¿QUIÉN DIJO MIEDO?
Eso ¿quién?
Pues muchísima gente. Algunos se fueron, asumiendo que el segundo bloque sería demasiado para ellos. Otros, decidieron renunciar a los dos o tres primeros cortos en la parrilla, a cambio de un tentempié, para luego entrar a terminar de ver la sesión a la mitad.
Otros, como yo, sin embargo, nos armamos de valor y nos metimos sin tregua a ver el siguiente bloque, apenas cinco minutos después de salir del primero. Quizás sean cosas mías, pero tal vez la organización deba plantearse si esta sesión marathoniana si descanso no sea contraproducente...
YO QUESEÉ
Tras las presentaciones de rigor, se reinician las proyecciones con "A/X/Z" de Rafael Navarro Miñón.
Se trata de un montaje a base de fotos fijas en blanco y negro que irremediablemente nos retrae a La Jetee. Un chico, una chica, una voz en off, no se qué...
No consiguió atraparme ni interesarme. Me dejó profundamente indiferente.
LO SIENTO PERO NO
No seré yo, enamorado como estoy de mi playa y de mi ciudad, quien diga que no me gustaron las imágenes de "Las Canteras" de Gino Maccanti, pero esta pieza está totalmente fuera de lugar en un festival como éste, y en una sección que presume de ser un escaparate del panorama de actualidad del cine de nuestras islas.
¿Era video art? ¿Era un video promocional? ¿Era un publi reportaje? ¿Era una colección de postales de esas para guiris de los kioscos del Santa Catalina? No lo sé, no sé lo que era, pero si sé lo que no era: No era cine.
YO, YO Y DESPUÉS Y YO
A pesar que el tema de "When in Bucarest" de José Cabrera Betancort pudiera resultarme atractivo a priori, lo cierto es que su visionado se convirtió para mi en una tortura en toda regla.
Primero por sus formas. Esa cámara que no se quedaba quieta ni amarrándola, esos planos grabados con un Nokia que terminan por forzarme a fijar la vista en la pared del cine en un vano intento de evitar el dolor de ojos.
Y segundo por su contenido, que, a pesar de que en la presentación se nos vendió como un documental que giraba en torno a la caída del muro, y el surgimiento de movimientos sociales, al final todo eso no era mas que una excusa para hablar de lo de siempre: de si mismo.
Otra vez, igual que los dos últimos años, el "yo" hice esto, el "yo" fui a no sé donde. Otra vez los planos míos en mi casa, con mis amigos, otra vez filmando a mi novia, a mi prima... mi, mi, yo, yo...
La egolatría digital... ya nos tiene acostumbrados, señor Cabrera.
LOS LUNES AL ZOO
Iván López nos muestra toda una fauna urbana en su "Odio los lunes". Una película coral, de personajes que se entrecruzan, de casi 45 minutos, que a poquito mas que te pusieras Iván, te hacías un largo, y sin forzar el guión.
Una producción arriesgada, al menos para el panorama canario, por lo que supone rodar en un gran número de localizaciones, y con una gran cantidad de actores.
Actores, por cierto, que están geniales cada uno en sus roles. Y eso se agradece.
Una historia íntima, agradable de ver, bien rodada y bien montada.
Sólo una pega, pero ya al nivel de mi gusto personal. Los finales felices de todas las subtramas. Una de las historias podría haber terminado mal, ya que la vida no siempre termina bien.
NOS DIERON LAS UVAS
La penúltima película, ya con el dolor de cabeza llamando a mi puerta, los ojos cansados y los perros de Paulov salivándome en el estómago, fue "Naturaleza Viva", de Josep Vilageliu.
Una sugerente propuesta erótica festiva llena de momentos realmente brillantes. Lejos de una estructura dramática académica, Vilegeliu desparrama su capacidad visual, su pulso fílmico en esta segunda parte de su anterior trabajo "Naturaleza muerta".
Quizás a mucha gente no le llegara ni el mensaje, ni las imágenes les interesaran demasiado, pero lo que trasmite esta película son sensaciones, no mensajes.
Secuencias geniales, como la del sexo oral sin tan siquiera tocarse de los personajes, o una escena en la nieve que después resulta estar siendo vista en un televisor.
Los actores están muy bien. Una Verónica Galán más jamona que nunca, y un Chowie Sosa que nos recuerda a un primitivo Chewacca canario.
Y YA NO PUDE MÁS
A punto de morir de inanición en la butaca, y realmente amenazado por 58 minutos más de un documental titulado "Fronteras de Zalamea" de David Pantaléon, opté por salirme de la sala.
Y creánme que lo siento, porque soy partidario de verlo todo, pero de verdad que la organización del festival debe empezar a plnatearse las duraciones de las cintas seleccionadas, y lo que es un corto y lo que no lo es.
Así que no puedo dar mi opinión, y aunque bien sí que a la salida, algunos amigos me hablaron positivamente de este trabajo, no es menos cierto que a otros amigos les resultó de excesivo metraje para lo que contaba.
Y ya está. Fin de la larga tarde del cine canario, y comienzo de la larga noche del 2 x 1 en cubatas.
CONCLUSIONES
Ninguna.