "Amanecer" fuera seleccionado este año en Hendaya, porque eso significaría repetir la maravillosa experiencia del año anterior.
Y así fue. Tanto nuestro "Amanecer" como el preciso y contundente corto "Lo que no se ve" de Lamberto habían sido seleccionados, con lo que nuestra alegría estaba desbordada.
Volveríamos este año a Francia, iríamos otra vez Lambert y yo, que, aunque conscientes de que al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver (como dijo Sabina), no queríamos perdernos la cita por nada del mundo.
Yo estaba en paro, así que no tendría problemas para poder hacer el viaje.
Pero en eso suena el teléfono.
Es un antiguo compañero de trabajo.
-Dani ¿estás currando? ¿no? pues mira, en mi curro están buscando un camarero, te he recomendado a mi jefe. Aquí se está de puta madre, buenas condiciones, sueldo de antes de la crisis...-
¿Qué hace uno ahí?
Miras tu cuenta del banco y sabes que no puedes permitirte renunciar a ese puesto.
Anotas mentalmente pros y contras, sueldo, cotización, con ese dinero al mes puf... puedo seguir rodando mas cortometrajes sin depender de nadie... si, joder, pero ¿Y Hendaya?
Vas a currar con la esperanza oculta de que algo vaya mal, que te despidan, que no superes el periodo de prueba...
Piensas en currar un mes y medio, y despedirte, juntar sueldo y medio justo a tiempo de pillar el avión.
Pero sabes que si te vas voluntariamente no cobrarás el paro ¿de que vivirás? ¿cómo harás la compra? Septiembre, material escolar del niño...
Incluso ayer llegué a romper una cosa delante del jefe, con la esperanza de que me echaran a la puta calle, pero nada.
Por lo visto, soy demasiado bueno en mi trabajo...
Mierda... si fuera peor camarero y mejor cineasta...
miércoles, 23 de agosto de 2017
La estéril levedad del ser
-No hay festivales pequeños...
-¿cómo?
-Eso, que no hay festivales pequeños, que ningún festival es "más" que otro
-¿pero que dices tío?
-Digo lo que digo
-O sea, que para ti, es lo mismo que seleccionen tu corto en el festival de Cannes, que en el festival de... yo que sé... Villatripas de las Pelotillas...
-Yo no he dicho que sea lo mismo. Evidentemente, no es lo mismo pero, ojo, si no lo es, es por la repercusión mediática, no por el concepto artístico
-Perdona, pero no es lo mismo ganar un Goya que un Oscar...
-No, pero eso es por lo que puede repercutirte, no porque la película que gane el Goya sea peor que la que gane el Oscar. De hecho, puede ser mucho mejor
-Ya... este "ya" es en modo irónico eh, no te enrales
-Pues desde ese punto de vista, hay unas personas, humanos, seres vivos, que están en el comité de selección del festival de Villatripas de Las Pelotillas que ven tu corto y lo seleccionan, y luego hay otras personas, igual de humanas y seres vivos que seleccionan en Cannes... ¿Porqué la opinión de unos tiene mas valor, artísticamente hablando, que la de los otros?
¿Das por hecho que unos saben mas de cine que los otros, solamente porque un festival tenga mas importancia que otro?
-Bueno tio, no sé, supongo que el criterio de selección de uno es mas riguroso, mas... ¿cuál es la palabra?
-...riguroso, ya lo has dicho...
-Pues eso, mas riguroso en cuestión de calidad que el otro
-Los criterios son subjetivos, así que eso no quiere decir nada. Es más, existe cierta contaminación mediática en determinados comités y jurados...
-Ya estabas tardando, la teoría de la conspiración, viva la bala mágica...
-Que te den por el culo, gilipuertas
-No, que te den a ti, tio
Vete a Villatripas de las Pelotillas y empadrónate allí que seguro que te hacen concejal de cultura
-Vete a cagar
viernes, 21 de julio de 2017
Reflexiones sobre premios y menciones (con dinero y sin dinero)
Hace un par de meses nos dieron una mención especial al mejor cortometraje canario en la Midec por nuestro cortometraje "NADIE", y nos pusimos mas contentos que todas las cosas.
Era un premio sin dotación económica pero, vamos, que igualmente nos pusimos super contentos y orgullosos de nuestro trabajo.
Ayer nos comunicaron que habíamos recibido otro premio, esta vez por el cortometraje "AMANECER".
