sábado, 1 de marzo de 2014

¿Verdad o consecuencia?


"¿Cree que prevalecerá la justicia? Una mierda. Prevalecerá el orden" (JFK de Oliver Stone)
 


La primera vez que leí "1984" de George Orwell recuerdo que pensé: "Puf... que exageración por Dios...". 
   Me resultaba imposible de creer que un gobierno dijera Negro, luego hiciera Blanco mientras insistía en que hacía Negro, y no sólo el pueblo lo dejara pasar, sino que encima se creyera el Negro.

    Doblepensar le llamó Orwell. Tócate los pies mi hermano.

   Orwell basó este fenómeno en el control de las masas a través de las telepantallas,"televisores" de doble ojo, que permitían que el pueblo "viera" mientras el gobierno les "veía" a ellos... Ya saben , ese Gran Hermano cuyo significado se ha perdido (¿o no?) entre tanto programa estúpido...

Gsssshhhhhhh... (onomatopeya de planta rodante de las pelis del Oeste empujada por el viento).

   Ciertamente es una metáfora. Todos sabemos que no hace falta que el Gobierno nos vea a través del televisor, igual que sabemos que no es el Gobierno el que nos ve.

   Facebook e internet suponen ese doble ojo, por el cuál podemos ver pero también nos ven a nosotros, y que se manifiesta poderosamente imbricado con el concpeto de verdad / mentira al que aludía Orwell en su pesadilla distópica.

   Las distintas versiones con las que el cine ha tratado de acercarse a"1984" lamentablemente nunca han estado a la altura.
   Ni la de Michael Anderson de 1956 con sus dos ridículos finales, tanto el "final felíz" en su montaje para el mercado británico en el que Winston y Julia morían como héroes luchando frente a la opresión del partido, desvirtuando así todo el mensaje de la novela, como el final "fiel al texto literario", donde el vacío desprovisto de emociones reales que simboliza la destrucción del espíritu humano es sustituída por una euforía desmesurada que tampoco es de lo que nos habla Orwell en su desolador final.




   Y tampoco me vale, aunque es claramente superior a la anterior, la versión de Radford rodada en 1984, el mismo año del título.
   Radford pasa por encima como de pasada de casi toda la carga sociopolítica en su versión, donde el doblepensar y los agujeros de la memoria no cumplen mas que un papel anécdotico, cuando a mi entender, son los aspectos mas interesantes y de mayor actualidad en esta sociedad en la que vivimos.



   La mentira y la tergiversación, tanto a nivel político como social, están a la orden del día en este mundo de 2014, y necesitaríamos una nueva versión del clásico de Orwell que haga hincapié en estos aspectos.

   Hay algún título, cierto, que aborda esta temática, como "La cortina de humo" de Barry Levinson, con unos inmensos De Niro y Dustin Hoffman en estado de gracia, cinta en la que la mentira institucional es tragada sin mayor problema por una sociedad idiotizada por los medios de comunicación.

   Luego hay otra óptica en todo esto. La ávidez y el morbo que siempre hemos sentido por las teorías de la conspiración, sean cuáles sean, y las ganas de creérnoslas...
   El hombre no llegó nunca a la luna, y el 23F... bueno... ése es otro tema ¿o no?