El blog desde las vísceras de la indigencia cultural por Daniel León Lacave
miércoles, 11 de mayo de 2016
El Debate de cine en Vértigo. Estéril... o no.
Ayer noche, en el Club de La Provincia, se celebraba por parte de la Asociación de Cine Vértigo la proyección de los cortos ganadores de las cinco ediciones anteriores del concurso Visionaria Concepto de Ciudad.
A la proyección le seguía un debate a cinco sobre el Estado del Cine Canario.
Lo cierto es que me sorprendió mucho que me invitaran a estar en esa mesa de debate, ya que yo nunca he tenido ninguna vinculación con Vértigo ni con Visionaria.
Aunque quizás haya sido por eso. De cualquier forma, gracias a Vértigo por invitarme y felicidades por esos ya seis años de Visionaria.
La mesa estaba compuesta, además de éste que les habla, por Claudio Utrera, crítico de cine y ex director del festival de Las Palmas, Natacha Mora de CCER, Cris Noda de Microclima y Pedro Carballido del Cluster Audiovisual.
He de confesar que a priori no me apetecía demasiado el tema. Otro debate igual que siempre, con los mismos argumentos, un debate que habremos tenido ya mil veces en la barra de mil bares con una birra en la mano, con la esterilidad que ello conlleva.
Pero bueno, fui y he de admitir que la variedad de los componentes de la mesa hizo que la charla fuera interesante, aunque se acabó demasiado pronto. Una horita mas y hubiéramos llegado a algo más que al mero planteamiento de la situación.
Como director independiente, independiente sin medias tintas, yo no estaba allí en representación de ningún sector. Sólo de mi mismo, y jamás se me ocurriría en erigirme en representación de los independientes autorpoducidos sin que nadie me haya otorgado ese cargo.
En esa tesitura, no esperaba encontrar calor ni coincidir en mis planteamientos con ninguno de mis contertulios.
Defender el fuerte en solitario es algo a lo que estoy acostumbrado, como Markov en "beau gest", que puso a los muertos en las almenas.
Contra todo pronostico, encontré un mínimo de cercanía en los planteamientos en Claudio Utrera, alguien a quien yo siempre había situado en el extremo opuesto del terreno de juego.
Y lo de siempre. La falta de Industria.
¿Se busca realmente sentar los cimientos de una industria cinematográfica en nuestras islas o no? No me quedó claro al final.
Yo defendía que las políticas públicas seguidas hasta ahora no habían funcionado. Para mi resultaba una obviedad, y Natacha coincidía con la premisa.
Desde mi punto de vista, la inyección de dinero público en la fase de producción durante mas de quince años no ha dado como resultado una industria.
Solo conseguía que algunos directores pudieran rodar sus cortos, destacaran en festivales, y los mas afortunados dieran el salto a otras tierras dejando aquí a los que les habían ayudado a destacar.
Si, ayudado, la palabra es correcta, porque a pesar del dinero público, en aquellos cortos muy poca gente cobraba por su trabajo, porque el presupuesto no llegaba para pagarles.
Pedro defendía que aquellas políticas sí que estaban construyendo industria, que empezaba a verse "cierto tejido industrial" justo en el momento en el que desaparecieron las ayudas.
Pedro, amigo, ni en cien años hubiéramos creado industria por ese camino.
Cuando dices "cierto tejido industrial" ¿a que te refieres?
Industria es mercado, y mercado es consumo. Un público consumidor del producto que nosotros ofrecemos, que pague por él, y haga circular la economía del sector. ¿Donde está ese público que consume y paga? ¿Donde estaba en 2011 cuando se acabaron las ayudas?
Sin eso, no hay industria.
Por eso mi planteamiento giraba en torno a la exhibición y la distribución. Creo firmemente que el camino pasa por inyectar ese dinero público no en la fase de producción, sino invertirlo en una cuota de pantalla tanto en los cines de nuestro archipiélago como en las televisiones.
Natacha me preguntó que de que serviría eso si no se producían obras.
Obras siempre va a haber. Las ayudas desparecieron y hemos seguido rodando, y gracias al abaratamiento de los costes y la revolución digital, cada vez con un acabado mejor.
En esa situación, reclamo una normativa proteccionista que "obligue" a nuestra televisión autonomica a comprar y emitir (en un horario digno plis) cine canario. Que imponga a nuestros cines una cuota de pantalla de cine canario.
De esta forma, sería mucho mas facil arriesgarte a producir sabiendo que en taquilla tienes una oportunidad, y también sería mas facil conseguir inversión privada para tu proyecto, ya que tu película estará protegida en las taquillas.
Quizás así, un día, alguien pase por el Monopol y en vez de entrar a ver "Desafío Mortal 18" vea el cartel de una película canaria en el escaparate y le de por entrar. Y ahí es nuestro turno. Currarnos buenas historias, buenos actores, un buen acabado, para que ese espectador no salga espantado da la sala y vuelva a entrar en una peli canaria.
Desde este punto de vista, creo que el dinero público es de todos, tuyo, mio, y de la señora ciega que vende cupones y que nunca podrá ver cine, pero el sistema hace que su parte del presupuesto se destine a cine. ¿Y por qué? ¿para que nosotros hagamos nuestras pelis con su dinero, y una vez acabada se la enseñemos a nuestras novias y a nuestras madres, en un acto absolutamente onanista? ¿O para que destaquemos con dinero público y nos contrate la Warner y nos vayamos a rodar en inglés sin subtítulos?
No. Ese dinero es para crear industria, y a eso debe ser destinado hasta el último céntimo. Así dejaríamos atrás, en un par de décadas esta losa amateur que nos presiona el pecho. Y la maquiulladora podrá vivir de esto, y el sonidista pagar el alquiler, y los actores y actrices no tendrán que servir copas en bares ni hacer de teleoperadoras.
Y lo cierto es que, ni en la época de bonanza económica y de las ayudas, existía un sector cinematográfico. Los profesionales del sector vivían de la publicidad, nunca del cine. Y ahora ya ni eso.
Cris defendía lo contrario.Que no todo el dinero público debe generar beneficios, y que ese presupuesto debe dedicarse a la protección del patrimonio cultural, a formación etc etc.
Bueno. NOSOTROS somos el patrimonio cultural. Las personas, SIn nosotros no hay patrimonio. Protéjannos.
¿Y la formación? ¿Formar cineastas, cámaras, sonidistas etc etc que después tendrán que cargar bloques en la construcción o aprender a hacer mojitos?
Cierto. No todo el dinero púbico tendría porqué generar beneficios, pero... ¿No es eso lo que pretendemos? ¿No llevamos desde los 70 reclamándole a las instituciones esta industria? ¿No queremos vivir de esto? ¿pagar nuestras hipotecas con el fruto de nuestro trabajo?
¿Creen que a los directores nos gusta no pagarle a nadie? ¿Esa sensación de estar siempre de prestado? ¿Esa peregrinación por bares y cafeterías tratando de convencer a los hosteleros de que nos dejen rodar en sus localizaciones? ¿Ese rodar a todo correr porque a las 12 se abre el comedor al público?
Para eso necesitamos una industria, Y para esa industria necesitamos un consumidor que pague.
Todo lo demás está muy bien, pero no crea mercado.
O el dinero público sirve para crear ese mercado, para acercar al público a nuestras obras, o seguiremos machacando azúcar y hierba huerto para los mojitos.