Ayer subí esta foto a mi muro de Facebook.
En seguidita se petó de "me gusta(s)".
Normal. La foto es mas tierna que el queso tierno.
Pero me hizo pensar...
¿Saben esa canción de El Arrebato que dice algo parecido a "nunca tengo un duro y cuando lo tengo me lo gasto en una guitarra nueva"? ¿saben cuál les digo?
Pues ésa es la historia de mi vida. Sé que nunca reformaré el baño de mi casa, que se está cayendo a cachos. Sé que nunca cambiaré las ventanas de madera que se están picando por otras de aluminio.
Y lo sé porque cada vez que entra un poco de dinero en mi bolsillo corro como un desequilibrado a gastármelo en un cortometraje.
Y lo hago consciente de que ese dinero no va a volver vía premios de festivales, ni nada por el estilo, pero parece no importarme.
Carne de psiquiatra, ya les digo.
Pero bueno, allá cada uno con su vida. Si te la quieres machacar con dos piedras es problema tuyo y de nadie más.
El suicidio no es un delito que yo sepa.
Pero... ¿la inducción al suicidio?
Supongo que a todos los que somos padres se nos cae la baba si vemos que nuestro hijo es un remake 2.0 de nostros mismos.
Queremos, inconscientemente (o no), que siga nuestros pasos, que comparta nuestros gustos y nuestras pasiones.
Más aún. Proyecatmos nuestras frustraciones en ellos, con la esperanza de que ellos lleguen allí donde tú no has llegado, tomándole la revancha a la vida.
Pero... ¿y si nos estamos equivocando?
Los "artistas" (?), desde siempre, no sólo ahora con la crisis, se han muerto de hambre en todas las épocas y facetas.
Realmente, si yo pudiera volver atrás, aprendería algún trabajo como poner suelos, refilar paredes, echar techos, arreglar cañerías y enchufes, y no tocaría una cámara en mi puta vida.
Pues si lo tengo tan claro ¿A que viene esa baba que se sigue cayendo de mi boca cada vez que mi hijo de seis años habla de Tim Burton, o de lo que es un FlashBack, o maneja conceptos como plano-contraplano?
¿Por qué?
¿Algún psiquiatra en la sala?