sábado, 19 de diciembre de 2020

Mortadela con aceitunas para todos

 


Dar discursos en los eventos, en las presentaciones, escribir en los blogs, reunirte con no sé quien en no sé donde... todo eso está muy bien, pero si no doblas la rodilla para abrir el trípode, o aguantas la pértiga por encima de tus hombros, no sirve de nada.

Y se da una curiosa paradoja en el cine canario, y no sé si en el cine de otras comunidades. 

Y es que se supone que la cultura debe estar protegida por las administraciones, y para esa protección, pues se organizan cosejerías, concejalías, se subvencionan asociaciones... y al final, resulta que los funcionarios de cultura, los miembros de las asociaciones, cobran un sueldo fijo, trabajan de nueve a cinco, tienen vacaciones. 

Además los invitan a los coffe breaks y cócteles. O viajan a no sé donde para reunirse con no sé quien.

Y esas personas, que salvo honrosas excepciones, son incapaces de rodar un plano ni nada que se le parezca, "viven", pagan su hipoteca, el colegio de sus hijos con un sueldo que cobran por protegernos a nosotros, mientras tanto que nosotros, o la menos la gran mayoría de nosotros, nos arrastramos malviviendo, peleándonos con el mundo para poder ir al Mercadona a comprar mortadela con aceitunas.

Si ustedes le ven algún sentido, yo no , la verdad.

Pero bueno. No tengo nada contra ellos, pero si contra un sistema que permite tamaña absurdez (no sé si "absurdez" sale en la RAE).

Estoy convencido de que si esas personas conocieran nuestra realidad, si hubieran trabajado como ayudantes cuatro o cinco días por 250 euros, comiendo bocadillos durante todo el rodaje, levantándose temprano para comerte una jornada de 10 o 12 horas, bajo el sol, o con frio, cambiarían sus políticas y sus normativas.

Yo les obligaría a rodar bajo sus propias normas, a ver que pasa.

Políticas que además han demostrado ya ser un puñetero fracaso. Llevamos 20 años de revolución digital, 20 años de las mismas políticas y aquí sólo siguen viviendo de esto ellos.

Claro que si hubieran asociaciones de cineastas que les transmitieran esta realidad...

A ver si va a resultar que las asociaciones sólo miran por si mismas y no por el sector, no por todos nosotros...

A ver si va a ser que presionan para influir para que se les apoye a ellos, para que las televisiones autonómicas oferten un supuesto plan de rescate del sector por la pandemia y al final sólo se les rescate a ellos mismos, que además son los que menos necesitan ser rescatados.

Y todo esto con el visto bueno de las administraciones que deberían velar por todos nosotros, que para eso cobran.

Tuvo que venir aquella crisis de la década pasada para que , por ejemplo, el Catálogo se abriera a cineastas independientes, personas físicas, y no sólo a productoras... que ni que estuviéramos en Hollywood.

Pero lo triste es que no lo hicieron por convicción, por creer que era lo justo, por saber que nuestra comunidad autónoma no brilla por su cine industrial sino por sus independientes francotiradores. No. Lo hicieron porque el desmoronamiento del sistema de ayudas provocó la estampida de esas productoras que no estaban dispuestos a poner un euro para una película si no era un euro público. Las mismas que ahora vuelven a casa por Navidad el día de los regalos de Reyes, proclamando su amor al cine canario.

Durante esa etapa, sin nosotros, los independientes, los muertos de hambre, los come mortadela con aceitunas del Mercadona, no había cine, y sin cine no había Catálogo, y sin Catálogo ni ayudas ¿cómo podían ellos justificar sus sueldos de funcionarios de cultura?

A Méliés, en cierta ocasión, un productor le dijo: "Su error, Señor Méliés, fue afrontar el cine como un  artista y no como un negociante". A lo que Méliés le respondió: "usted me halaga señor. Sin nosotros los artistas, ustedes los negociantes ¿de qué vivirían?"


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sábado, 12 de diciembre de 2020

De sectas y asociaciones

    

   Yo con los años recorrí el no tan largo camino que separa el marxismo teórico del anarquismo visceral.

Quizás por eso rechazo los cantos de sirena de determinadas personas, que de forma bien intencionada (no lo dudo) tratan de ganarme para sus asociaciones.

 

Y ojo. El problema está, creo yo, en el concepto de asociación.

