jueves, 30 de abril de 2015

No con mi firma

   
   Estuve años, años, desgranándome en los blogs, desangrándome en los posts, pidiendo un cambio en la política de subvenciones culturales del Gobierno de Canarias.
   Los que me conocen lo saben.

   Insistía una y otra vez en que las ayudas deberían ser mas abiertas en cuanto a poder ser otorgadas a personas físicas, y no a empresas establecidas, ya que no todos se podían permitir el lujo de pagarse doce meses de seguro social solo para después ser rechazados sus poryectos. Que los presupuestos ficticios solo contribuían a forzarte al chanchullo, y que no eran esas unas normativas realistas ajustables a la verdadera situación del audiovisual canario.

   No tengo ganas de recopilar aquí la pila de insultos y descalificaciones que recibía de los valientes anónimos de poco imaginativos pseudónimos, ataques personales que me gané a pulso por el simple de hecho de criticar el sistema, pero fueron muchos y variados, en un patético afán de defender el status quo que les permitía chupar de un bote al que solo los miembros de una secta privilegiada tenían acceso.

  Bueno. Las subvenciones se esfumaron y con ellas la polémica y los insultos.

Pero...
Hace poco un amigo me escribió via e-mail preguntándome si sabía algo de una especie de escrito que se estaba preparando para presentar a CCER, pidendo no se qué sobre la vuelta de las subvenciones.

Yo, por supuesto que no tenía ni pajolera idea. Evidentemente a mi no me iban a avisar para semejante cosa.
   Pero no hace mucho que conseguí leer el texto y no salí de mi asombro al comprobar que muchas de las cosas que se piden en ese manifiesto coinciden con lo que yo reclamé durante años, clamando en el desierto, y que algunos de los abajo firmantes son los mismos que me atacaban e insultaban en aquella época de leche y miel para algunos, y trípodes pelados para otros.

Tócate los pies compañero.

    Así que en principio, yo no tendría problema en firmar ese manifiesto, aunque de los compañeros de cama, muchos me provoquen cierto asquito.

   Pero de pronto, sigo leyendo y me encuentro con un párrafo del escrito que es para mear y no echar gota.
Viene a decir algo así como que la nueva política de subvenciones debe encaminarse a apoyar proyectos cinematográficos que se alejen de una narrativa clásica o, como ellos lo llaman, conservadora, y debe apostar por un concepto mas radical de hacer cine, alejándose de la comercialidad o algo así.

   Vamos a ver , alma de cántaro. Que el dinero no es tuyo, que es dinero público, de todos, y no puedes pretender que se destine solo al tipo de cine que a ti te gusta hacer, de forma exclusivista, en agravio comparativo con otras tendecias artísticas y otras propuestas narrativas que también son igual de váidas (o mas) que la tuya.

   Claro que todos sabemos lo que hay detrás.
Repetir la jugada exclusivista del Foro Canario extrapolándolo al marco de las subvenciones autonómicas.
Convertir otra vez la política cultural en otro club privado endogámico donde al mas puro estilo del festival de Las Palmas solo tenga cabida un tipo de cine, radical, experimental o como pollas lo quieran llamar que, curiosamente, es el que hacen ustedes.

Anda y que les den por el culo.

Igualdad de oportunidades de acceso para todos, sin distinción de tendencia, estilo narrativo, méritos de dudoso origen o amiguismos y cuñadismos, o si no, voy allí, me bebo dos litros de zumo de naranja, espero a las diárreas y después me cago en todo.

Avisados quedan, sectarios de mierda.