El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
jueves, 5 de diciembre de 2019
Un nuevo y un viejo catálogo. Criterios, fracasos y reflexiones...
Ayer se anunciaba por parte del Gobierno de Canarias los siete cortometrajes que formarán parte del nuevo catálogo Canarias en Corto 2020.
No he visto ninguno de los trabajos seleccionados, así que no puedo aún hablar con conocimiento acerca del criterio de selección de este año.
Pero lo que si puedo es reflexionar, ahora que está a punto de terminar la distribución del anterior catálogo, sobre los criterios de selección del año pasado y sobre sus resultados.
Lo cierto es que en el Catálogo 2019 brilló por su ausencia la coherencia y el objetivo principal del propio catálogo como herramienta de promoción del cine canario en el circuito de festivales.
Hagamos balance.
Así, por encima, los trabajos que conformaron el catálogo 2019 no suman entre todos mas de 40 selecciones y 4 o 5 premios,
Si lo comparamos con el Catálogo 2018, en el que tan solo uno de los trabajos de ese año anterior acumula por si mismo 50 selecciones y 9 premios, creo que podríamos decir que por definición, los criterios de selección del 2019 fueron erróneos, y por extensión, el catálogo 2019 ha sido un fracaso en toda regla en su objetivo último de promocionar el cortometraje canario por el mundo.
Y ya después de ver aquel catálogo 2019 lo avisé aquí mismo, en este mismo blog.
Que los trabajos eran propuestas demasiado radicales, salvo alguna honrosa excepción.
Que el cortometraje de narrativa clásica sigue priorizando en la mayoría de festivales nacionales e internacionales.
Que las propuestas experimentales, sin desmerecer en absoluto sus valores, apenas encontrarían hueco en el panorama mas allá de festivales temáticos muy concretos.
Que el programa Canarias en Corto, como propuesta financiada desde el dinero público, tenía la obligación y la responsabilidad civil / cultural de no malgastar esas balas.
Y sobre todo, que la responsabilidad recaía sobre quien eligió a los miembros del comité de selección y les permitió que sus gustos personales y preferencias por lo onírico y lo críptico nublaran el objetivo último del programa como herramienta de promoción.
Que quienes quiera que fueran los que seleccionaron el catálogo 2019, se fueron para su casa dejándonos el marrón de mover un catálogo complicado, que, a los resultados me remito, no ha conseguido en su conjunto superar en selecciones ni premios a un único trabajo del catálogo anterior a ese.
¿Puedo decir que yo tuve razón hace un año en lo que decía?
No, no... imposible, yo soy el loco solitario, el desequilibrado que raja, el pesao que siempre está con lo mismo... ¿Cómo iba a tener yo razón en nada?
Eeeeeh... ¿Otra vez?
Treinta y pico o cuarenta selecciones y cuatro o cinco premios en su totalidad, frente las cincuenta selecciones y nueve premios de un único cortometraje del año anterior.
¿Quedó claro o lo escribo otra vez?
Y ahora tenemos a las puertas un nuevo catálogo para promocionar el corto canario en este 2020 que se avecina.
Esperemos que hayan tomado nota en Canarias Cultura en Red, aunque sinceramente, lo dudo.
Pero hay una cosa que me preocupa mas. Y es que si el Lobby del Cine Críptico Experimental se hace fuerte en el Catálogo como se ha apoderado del Festival de Cine de Las Palmas en su sección canaria (festival financiado con dinero público también como el catálogo, catálogo que era casi el último reducto que le quedaba al cine narrativo canario)... pues entonces la llevamos clara.
Si se suceden los fracasos como el de este 2019, puede ser que cierren el grifo y volvamos a tener que comernos nuestros cortos con papas y proyectarlos en asociaciones de vecinos.
Esperemos que no. Esperemos que me equivoque y este 2020 sea diferente. Por el bien de todos.