miércoles, 1 de junio de 2016

La esperanza está en la tele

   
El otro día fui a buscar al colegio al niño, y por el camino me crucé con un tipo al que no había visto jamás.

-Eh adiós Almodóvar, que saliste el otro día por la tele...-

   Me había visto en el "Bregando Historias" , documental de Nacho Bello que había emitido la TV Canaria esa misma semana.

Después supe que el tipo en cuestión era un limpiacoches que se sacaba unos eurillos en el aparcamiento cercano. O sea, un tipo sin ninguna vinculación con el cine canario, pero que se había tragado el docu por la tele.

   Este domingo, también por la TV Canaria , se emitieron los cortometrajes del catálogo, entre los que estaba nuestro "Nadie".
   Un par de días después me llegó este e-mail desde el ente televisivo.




¿10.000 espectadores?
A los mas que hemos llegado proyectando en salas es a llenar una sala y media del Monopol, o sea, unos 330 espectadores, y la gran mayoría de ellos eran primos, amigos , novias y familiares de los miembros de los equipos de rodaje.

Volvemos a lo mismo.
Si queremos una industria necesitamos un público que pague. El sector del tomate está subvencionado, pero es que luego hay gente que compra tomates. O el subvencionar el sector automovilístico, pero es que hay gente que después compra coches. Subvencionar un cine que nadie va a comprar es tirar el dinero de los contribuyentes.

Si conseguimos que el público consuma nuestro cine, empezaremos a sentar las bases de una industria que nos permita vivir de esto, y para eso necesitamos que el dinero público no se inyecte, como se ha hecho hasta ahora, en la fase de producción, sino en la fase de exhibición.

¿De qué ha servido todos estos años darle 30.000 euros a un tipo para que haga su corto? La mitad de las veces no se le pagaba a nadie, y solo servía para que ese director destacara y se marchara fuera, dejando atrás a la gente que le ayudó y que sigue sin comer de su trabajo.

Y si garantizamos con dinero público unas leyes proteccionistas para nuestras obras, eso sería una normativa común, que beneficiaría a todo el mundillo al mismo tiempo, mientras que seleccionar a tres o cuatro tipos (que siempre eran los mismos por cierto) y darles 30.000 euros a cada uno sólo les favorecía a esos cuatro.

Cuota de pantalla en salas de cine y en parrillas televisivas.
Y se ha demostrado que el público nos vería.
Joder, 10.000 personas nos vieron y eran las 12 de la noche.

   La televisión tiene el poder de re-encauzar los gustos de sus telespectadores.
  Si mañana empezaran una campaña de apoyo al juego de la petanca, y lo promocionaran, y lo emitieran en un horario aceptable, a la gente le empezaría a gustar la petanca.

Hace veinte años la tele emitía clásicos en blanco y negro de Fritz Lang en Prime Time y la gente las veía. No las ponían porque la gente las viera. La gente las veía porque las ponían.

Si hubiera voluntad política podríamos, en un par de años, quizás en una década, empezar a colocar cimientos de una industria cinematográfica en nuestras islas.

Quien mas se acercó fue Iván López con su desgraciadamente desaparecido programa "Objetivo en Corto" en Antena 3 canarias.
Consiguió acercar nuestras obras a unos espectadores más allá de un público endogámico.
Fueron tres temporadas en las que fueron in crescendo en espacio y en audiencia. 
La cuarta temporada hubiera sido la hostia.

Pero bueno. 
   Nos sentaremos a esperar la guagua mientras nuestra TV Canaria sigue emitiendo películas del Oeste de serie B por un tubo.