El Cine es un arte colectivo . No se puede hacer solo, y eso, por definición, requiere de una asociación de personas. Y por supuesto que la unión hace la fuerza, pero quizás yo, aquí donde me ven, detrás de toda esta fachada combativa y toda esta denuncia continua, lo único que quiero es hacer cine.

Y por eso yo también estoy en una asociación, solo que sin nombre. Me asocio con mis amigos. 

¿Yo tengo un micro y tú una cámara? Pues hagamos cine.

¿Tú me haces de ayudante de dirección en el mio y yo en el tuyo? Pues hagamos cine.

Eso es lo que entiendo yo por asociarme con alguien. Y si esa colaboración y amistad perdura y se prolonga, no hace falta que pongamos nada por escrito.

¿Necesitas un tesorero, un presidente, un vocal? Pues yo no.


Porque hay una peligrosa linea que separa la asociación de la secta.

Y ya lo avisé en su momento. 

Dudaba mucho que fueran a luchar por todas y todos. Dudaba mucho que dentro de esa cueva todos fuéramos iguales. Habrían miembros VIP´s y miembros de tropa.

Y eso es peligroso. Porque si , por ejemplo, el tipo de cine que tú haces es un cine narrativo, y los miembros VIP´s hacen un cine críptico abstracto, y luego ves que se influye en las administraciones y televisiones para que la prioridad sea ese cine críptico en festivales y catálogos, pues resulta que estás haciendo el canelo ahi metido.

Con todos mis respetos eh, pero tu presencia ahí sólo sirve para dar una falsa apariencia de pluralidad dentro de un organismo donde cada uno defiende lo suyo y la correlación de fuerzas se decanta hacia un sólo lado.

Es lo que se llama ser un "tonto útil". Y lo digo con todo mi respeto.

Si cada uno defiende lo suyo ¿para que asociarse? ¿para qué te quieren ahí si no es para que parezca que aquí hay de todo?

Y una vez se hayan hecho con todo, como un puto virus, ¿A donde vas a ir tú? El Festival de las Palmas, Visionaria, y ahora el Catálogo. ¿A ti que te queda, con tus guiones narrativos, con planteamiento nudo y desenlace, en un mundo donde ellos han conseguido confundir el video arte y video creación con el cortometraje?

 

Además se erigen como únicos interlocutores válidos, y su virus está contaminando todo de tal forma que nadie es capaz de ver la automutilación y el hara kiri cultural que están provocando. Porque si sólo existe ese cine, el panorama le da la espalda, primero al público (como ya dijo un espectador en la rueda de preguntas del último catálogo), luego a la industria, porque no precisa de un equipo de profesionales, prescindiendo de ellos y condenándolos al ostracismo económico, y también le da la espalda a la gran mayoría de festivales nacionales e internacionales.

Yo he estado en Alicante, Guadalajara, Badajoz, Vaciamadrid (del que fui jurado), Hendaya y les puedo asegurar que la gran mayoría de festivales son de corte narrativo. mas o menos comerciales o mas o menos oníricos, pero mayoritariamente narrativos. 

Por supuesto que hay festivales de cine alternativo, muestras de cine onírico y experimental, pero son los menos.

Con lo cuál estas propuestas videoartes le dan la espalda a esa realidad. Si un marciano viene a Canarias y ve los catálogos y proyecciones podría pensar que aquí solo se hace ese tipo de cine, cuando lo cierto es que ese cine es minoría. Una minoría que ha conseguido, con la ayuda de determinados individuos de festivales y administraciones, imponer su criterio.

Y no me malinterpreten. Yo defiendo que hay que hacer de todo, y que todos tenemos que tener las mismas oportunidades ante las instituciones públicas, sin presiones de grupos y lobbys que convierten en papel mojado esa supuesta igualdad de oportunidades. 

No es lo mismo abogar por la igualdad de todos y las mismas oportunidades, que defender tan sólo un lado del espectro cultural. Y esa defensa de pensamiento único estaba en su ADN en el origen, en aquella carta que yo leí allá por 2015, antes de que fundaran su asociación.

No es lo mismo ser fascista que antifascista, ni ser racista y antirracista. Como no es lo mismo se incluyente que excluyente.

No son dos caras de la misma moneda.

Por eso a mi no me van a pillar nunca en niguna asociación. Ni en la una ni en la otra.

Yo sigo siendo Koolau el Leproso, y prefiero morir sólo en las montañas abrazado a mi fusil.

