Audrey Munson |
Hoy en día que una actriz se desnude ante la cámara no significa apenas nada.
Y digo hoy en día, porque hace tan solo un par de décadas, a pesar de todo lo que hemos visto, aún escandalizaba el cuerpo sin ropa de una mujer en la pantalla.
Durante años se mantuvo como dato histórico que el primer desnudo cinematográfico (mas allá de las cintas pornográficas de la época muda) de una película comercial correspondía a Hedy Lamarr, en "Éxtasis" una cinta checoslovaca de 1933, en la que la futura estrella hollywoodiense se bañaba en un lago como dios la trajo al mundo y, mas de cincuenta años antes que Meg Ryan, fingía un orgasmo ante la cámara.
Cartel promocional de "Éxtasis" (1933) |
Pero lo cierto es que Hedy no fue la primera en mostrar sus encantos a 24 fotogramas (o los 18 de la época muda) por segundo. ¿Les suena de algo Audrey Munson?... ¿Audrey quién?... Munson, Audrey Munson... Ni idea, la verdad.
¿No?
Pues les aseguro que es imposible pasear por Nueva York y no cruzarte con ella en forma de estatua, ya que sirvió de modelo para la mayoría de los escultores de las primeras décadas del siglo XX en la metrópoli neoyorquina para sus obras, y que aún pueden admirarse en las calles y edificios de la ciudad.
Estatua con Audrey Munson como modelo en Nueva York |
La historia de Audrey Munson lo tiene todo, por lo que no entiendo cómo es que aún no se ha hecho un biopic sobre ella.
Audrey nació en Nueva York en 1891. Hija de un hogar roto tras el divorcio de sus padres, cuentan que una adivina callejera le vaticinó fama y una vida intensa, pero también un final trágico y en soledad. Esto, naturalmente, forma parte de la leyenda y es imposible de comprobar, pero anda que no sería una buena escena de inicio para ese biopic.
Cuando tenía 15 añitos fue "descubierta" por su belleza, paseando por la calle, por un fotógrafo profesional que la introdujo como modelo de fotografía, pintura y escultura.
Eso pronto la llevó al mundo del cine, debutando en el medio con la película "Inspiration" (1915) en la que interpretaba a una modelo de un escultor, y se mostraba, por primera vez en la historia del cine, completamente desnuda ante la cámara.
"Inspiration" (1915) |
"Inspiration" fue un escándalo, ciertamente, pero los censores de la época, mas razonables que los puritanos que décadas después asolaron Hollywood con su código Hays, no encontraron nada obsceno en aquella joven que posaba desnuda para un artista.
"Tendríamos que prohibir entonces la Venus de Milo, y el David de Miguel Ángel" declararon.
A "Inspiration" (1915) siguieron "Purity" (1916) , "Girl O´Dreams" (1917) y "Heedless Moths" (1921), cintas todas ellas en las que Munson se mostraba desnuda completamente ante la cámara, y que pronto se convertían en éxitos de taquilla, ya que el público masculino acudía en masa a los cines a ver a la que pronto empezó a ser llamada la Venus de América.
Pero, tal y como le había vaticinado la adivina durante su infancia, la tragedia la esperaba tras las luces de neón.
En 1919, tras sus tres primeras películas, Munson regresó a Nueva York y se alojó junto a su madre como inquilinas en la casa del respetado Doctor Walter Wilkins.
Imagínense. Para el tal Wilkins era como si hoy en día tuvieras viviendo en tu casa a Scarlett Johansson o a Angelina Jolie.
Así que el respetado Doctor se enamoró perdidamente de nuestra Audrey y no se le ocurrió otra cosa que deshacerse de su esposa asesinándola para poder iniciar una nueva vida con la Venus de América.
No se sabe a ciencia cierta el grado de implicación de la actriz en el asesinato, pero lo cierto es que Wilkins acabó en la silla eléctrica y Munson huyó a Canadá, donde la policía la interrogó con respecto al crimen.
La actriz quedó libre de cargos, pero ya todo había cambiado. Hizo, sí, una película mas, pero ya la sociedad americana la había condenado como femme fatale, rompehogares y cómplice de un crimen.
Desapareció de las pantallas para siempre, y, tras un intento de suicidio en 1922, cayó en picado, hasta que, en 1931, un juez decretó su internamiento en un manicomio.
Y ya está. Se acabó todo para ella. ¿Saben cuando murió nuestra Venus? En 1996, a los 105 años de edad, en el mismo manicomio donde la habían internado sesenta y cinco años antes.
No le quedó nada. Sus películas, como tantas y tantas de esa época muda, se han perdido para siempre, excepto una copia en mal estado de "Purity"(1916) encontrada hace poco en un almacén en Francia.
"Purity" (1916) |
Ni siquiera le queda el mito, arrebatado injustamente para la historia por Hedy Lamarr, y el anonimato en las esculturas que adornan la ciudad de Nueva York.
¿Que triste no?
Nadie hablará de nosotras cuando estemos muertas. Si al menos le hicieran una película...