El premio "Manolo Villalba" al mejor cortometraje de ficción que otorga la fundación Cajacanarias que en esta ocasión sí que está dotado de 3.000 euracos de premio.
Y nos pusimos igual de contentos.
El dinero ayuda, para que mentir, pero te lo gastas. El premio no.
Bueno, 3.000 menos la retención, dividido entre los ocho miembros del equipo a partes iguales, tocamos a unos 300 euracos por persona. La compra del mes, vamos.
Y no está mal, ojo, un corto que nos costó mas o menos unos 250 euros en total, ya nos ha dado casi 3.500.
Claro que ese coste no es del todo así. Hay que aplicar aquello de la "capitalización de sueldos", ya saben valorar el trabajo "gratuito" y la aportación de equipamientos técnicos "gratuitos" con los que se realizan los cortometrajes.
Paso de ponerme a calcularlo, pero seguro que es mas de esos 3.500...
También había otra opción, que es la que se nos plantea desde las instituciones.
Pagarme 12 meses de 400 euros de seguro social mensuales como autónomo, darles de alta en la seguridad social a las otras siete personas con las que rodé el corto, pagando su seguridad social a unos 400 euros por cada uno... alquilar el equipamiento técnico, la cámara etc etc, por no sé, digamos unos 500 euros mas. Luego dar de alta el cortometraje en el ICAA por otros 20 euros...
Exacto, unos 8.000 y pico euros... si lo hubiera hecho así no tendría que repartir con nadie los 3.000 del premio, me los podría haber quedado todo para mi... perdón, los 2.500, no nos olvidemos de la retención de IRPF...
Tengo 20 cortometrajes mas que no han recibido el premio Manolo Villalba valorado en 3.000 euros... algunos cojonudos a mi gusto, y otros selecionados en muchos festivales nacionales e internacionales...
Eso sí, la alegría por vernos premiados sería la misma...
jueves, 13 de julio de 2017
La escena de la avioneta ¿Todo es de todos ?
"Con la muerte en los talones" Alfred Hitchcock (1959) |
La escena es mítica. Ha pasado a la historia del cine, eso no lo podemos negar, aunque a mi, a pesar de reconocer que es una escena magistral, siempre me pareció un poco estúpida.
-Oye, que hay que ir a matar a Cary Grant, lo he citado en una parada en un descampao...
-Ah vale guay ¿paramos con el coche al lado y lo acribillamos a balazos?
-No, no, mejor alquilamos una avioneta de fumigación, le instalamos unas ametralladoras, y le perseguimos volando...
-Sí, mejor, donde va a parar...
Pero bueno, supongo que a Hitchcock se le perdona todo: que al prota de "Frenesí" le condenen como asesino en serie cuando tenía que tener coartada para todos los crímenes anteriores... que en "Vértigo" James Stewart no indentificara el cadáver de la rubia...
¿Y a que viene esto?
Pues mira, acabo de leer la novela "Los 39 escalones" (1915), de John Buchan, en la que está basada la peli de Hitchcock "39 escalones" (1935), y resulta que hay un pasaje de la novela en la que Hanney, el personaje protagonista es perseguido y atacado por una avioneta, de forma similar a Cary Grant en "Con la muerte en los talones" (1959).
"Los 39 escalones" de Don Sharp (1978) |
También hay otro pasaje en el que Hanney es acusado de asesinato al ir a ayudar a un tipo al que acaban de apuñalar y él agarra el mango del cuchillo, y por ello le culpan, del mismo modo que le sucede al prota de "Con la muerte en los talones" en la escena de la ONU.
"Con la muerte en los talones" |
"Los 39 escalones" |
Y podríamos tacharlo de casualidad, pero vamos, Hitchcock tuvo que leer la novela de Buchan cuando fue a adaptarla en 1935, así que a buen seguro conocía las escenas.
Portada de la novela de Buchan |
Todo esto puede observarse bien en la versión de "Los 39 escalones" de 1978 dirigida por Don Sharp , bastante mas fiel a la novela original que la versión de Hitchcock de 1935.
Bueno, realmente esto en Hitchcock tampoco es que llame mucho la atención, ya que estuvo toda su vida haciendo la misma película una y otra vez.
Y es que si lo analizamos, "39 escalones", "Inocencia y Juventud", "Saboteur" y "Con la muerte en los talones" siguen la misma trama, con escenas coincidentes mas allá de lo casual o de los lugares comunes cinematográficos.
