Hoy tuve una conversación más que interesante con alguien de las administraciones culturales de nuestras islas. Ya saben, esas administraciones públicas encargadas de elaborar y establecer las reglas del juego a la hora de hablar de subvenciones y ayudas al cine canario.
Mi postura es conocida y lleva siendo la misma desde hace mas de veinte años: En una tierra donde no hay industria cinematográfica poner normativas como si sí hubiera industria, creyendo que así por arte de magia va a aparecer la industria de la nada... pues no tiene sentido.
Hay pocas productoras audiovisuales y ninguna de cine en Canarias, y la actividad cinematográfica se sostiene o bien en las empresas que dependen de las subvenciones y ayudas estatales que operan bajo esas normativas pretendidamente industriales, o bien sobre los independientes francotiradores que hacen cine porque sí, sin más pretensión que contar una historia.
Estos locos independientes se dejan la vida y el sueldo para contarte esa historia, mientras que los otros no. No creo que deba decir por quien siento simpatía y quien, de los dos, tiene algo realmente que contarnos.
Bueno. Algunos de nosotros no tenemos el suficiente volumen de trabajo audiovisual como para darnos de alta doce meses para poder presentarnos a esas ayudas, sin ni siquiera la certeza de que nos la van a conceder. ¿Pago 300 euros al mes durante un año para pedir una ayuda que seguramente no me van a conceder? Puf...
Y eso no quiere decir que nuestro proyecto sea necesariamente peor que el que puedan presentar las productoras establecidas.
La respuesta es siempre la misma: Pues acude con tu proyecto debajo del brazo a una de esas productoras... Ya. La mitad no te coge el teléfono ni te contesta a los emails, y cuando alguna lo hace te dicen : Bueno, es que este año ya tengo dos proyectos para presentar a las ayudas. O: Quita quita, aún no me he recuperado de la última en la que me metí.
Además, si eres un pibe que empieza no se van a arriesgar contigo.
¿Por qué? Porque en las normas ponen que les presentes un presupuesto y que te otorgan el 75% del mismo, pero tú tienes que justificar con facturas válidas el 100%.
Esto, de facto, significa que yo tenga que convencer a un productor para que de su bolsillo ponga un 25% de pasta para un cortometraje cuando todos sabemos que los cortos no tiene retorno económico.
O sea, nos obligan a que convenzamos a alguien para que invierta su dinero en un producto con el que no va a recuperar su inversión. ¿Y esto es según ellos "hacer industria"?
Pero entonces ¿Cómo es que se hacen los cortos subvencionados? Yo te lo explico. Con chanchullos. Ese 25% no lo pone ningún productor mecenas al que no le importe perder dinero alegremente.
No. Se inflan facturas. Se cruzan con otras empresas en quid pro quo. Se finge que se paga un dinero que no se paga. Te ingreso tu sueldo y luego me lo devuelves en un sobre...
Y eso solo beneficia a las empresas grandes con el suficiente volumen y músculo como para desviar facturas de un lado a otro. Por eso son siempre los mismos los que se llevan el trozo grande del pastel, porque son los únicos que pueden chanchullar sin miedo.
Eso es hacer industria... ¿Sí?
Así que hablando con la administración, le planteé algunas medidas que yo creo que podrían servir para ayudar a los otros, a los independientes, a los que seguimos haciendo cortos y largos con nuestros medios.
Podrían existir ayudas puntuales regladas para personas físicas que queramos hacer un corto. Imagina que yo he levantado un proyecto por mi cuenta, con mi dinero, y lo único que necesito son 2.000 euros para la mezcla de sonido, o 3.000 para alquilar una cámara la semana del rodaje. Bien, pues yo te presento el presupuesto del alquiler de esa cámara, tú lo valoras, me das los 3.000 pavos, yo te entrego la factura, y una copia del corto terminado. Y ya está, habrás ayudado a hacer cine en Canarias por una migaja de dinero para ti, pero un dineral para mi.
No me obligues a darme da alta para hacer un puto corto. Pónmelo fácil y estimula la creatividad y ayuda de paso a los que empiezan. No les frenes con tanta burocracia que ya has visto que ni sirve para crear industria.
Así habrá algo del pastel, por mierda que sea, para nosotros, los muertos.
¿Por qué no?
Me dijeron que no era mala idea, pero que esas decisiones se toman en reuniones con el sector, y que en esas reuniones no pueden invitar a "cualquiera". Si no estás en Microclima o en el Clúster, pues no puedes asistir a esas reuniones donde se tomas las decisiones y no podrás exponer tus ideas...
Primero que nada, yo también soy sector, porque hago cine en Canarias. Lo que no soy es Lobby ni secta.
¿Tú crees que al Clúster le va a interesar que le quiten esas migajas de su tarta para repartirla entre nosotros los indigentes culturales? No. Lo quieren todo. Raspar el fondo de la olla y quedarse con hambre.
¿Y Microclima? Si los "jefes" son los realizadores que están en nómina de las empresas del Clúster... ¿Van a querer cambiar algo?
Además... ¿Quién les permitió auto-otorgarse a estos de Microclima el derecho a ser los únicos interlocutores válidos a la hora de debatir sobre el sector? Yo soy sector y a mi no me defienden. "Apúntate y te defendemos". Entonces no defienden al sector, sino a los que están ahí apuntados y pagan su cuota. Si es así, no pueden hablar en nombre del sector ni ser interlocutores válidos. Son lobby y tiran para lo suyo, que me parece muy bien, pero a los demás también tienen que escucharnos.
Habrá quien diga que mis ideas no contribuyen a la creación de industria, y estarán equivocados. ¿Qué industria? ¿La misma que hace que yo tenga que convencer a un productor de cine para que produzca cine? ¿No debería ser al revés?
Además, 20 años de las mismas políticas tampoco han creado ninguna industria, sino una red clientelar un poco espuria... Quizás haya que aceptar que ese no es el camino.
Otros dirán que mis ideas de ayudas puntuales favorecen el chanchullo... Ya, como que la norma esa del 75 / 25 % no lo hace con mucho más dinero.
Y por último habrá quien diga que de donde va a salir ese dinero para esos 3.000 euros para una cámara, o 2.000 para un equipo de sonido.
Pues mira. ¿Qué tal si dejamos de dar dinerales a dedo a una sola producción, sin pasar por convocatoria alguna como los demás? No todos podemos tocar a la puerta del presidente del Cabildo o del Gobierno de Canarias y decir "Qué pasa tío, oye necesito 750.000 euros para mi peli".
¿Se imaginan cuantos pellizquitos de 3.000 o 2.000 euros se podrían desprender de esos 750.000 euros otorgados a dedo? ¿Cuántos cortos se podrían apoyar?
¿Cuántos talentos emergentes no se verían frenados, podrían despegar? ¿Cuántas primeras obras podrían hacer los pibes que empiezan y a los que no paran de desanimar las normas, las medidas y los dinosaurios que están ahí anclados llevándoselo todo?
Tiene que haber algo para nosotros también. Para los que no queremos alinearnos con ninguna secta pretendidamente cultural, los indigentes culturales que tienen historias maravillosas para contar pero que no quieren pasar por los aros de productoras establishment ni asociaciones más parecidas a los testigos de Jehová que a otra cosa.
Espíritus libres que no quieren saber nada de los tontos por cientos del cuento del bussines como diría Sabina.
Pero claro... Si no estamos en Microclima...