martes, 1 de diciembre de 2015

Los Días Vacíos (IX). Pensamiento final.


   Ya habíamos dado por finalizado el rodaje. Hace cosa de dos meses ya.
Si hasta hicimos una fiesta de fin de rodaje y todo.

Pero claro, luego miras el montaje final que has hecho, y "sientes" que le falta algo. Algo que no se te había ocurrido antes, pero que ahora sientes que la historia lo demanda.
  Ésa es la versión oficial. La otra es que para ti estar dos meses sin rodar es lo mas parecido a morirse, y casi que te convences a ti mismo de que hay que rodar esa secuencia de mas.

Así que pides un último esfuerzo al equipo.
Me podrían haber mandado a hacer puñetas, y lo hubiera entendido, la verdad, pero no. 
Ahí estaban todos otra vez, a las 9 de la mañana de un domingo, (que ya hay que tener ganas), dispuestos y preparados. Y mi pensamiento fue. "Que cojonudo es esto, no hay nada en el mundo como esto."

Y nos bailamos tres escenas mas.
   Primero en una sala de cine cedida amablemente por Junior Melo, con los personajes viendo "Un día de furia", (película que, por cierto, ninguno de los actores ni equipo técnico había visto. )
   Traveling lateral. Iluminación. Primeros planos intensos. Construir la situación y hacerla creíble. Ver que te ofrecen los actores.
Terminar antes de las once y media de la mañana que a las doce hay sesión de cine.
Y pienso: "Que cojonudo es esto. no hay nada en el mundo como esto. Estaría el resto de mi vida haciendo esto."

   Luego carretera, hasta la playa.
Steady Cam a 60 frames. Los personajes se bañan en la playa. Las gotas del mar salpican a cámara lenta. Pablo corre y salta por la orilla con el estabilizador persiguiendo a Iván, Cathy, Cristina y Ragüel, que juegan y saltan entre las olas, entrando y saliendo de plano.
Y pienso: "Que cojonudo es esto, es que no hay nada como esto, estaría toda mi vida rodando y rodando".

   Nos vamos a casa. Nos duchamos y nos citamos otra vez para las seis y media, en la puerta del karaoke.
No me preguntes como, pero Samuel ha conseguido que nos presten el local para rodar allí.
   Nacho monta el traveling. 
Yo: "Pablo, un 85". Tres palabras y Pablo ya sabe lo que le voy a pedir en esta escena.
Iluminamos.
Cathy y Cristina cantan (sufriendo, la verdad) una de Sabina.
Improviso. Meto a Ragüel en plano. Se me acaba de ocurrir, porque la verdad es que no lo tenía planificado.
Tiramos el contraplano.
En mi cabeza planifico el montaje. "Esto editado en paralelo, montaje quebrado, karaoke-playa-cine-playa-cine- karaoke, con una canción de Ángel Ravelo de fondo, y se caga la perra".

Recogemos equipo, enrollamos cables.
Se acabó. Esta vez sí que sí.

Y pienso. "Que cojonudo es esto, no hay nada como esto... pero vamos, que si me pagaran por hacerlo ya sería la hostia"...