sábado, 12 de diciembre de 2020

De sectas y asociaciones

    

   Yo con los años recorrí el no tan largo camino que separa el marxismo teórico del anarquismo visceral.

Quizás por eso rechazo los cantos de sirena de determinadas personas, que de forma bien intencionada (no lo dudo) tratan de ganarme para sus asociaciones.

 

Y ojo. El problema está, creo yo, en el concepto de asociación.

El Cine es un arte colectivo . No se puede hacer solo, y eso, por definición, requiere de una asociación de personas. Y por supuesto que la unión hace la fuerza, pero quizás yo, aquí donde me ven, detrás de toda esta fachada combativa y toda esta denuncia continua, lo único que quiero es hacer cine.

Y por eso yo también estoy en una asociación, solo que sin nombre. Me asocio con mis amigos. 

¿Yo tengo un micro y tú una cámara? Pues hagamos cine.

¿Tú me haces de ayudante de dirección en el mio y yo en el tuyo? Pues hagamos cine.

Eso es lo que entiendo yo por asociarme con alguien. Y si esa colaboración y amistad perdura y se prolonga, no hace falta que pongamos nada por escrito.

¿Necesitas un tesorero, un presidente, un vocal? Pues yo no.


Porque hay una peligrosa linea que separa la asociación de la secta.

Y ya lo avisé en su momento. 

Dudaba mucho que fueran a luchar por todas y todos. Dudaba mucho que dentro de esa cueva todos fuéramos iguales. Habrían miembros VIP´s y miembros de tropa.

Y eso es peligroso. Porque si , por ejemplo, el tipo de cine que tú haces es un cine narrativo, y los miembros VIP´s hacen un cine críptico abstracto, y luego ves que se influye en las administraciones y televisiones para que la prioridad sea ese cine críptico en festivales y catálogos, pues resulta que estás haciendo el canelo ahi metido.

Con todos mis respetos eh, pero tu presencia ahí sólo sirve para dar una falsa apariencia de pluralidad dentro de un organismo donde cada uno defiende lo suyo y la correlación de fuerzas se decanta hacia un sólo lado.

Es lo que se llama ser un "tonto útil". Y lo digo con todo mi respeto.

Si cada uno defiende lo suyo ¿para que asociarse? ¿para qué te quieren ahí si no es para que parezca que aquí hay de todo?

Y una vez se hayan hecho con todo, como un puto virus, ¿A donde vas a ir tú? El Festival de las Palmas, Visionaria, y ahora el Catálogo. ¿A ti que te queda, con tus guiones narrativos, con planteamiento nudo y desenlace, en un mundo donde ellos han conseguido confundir el video arte y video creación con el cortometraje?

 

Además se erigen como únicos interlocutores válidos, y su virus está contaminando todo de tal forma que nadie es capaz de ver la automutilación y el hara kiri cultural que están provocando. Porque si sólo existe ese cine, el panorama le da la espalda, primero al público (como ya dijo un espectador en la rueda de preguntas del último catálogo), luego a la industria, porque no precisa de un equipo de profesionales, prescindiendo de ellos y condenándolos al ostracismo económico, y también le da la espalda a la gran mayoría de festivales nacionales e internacionales.

Yo he estado en Alicante, Guadalajara, Badajoz, Vaciamadrid (del que fui jurado), Hendaya y les puedo asegurar que la gran mayoría de festivales son de corte narrativo. mas o menos comerciales o mas o menos oníricos, pero mayoritariamente narrativos. 

Por supuesto que hay festivales de cine alternativo, muestras de cine onírico y experimental, pero son los menos.

Con lo cuál estas propuestas videoartes le dan la espalda a esa realidad. Si un marciano viene a Canarias y ve los catálogos y proyecciones podría pensar que aquí solo se hace ese tipo de cine, cuando lo cierto es que ese cine es minoría. Una minoría que ha conseguido, con la ayuda de determinados individuos de festivales y administraciones, imponer su criterio.

Y no me malinterpreten. Yo defiendo que hay que hacer de todo, y que todos tenemos que tener las mismas oportunidades ante las instituciones públicas, sin presiones de grupos y lobbys que convierten en papel mojado esa supuesta igualdad de oportunidades. 

No es lo mismo abogar por la igualdad de todos y las mismas oportunidades, que defender tan sólo un lado del espectro cultural. Y esa defensa de pensamiento único estaba en su ADN en el origen, en aquella carta que yo leí allá por 2015, antes de que fundaran su asociación.

No es lo mismo ser fascista que antifascista, ni ser racista y antirracista. Como no es lo mismo se incluyente que excluyente.

No son dos caras de la misma moneda.

Por eso a mi no me van a pillar nunca en niguna asociación. Ni en la una ni en la otra.

Yo sigo siendo Koolau el Leproso, y prefiero morir sólo en las montañas abrazado a mi fusil.

 

 

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