Hace algún tiempo escribí en este mismo blog un post acerca de la carencia que nuestro cine chico canario presenta a la hora de abordar los temas sociales.
Me parecía sorprendente que, a pesar de que el cine es un arma poderosa de cara a la denuncia social, nuestros cineastas anduvieran mas preocupados (como bien dijo una vez en su blog Josep Vilageliu) por contarnos sus devaneos sentimentales y fracasos amorosos que por plasmar los cada vez mas acuciantes problemas de nuestra sociedad.
Afortunadamente, aun se pueden encontrar perlas como este "Tocando fondo" dirigida por Jonathan Guttman e interpretada por el propio Guttman, Anna Rodríguez, Marina Ballesteros y Pedro Galindo.
Pinchando en este enlace podrán ver esta pequeña joya del cine social en cuestión.
Y digo bien cine social, y no político, porque "Tocando fondo" no toma partido. No se inclina hacia ninguna de las dos trincheras ideológicas.
No, mas bien todo lo contrario. Las omite, quiero creer que deliberadamente, y llama a la reconciliación de la condición humana mas allá de banderas y símbolos.
Es uno de los pocos cortos que he tenido la oportunidad de ver que se molesta en afrontar el tema de la crisis desde esta perspectiva.
Y eso es de agradecer, en este mundo de crispación y porrazos en la cabeza.
Yo, por la parte que me toca, reconozco que había abandonado la temática social que marcó el principio de mi filmografía, dejándola a un lado en beneficio de no sé exactamente que pedrada existencialista.
Un existencialismo que se ha hecho fuerte atrincherándose tras los fotogramas de mis últimos cortometrajes.
Y ayer, ante la manifestación que se iba a producir en las calles de mi ciudad con motivo de la huelga general, me dio por sacar la cámara a la calle acompañado de un mínimo grupo de actores, y contar una historia humana con la protesta como telón de fondo.
Era un poco salir a la aventura, a pecho descubierto, sin saber bien lo que podrías o no podrías grabar.
¿Qué decir? Los actores, una maravillosa Cathy Pulido y un impresionante Ragüel Santana me sorprendieron como no podía ser menos.
Pero por suerte o por desgracia, yo sí que tengo color y bandera, y a pesar de tratar la trama desde un punto de vista existencial y humano, no puedo evitar, aunque sea sutilmente, posicionarme en mi trinchera.
Los grandes problemas de la sociedad son la suma de los pequeños problemas de sus ciudadanos.
Y ahí está la metáfora.
Les dejo el trailer. Sí, ya sé que lo rodamos ayer por la tarde. Somos rápidos ¿eh?
Salud y república.