El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
martes, 4 de diciembre de 2018
De verticales y horizontales
Demasiados años de buenrollismo, de "qué pasa compi", de cortesía y generosidad en el set y en los créditos, de haz lo que te parezca mejor, de te pongo como jefe de tal o ayudante de cuál aunque no sea esa la labor que has hecho exactamente, sino algo que se le parece.
Demasiados años de quedarme sin cobrar en ningún trabajo, a pesar de hacer el triple de mis cometidos, de realizar la labor de otros, y ver que todos los demás, incluidos esos otros, cobraban sin problemas.
Demasiados años poniéndome voluntariamente el último en la lista de espera, o dividiendo a partes iguales el poco dinero que entraba, omitiendo que el dinero inicial para la producción salía de mi bolsillo.
Y lo que he conseguido con tanta horizontalidad es que todo el mundo se crea con derecho a dirigirme la película, a tomar decisiones por su cuenta, a obviar mis indicaciones (que no órdenes, por Dios).
Que confundan la consulta, o el pedir opinión, con que tengas que acatar las opiniones de otros...
Y si te hartas, te pones en tu sitio, y dices aquello de "bueno, pero aquí quién es el director..." pues ya eres un gilipollas, o un soberbio, o te crees no sé qué o no sé cuanto...
Da igual que tu obligación y responsabilidad sea controlar cada elemento que forma la película.
Que seas el responsable último de absolutamente todo cuanto se vea y se escuche en ella.
Durante años defendí la posición horizontal, así como la premisa de trabajar siempre con el mismo equipo humano, porque "ya nos conocemos, nos entendemos, sabemos de que pie cojea cada uno..."...
Pero quizás la confianza termina dando asco, y bah, es Dani el enrollao, voy a hacer lo que se salga de los huevos.
Antes no era así... o sí, y yo no lo veía, o me hacian gracia determinados comportamientos porque no afectaban gravemente a la película. O quizás todo ha cambiado a mi alrededor, menos yo. O quizás yo he cambiado y nada a mi alrededor.
Lo que sé es que yo me dejo el alma en cada proyecto, en cada plano... el alma y la salud.
El que quiera respetar eso, y por extensión mi punto de vista como creador, equivocado o no, (seguramente equivocado, pero MI punto de vista), pues que me siga, y el que no, pues nada.
Lo que sé es que yo no puedo pararme.