Una bucólica Marine Discazeaux |
Si hubo algo con lo que me quedé con las ganas en este pasado año que se nos murió fue participar en un rodaje de mi amigo David Delgado.
Y es que David pasó el 2012 enfrascado en su largometraje documental "Stipo Pranyko con cuadros blancos" y no encontró el hueco necesario para transformar en imágenes alguna de sus múltiples inquietudes.
Pero este viernes, mientras las personas de bien se dedicaban a ultimar sus compras navideñas. un grupo de desarrapados culturales nos aprestamos a materializar una de esas aventuras creativas que el amigo David nos ofrecía.
Aún no había título, ni un guión firme. Sólo había una cámara, un trípode y la imaginación visual del realizador.
Algunos dirían, yo entre ellos, que esto era cine leve, pero llámalo como quieras: cine ligero, liviano, inmediato, indigente... o simplemente no lo llames nada. Cine sin etiquetas.
Esta vez nos tocó actuar a todos. A Sergio León, recuperando su personaje en "Filmología Imaginaria", a Marine Discazeaux descalza por el parque, a Pedro García y a mi nos tocó darnos de hostias y al propio David Delgado le cayó la responsabilidad de la introducción.
Sólo se salvaron Noemí y Paco, que constituían el equipo técnico.
Rodamos todo el día, hasta que el sol se escondió y nos lo puso dificil, en un descampado que a pesar de estar en mitad de la ciudad, nos trasmitía la sensación de encontrarnos lejos de la civilización.
De nuevo la cámara dentro de la cámara, como vehiculo, como pretexto sociológico para mostrar, la misma perspectiva pero con otro elemento que dejar pasar ante el ojo mecánico, siempre poderosamente visual.
Y eso fue todo. Plegar trípodes, enrollar cables y a esperar el resultado.
Sí. Un cine sin etiquetas, pero de tener alguna. sería "un cine entre amigos".
Y el año sólo acaba de empezar.