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| Fotograma de "Pétalos al viento" (2017 Esteban Calderín) |
He seguido de cerca, aunque no tanto como me hubiera gustado, el trabajo cinematográfico que el director Esteban Calderín ha venido realizando durante las últimas décadas.
Stajanovista pasional, Calderín es uno de los realizadores mas prolíficos de nuestras islas y ya sólo por eso, por esa pasión incansable, se merece toda mi admiración.
Esteban es un amante del cine de género. En su mirada podemos encontrarnos con temas policíacos, terror, y sus últimas aproximaciones al cine post apocalíptico con el largometraje "2067" y su segunda parte actualmente en fase de rodaje "2097".
Y aunque precisamente por eso, por esa predilección por los géneros puros, el cine que yo hago y el suyo estén en las antípodas el uno del otro, eso no me impide poder acercarme a ver su obra cada vez que, con mucha frecuencia, estrena algo.
Y en esta ocasión he tenido el privilegio de asisitir a una proyección privada de su último mediometraje titulado "Pétalos al viento" (Título provisional ya que también se está barajando "La Brisa del Este").
No sabía lo que iba a ver, pero esperaba encontrarme con algún trailer o corto de ciencia ficción postapocalíptico o algo así a lo que Esteban nos tiene acostumbrados, pero vamos, para nada.
"Pétalos al viento", escrita, dirigida y fotografiada por el propio Esteban, es un paso de gigante en la filmografía de Calderín.
Cine social y humano bien contado, bien rodado, bien montado y, sobre todo, muy muy bien interpretado por un magnífico elenco de actores, como la siempre genial Pino Luzardo, el incombustible Pepe Batista, y sobre todo su pequeña actriz protagonista Yanai Cruz, un niña oriental de apenas 10 años de edad.
Yanai es, en dos palabras, "jodidamente buena" actriz.
Da gusto verla interpretar y afrontar distintos registros emocionales complicados sin dificultad alguna (ya quisieran muchos y muchas profesionales...).
"Pétalos al viento" es la historia de una niña perdida en la gran ciudad que vaga por los barrios tras una tragedia familiar que la deja huérfana de facto.
En ese ir y venir por las calles de Las Palmas, la niña coincidirá con toda una fauna urbana formada por yonkis, rateros, okupas y lidiará con un sinfín de situaciones sin dejar, no obstante, de ser una niña inocente capaz aún de sonreir, tal y como Calderín nos expone maravillosamente en la escena en la que la protagonista, perdida por las calles solitarias, se divierte persiguiendo una paloma sin perder la sonrisa.
El mediometraje, de 35 minutos de duración, se revela así como una relectura moderna del Oliver Twist de Dickens, adaptada a un tiempo y un espacio reconocible y fácilmente identificable como es la jungla urbana actual.
Así que no puedo mas que felicitar a Esteban y a todo el equipo de "Pétalos al Viento".
Cine leve, de corte social, que , vale, lo admito, a mi me tiene ganado de antemano.
Espero que les gane a ustedes también.