 

 

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miércoles, 2 de diciembre de 2020

No es precariedad, es amor


 

He tenido que leer recientemente algo así como que el Cine Leve es cine en precario.

 Además, los mismos que llaman precario a lo leve son los mismos que luego se apuntan al Festivalito a hacer "cositas". Quizás porque el Festivalito es lo que es, y hay que estar en todas las salsas, muertos en los entierros y novias en las bodas.

No voy a discutir otra vez la diferencia entre el cine de guerrilla y el cine leve, porque es un tema ya cansino. Pero sí que diré que, después de leer la frase, puedo afirmar que no han entendido nada de nada en estos diez años que llevamos haciendo Cine Leve.

La principal característica que define al Cine Leve no es la precariedad, es el Amor, con mayúsculas. Amor al cine. Yo he hecho Cine Leve incluso teniendo presupuesto. Sé que es dificil de explicar para que lo entiendan determinadas personas cuya prioridad en este mundillo del cine no es hacer cine, sino trepar, colocarse en las comisiones, en las administraciones culturales, en las asociaciones que presumen de poder dar visibilidad en la TV Canaria a los trabajos de sus asociados (descaradísimo a pesar de ser la tele de todos los canarios, pero hay quien tiene prioridad, por lo visto) etc etc... Pero ¿hacer cine ellos mismo? ¿dirigir? ¿eso qué es?

Me voy a explicar, brevemente, y después me voy a tomar por saco por ahí, y no les molesto más.

Hace tres años, allá por 2017, escribí un guión de cortometraje. Me gustaba mucho y me entusiasmé con la idea de rodarlo. Yo sentía esa inquietud creativa, esa profunda necesidad inapelable de rodar , algo que no se le puede explicar con palabras a quien no la haya sentido.

Quien no haya sentido la necesidad de hipotecarse, de pedir un crédito para rodar, de gastarse todos sus ahorros, de sacrificar todo lo material que uno tiene porque realmente "tiene que contar esa historia", pues que no siga leyendo. Hay otros medios mas afines a su rollo, otras páginas y revistas...

Bien. Me dijeron que lo presentara a las subvenciones. Que el guión era lo bastante bueno como para intentar hacerlo con algo de presupuesto. Y así lo hice. Lo presenté a las ayudas del Gobierno de Canarias de 2019. Primero nos la concedieron en la resolución provisional, la subvención digo, y luego en la definitiva nos la quitaron. Ya habíamos incluso rodado una escena y todo, pero ahí se quedó.

Después me quedé esperando por las ayudas del Cabildo de Gran Canaria de 2019, pero éstas no se convocaron.

Nos planteamos presentarnos a las del Gobierno de Canarias de 2020, pero dije ¿Para qué? Y pasamos de hacerlo. Y a la luz de recientes resoluciones un "poco raras", creo que fue lo mejor que hicimos.

Y ahora estamos esperando por las ayudas del Cabildo de Gran Canaria de 2020. estarán al caer, pero vamos, que es una lotería. Como jugar a la primitiva.

Es un camino demasiado largo para aquella persona cuya inquietud creativa no le deja descansar. Para quien sienta realmente la necesidad de rodar, de contar una historia, que no te deja dormir.

Si al final nos dan algo, que lo dudo, rodaríamos en 2021, cuatro años después de haberse escrito el guión. La frescura, la inmediatez, el empuje, la necesidad... todo eso se diluye entre el tiempo que pasa y la burocracia de certificados de residencias fiscales, memorias explicativas, etc etc.

Yo al menos no sirvo para eso, para estar tres o cuatro años sin rodar ni un sólo plano. De hecho, en este impass de espera "he tenido" que rodar otros dos cortitos pequeños. Porque era eso o cortarme las venas.

Mientras,  otros, que pusieron los pies en "polvorones" cuando se desmoronó el sistema de subvenciones en la crisis anterior, que no le dan al Rec si no es con dinero público, se permiten tachar de precario el trabajo de los que durante la crisis mantuvimos viva la llama del cine canario rascándonos los propios bolsillos.

Y lo peor es que ni tan siquiera han visto esos trabajos que se permiten calificar de precarios.

No es precariedad, es amor, amor al cine, a contar historias, a la imagen capturada, a dar saltitos de alegría como una niña de instituto delante del monitor.

Pero ¿qué coño se los voy a explicar si son incapaces de entenderlo?

 

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