sábado, 23 de abril de 2011

Un festival al este del "edén"

LAS PALMAS - LANZAROTE, VUELO SIN ESCALAS. DOS FESTIVALES AMBOS CON SENDAS SECCIONES DEDICADAS A CORTOS CANARIOS, PRÓXIMOS EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO, LEJANOS EN FILOSOFÍA.




   Hasta hace bien poco,el Foro Canario del Festival Internacional de Cine de Las Palmas, la sección dedicada al panorama de actualidad de cortos canarios, era el principal referente de lo que se cocinaba cinematográficamente en nuestras islas.
   
Todos queríamos estar presentes ahí, con nuestros trabajos aunque no ganáramos premio alguno, ya que la oportunidad de mostrar tu cortometraje en el que era considerado el principal escaparate audiovisual de Canarias, era importante a todos los niveles para los cortometrajistas de nuestra tierra.


   Pero la radicalización de este Foro en la última edición ha podido alterar esta realidad. 
   Los trabajos exhibidos han sido, en su mayoría, pertenecientes a una corriente de cine experimental extremo, dejando poco espacio para propuestas narrativas mas o menos clásicas.


   Que nadie me malinterprete. Siempre he defendido, y lo sigo haciendo, la libertad creativa para rodar lo que uno quiera y como quiera. 
   Pero creo que determinados trabajos que pude ver en el último foro, se acercan más al video- arte que al cine, y, por lo tanto, el  Foro Canario, en su calidad de escaparate de un panorama de actualidad, no es, a mi juicio, el marco indicado para la exhibición de estas obras.


   En este sentido, algunos de mis colegas apuntan que, tanto en el premio (Cosas en Común de Nayra Sanz) como la mención (El Chola de Willy Ríos) son un voto de castigo con el que el jurado da la espalda a la inclinación de la organización por los trabajos experimentales.
    No sé si las palabras voto de castigo son oportunas en este caso, pero desde luego, se percibe un toque de atención a tener en cuenta por la institución a la hora de apostar por determinados trabajos en detrimento de obras de narrativa mas clásicas. 


No me refiero a un lenguaje obsoleto de estructura dramática convencional, pero si a cierta intención narrativa que no por moderna y renovada ha de renunciar a tratar de contar una historia con imágenes, aunque sea de forma poco usual, o a través de un lenguaje mas próximo al planteamiento, nudo y desenlace. 
   Creo que el voto del jurado ha sido un: "Cuidado,  tampoco se pasen ¿eh?"


   Esta radicalización ha hecho que muchos cineastas canarios miren hacía el este, hacía Lanzarote, buscando un nuevo referente para un cine mas narrativo.
   La selección del XI festival de Cine de Lanzarote, en su sección canaria, que se celebrará la semana próxima, no deja lugar a dudas.
   Doce trabajos, todos (o casi todos, ya que nos volvemos a encontrar con esa cosa infame de unas cabras caminando por un camino) con un planteamiento y filosofía que muchos calificarían de comercial, pero que yo prefiero etiquetar de cine narrativo.


   De esta forma, encontramos trabajos de diferentes índoles y tendencias. Hay cine subvencionado, hay cortos de cine leve, de cine de guerrilla, cortos independientes con espíritu industrial.
   Toda una muestra real de un panorama de actualidad auténtico, con intención de mostrar lo que se está haciendo, y no de forzar criterios cinematográficos hacia un determinado espectro. 


   Desde aquí, aplaudo la iniciativa de mostrar una alternativa, ya que si miramos al centro ya hemos visto lo que hay, y mirando hacia el Oeste, la cámara se mueve demasiado. 


   Esperemos que ese Este del Edén resista a las inclemencias de este tiempo.