La escena de la subasta de "Con la muerte en los talones", bebe directamente de la del mitín político de "39 escalones", presente en la novela de Buchan, escena que después Robson calcó en aquella secuencia con Paul Newman de la reunión nudista de "El Premio" (1963), cinta que es "una de Hitchcock pero sin Hitchcock".
Y a eso voy.
¿Todo es de todos? ¿Puede Robson calcarle a Hitchcock la escena, escena que él se calcó a si mismo en una peli de 20 años antes, que además es la adaptación de la idea de otra persona? Quiero decir que Buchan no aparece en los créditos de "Con la muerte en los Talones", ni en los de "El premio"...
¿Podemos tú o yo apoderarnos del concepto de otra persona alegremente?
Cuando fuí a ver "El Bosque" (2004) de Shyamalan al cine, me quedé hasta el último de los títulos de crédito para ver si nombraban en algún momento la novela "Un agujero en la almabrada" de François Sautereau escrita en 1977, y que leí durante mi infancia, de la cuál la cinta de Shyamalan es un plagio en toda regla.
Vale que cambia la época, los personajes etc etc, pero la idea, el concepto e incluso la trama se parecen demasiado a la novela como para ser una pura casualidad.
"Un agujero en la alambrada" (1977) |
¿Debemos pensar que ya está todo dicho, todo hecho, que cualquier idea que se te ocurra ya se le ha ocurrido a otro antes, y que lo único que podemos hacer los que queremos contar historias en esta época es revisitar lo mismo de antes desde otra óptica diferente?
Y si se nos ocurre una idea sin saber que ya está hecha, ignorando que ya a alguien se le había ocurrido antes ¿tenemos el derecho a hacerla o no?
¿Todo es de todos?
viernes, 30 de junio de 2017
Otra pelea cubana contra los demonios y el mar
Tuve la inmensa suerte de ver el documental "Otra pelea cubana contra los demonios y el mar" del realizador cubano Tupac Pinilla en el pasado festival de cine de Hendaya.
Carahatas, un pequeño pueblecito en la costa cubana habitualmente asolado por los huracanes es el personaje protagonista de esta cinta, al que llegó Tupac con su equipo de rodaje para relatar los efectos sociales que el paso de ciclones y tornados dejaba sobre la población.
Pero lo que es la grandeza del cine. Una vez allí se dieron cuenta que el verdadero documental no estaba en hablar de los huracanes, sino en la realidad social del pueblo que agonizaba por la amenaza de la inminente desaparición de la actividad pesquera como primera fuente de riqueza del pueblo.
Así que cambiaron el guión sobre la marcha.
Las dificultades para instalar una fábrica de hielo en el pueblo, el mal estado de las carreteras que conectan el pescado con el resto de la isla, sumadas a la normativa gubernamental de que los hijos no puedan salir a fanear con sus padres por aquello de proteger la sociedad del trabajo infantil y garantizar la asistencia a las escuelas, representan una amenaza real a la continuidad de la actividad pesquera, amenazando con transformar Carahatas en un pueblo fantasma en apenas unas décadas.
Resulta apasionante el poder mirar por el ojo de la cerradura y colarte en la realidad social de un país como Cuba, del que tanto se habla y tanto se desinforma.
La cámara se cuela en una reunión entre los pescadores del lugar y el enlace político del gobierno, y lo que podemos ver dista mucho de lo que nos han hecho creer aquí en Europa sobre la Cuba castrista.
Desde el punto de vista cinematográfico, la narrativa está genialmente ensamblada con una estructura que deliberadamente comienza con los testimonios de los habitantes mas mayores del pueblo, con sus recuerdos de tiempos lejanos, de huracanes pasados, de la pesca de toda la vida, hasta las declaraciones de los niños que hablan de la actualidad, de su deseo de salir a pescar con sus padres y de aprender la profesión de sus antepasados.
Ya les digo. Interesantísimo.
En Francia convencí a Tupac de que presentara su docu al Festival de Cine de Las Palmas, con la esperanza de que este magnífico trabajo pudiera verse en nuestras islas... pero ya saben como son en el Festival de las Palmas...
Así que, aprovechando un reciente viaje de mis padres a Cuba, les hice contactar con Tupac y traerme una copia del documental en un pen drive.
Así que intentaré organizar por mi cuenta y riesgo una proyección de esta "...pelea cubana contra los demonios y el mar" en nuestras islas, ya que "nuestro" festival ha ignorado su calidad.
Mas que nada porque merece la pena verla...
¿El Tea o el Monopol? ¿Quién sabe?
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