viernes, 18 de abril de 2014

Yo rodé en Macondo

   
   Muchos años depués, frente al libro con la señora vestida de negro sentada en la silla en el rincón con el suelo ajedrezado, recordaría la primera vez que soñé con hacer una película de aquella historia.

   Durante años recorrí en mi imaginación las calles de Macondo, colocando la cámara aquí y allá: En la carpa del hielo un traveling lateral mientras los niños y José Arcadio Buendía contemplaban el bloque; Un transfoque sobre la hilera de fusiles que apuntaban a Aureliano; ¿cómo hacer que la cámara "persiguiera" el reguero de sangre que recorría la calle hasta tocar a la puerta? Con infografía, claro...

   Muchas veces planifiqué aquella steadycam dando vueltas al castaño donde el patriarca permanecería amarrado hasta su muerte. Decidí también que a Remedios La Bella nunca se le vería el rostro en pantalla, la veríamos de espaldas o en desenfoque, ya que era, según García Márquez, "La mujer mas bella del mundo". ¿qué actriz podría interpretar ese papel?.
   Los gemelos no estarían interpretados por el mismo actor, sino que buscaría a dos hermanos gemelos reales para que les dieran vida en la pantalla.

   Las guerras de Aureliano, la plaza y el tren con los 3.000 muertos. Todo eso lo filmé una y otra vez en mi cabeza, preparándome para el día en que de verdad pudiera colocar las cámaras y convertir en imágenes todo aquel universo mágico que releeí al menos seis o siete veces en mi juventud.

   Después crecí, y "supe" que nunca haría esa película, que era un sueño de tantos, y un día de esos que tú y yo sabemos, tiré a la basura todos aquellos apuntes post adolescentes, y me senté a esperar que alguien con mas suerte y mas talento que yo la rodara.

   Y aquí sigo esperando. Gabriel se fue hoy, después de darle al mundo la obra cumbre de la literatura universal, y de hacerme a mi perder maravillosamente el tiempo durante mi juventud.

Gracias por ambas cosas.