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Eduardo García Rojas y Sergio Morales |
Esta noche se presentaba en la Biblioteca Insular de la capital grancanaria el esperado libro "Paisajes del Alma. Canarias, cine e identidad" del periodista tinerfeño Eduardo García Rojas.
García Rojas, cinéfilo de pro y responsable de ese siempre necesario e indispensable blog que es El Escobillón, nos entrevistó a una veintena de nosotros, directores canarios de cine (¿o directores de cine canario? ¿quién sabe?) , entrevistas que conforman, junto con algunas críticas cinematográficas, este interesantísimo volumen.
Y es que en ""Paisajes de Alma" puede que no estemos todos, pero si hay de todo. Desde directores que viven dentro de la industria fuera de nuestras fronteras, pasando por veteranos que no nos hemos querido alinear con nadie, como gente joven que empieza en esto del cine.
De esta guisa, la lectura del libro se vuelve apasionante, ya que a veces veo como puedo coincidir en mis respuestas con personas a las que yo situaba en el extremo opuesto ideológico, y diferir sin embargo con gente más cercana a mi.
Si pueden, hagánse con un ejemplar porque vale la pena.
Sobre el acto de esta noche, la presentación del libro, solo decir que estuvo bien interesante. Presentación del acto a cargo de Sergio Morales, coordinador de proyectos audiovisuales del Servicio de Cultura, y estuvieron acompañando a Eduardo el cineasta Elio Quiroga y el historiador y periodista Francisco Pomares.
Curiosamente me dio por calcular la media de edad de los asistentes, que fuimos unos 70 o algo así, y solo había una persona menor de 40 años allí. Quizás sí es país para viejos.
Hablamos de lo humano y lo divino. De la revolución digital de principios de este siglo, del cine en celuloide de los 80 y 90...
Ya digo. Estuvo muy bien, aunque sinceramente eché en falta que habláramos menos de dinero y más de arte, ya que creo que la intención narrativa del libro de Eduardo, si bien toca por supuesto el tema industria, se decanta más hacia las miradas artísticas de cada uno de nosotros.
Siguiendo este razonamiento, si leen la pregunta inicial que es común a todos nosotros, esa de "¿Cómo te dio por hacer cine?", nadie responde : "Para ganar dinero".
Todos hablámos con nostalgia de nuestra infancia, de cómo nuestro padre nos sentaba a ver una película en su regazo, de cómo nuestras abuelas nos llevaron al cine o de cómo la llegada de una cámara de super8 o de Hi8 a la familia nos despertó el gusanillo.
Supongo que lo de la industria, lo de los dineros, vino después, cuando empezamos a profesionalizarnos, los que lo hicimos. Y digo los que lo hicimos porque una mirada un poco más extensa nos haría ver a todos aquellos que eligieron, feliz y voluntariamente, permanecer en el amateurismo, sin que se sientieran frustrados por ello, incluso lo contrario. Se sienten a salvo de los tontos por ciento del cuento del Bussines (que diria Sabina). Y también una mirada triste a todos aquellos que abandonaron por el camino, los que tenían un talento brutal, pero luego les faltó contactos al tiempo que le nacían hijos y responsabilidades.
Mira, Eduardo, esa no es mala para otro libro. "Los que abandonaron". Te regalo la idea.
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