jueves, 14 de septiembre de 2017

"Lava" y "Disnea". Piezas de violín.


Ya lo he dicho más de una vez.
Hacer cine en Canarias es como tocar el violín en el Titanic.
   Sólo unos locos seguirían tocando mientras todo se hunde.

Y eso es precisamente lo que en esta tarde noche hemos podido ver en la sala 6 de los Multicines Monopol de esta nuestra ciudad.
Dos piezas de violín, mínimas, íntimas, cuidadas en las que forma y fondo llegan a comprometerse la una con el otro como en una pequeña pieza de orfebrería.

Ambos cortometrajes juegan en la misma liga. Una sola localización, dos o tres personajes, y un lenguaje narrativo donde la imagen poderosamente onírica y fantasiosa nos revela una realidad social y humana.

En ambos trabajos podemos apreciar también los mismos códigos narrativos, con la metafórica presencia de seres monstruosos para ilustrar los miedos o la ansiedad de los personajes protagonístas.

Los ritmos narrativos están muy bien marcados por sus respectivos realizadores, quizás mas llamativamente en el caso de "Disnea" de Adrián González, donde la ansiedad de la protagonista, Saida Fuentes, se nos revela a través de un montaje cada vez mas acelerado y frenético, para desembocar en una brillante arritmía perfectamente calculada desde, creo adivinar, la escritura del guión.

En "Lava" de Daniel Naranjo destaca visiblemente el trabajo de la actriz Alba de Los Reyes, quien a pesar de su corta edad resuelve sus registros con una maestría impropia de sus años.

"Lava" recurre en un momento dado de su metraje a un screamer, o jump-scare, o como se le llame ahora al susto repentino apoyado en lo estridente de la música, lo que para algunos puede parecer no muy original.
Pero para éste que les escribe resulta un recurso interesante, ya que "Lava" no es una cinta de terror, sino cine social en toda regla, por lo que usar una estética y recursos propios de los clásicos de terror alterando su mensaje en un contexto social resulta, al menos a mi juicio, interesante.

Y lo mismo sucede en "Disnea".
Los que somos asmáticos sabemos que la angustía y la ansiedad que la dificultad para respirar te produce es semejante a un mosntruo terrorífico que te aprisiona y no te deja ni moverte.

Y es ése uno de los grandes aciertos de la cinta. El saber transmitir esa angustía, gracias al maravilloso trabajo de Saida Fuentes que llena la pantalla en toda su amplitud.

Así pues, notable alto para los humildes y mínimos trabajos de Adrián González y Daniel Naranjo. con la única crítica, si me lo permiten, de que estos dos trabajos son demasiado parecidos entre sí, y que su proyección conjunta dio una sensación de estar viendo un "todo", cuando la percepción debió ser otra, ya que en casos como éste, el segundo en la parrilla de proyección está vendido ante la percepción del primero, lo cual es injusto para el segundo.
No sé si me explico. Vamos, que los valores de ambos trabajos son individuales, y ese concepto se perdió un poco, a mi entender.

Por último, destacar que esta proyección fue un segundo pase, ya que en su estreno el pasado mes, muchos de los que acudimos a la sala para ver los cortos, nos quedamos fuera por aforo completo.
Y hoy la sala volvió a llenarse... con cine canario... algo querrá decir... o no... o sí... o yo que sé... 

Y ya sólo me queda felicitar a ambos realizadores, y desearles a sus trabajos el mejor de los recorridos por festivales y circuitos.

Sin duda, se lo merecen.