domingo, 16 de septiembre de 2018

Coreografía de sombras

Cristina Piñero en "Teatro de Sombras"
   

   El Cine Leve ha resistido. Eso es así.
Y vamos acercándonos ya casi a una década de existencia oficial, y eso que nadie daba un duro por nosotros.
Los Jueves en el TEA han visto su evolución a lo largo de los años: "Naturaleza Muerta", "Cerca del Mar", "La Voz del padre", "El aire de un día", "El viaje del Árbol", "Reflejo en Rojo", "Naturaleza Viva", "El Último Plano"... Incluso aquel "Nadie", cine leve en estado puro que recorrió festivales de cuatro continentes.

Ha resistido a épocas de subvenciones, a épocas sin subvenciones, a la vuelta de las ayudas, a los cambios técnicos, al paso del HDV al DSLR, a comentarios malintencionados y criticas destructivas...

Y no vamos a repetirnos, pero el Cine Leve ha existido siempre, antes de la etiqueta, antes de nosotros mismos. 
Y si ha resistido ha sido porque, como filosofía de rodaje, es el vehículo perfecto para aplacar el ansia creativa que no nos deja descansar.

Eso mismo es lo que ha motivado el "Teatro de sombras", último (de momento) cortometraje de Josep Vilageliu.
Apenas un mes antes habíamos estado rodando "Página en blanco", obra que surgió  como respuesta a un proyecto anterior de Josep que se había medio truncado. 

Y luego está la inercia de la creatividad. Después de un periodo de sequía creativa, rodar algo, lo que sea, es como abrir la caja de Pandora.
Además, si eres como Josep, que cuando va a los sitios no ve sitios sino localizaciones. pues que ya la cosa se vuelve imparable.

   Así que allí fuimos otra vez, para ayudar a crear. Binter y descuento de residencia. No había chocolatinas en el avión por no sé qué mierda de que en verano el calor las derrite.

Josep había visto en casa de unos amigos un equipo de radio-frecuencia, y ¡chas!... Una chica, que pide ayuda a través de la radio... La casa solitaria... de pronto se llena de sombras... personajes que entran y salen, que aparecen y desaparecen... ¿metáfora de la soledad? ¿O ciencia ficción? ¿ o de terror?

Bueno. En el caso de Josep, la frontera entre los géneros se tergiversa intencionadamente.

Los actores están todos inmensos, en una coreografía de personajes que bailan con una ágil cámara en  movimiento continuo hábilmente operada por Facu Pérez.
Así Cristina Piñero, quien ya protagonizara "Página en Blanco", encarna a la chica de la radio, que asiste como espectadora al teatro de unas sombras que se arrastran por la casa ajenas a ella. 
   Sombras genialmente interpretadas por Norberto Trujillo, Cathy Pulido, Verónica Galán y Miguel Batista, sumados a Cristina, los cinco en estado de gracia, improvisando magistralmente en la escena final, una de las secuencias mas paranoides que he visto en el cine canario.


Verónica Galán y Miguel Batista


Norberto Trujillo y Cathy Pulido

   
   Ya de entrada, visualmente, hay algo nuevo en este último Vilageliu. Blanco y negro al estilo de la Nouvelle Vague, un formato panorámico en 2.35.
Pero también respeta las constantes anteriores de su cine, como la escasez de diálogos y lo críptico onírico de la narrativa.

20 minutos. Un montaje ágil, rítmico. Una puesta en escena atmosférica.
Podemos estar quizás ante el cortometraje cumbre del cine leve.

Aunque apuesto que mas pronto que tarde esa caja de Pandora creativa parirá un nuevo proyecto.
Y allí estaremos, o eso espero.