sábado, 8 de marzo de 2014

El Gurú

   
   Antes era distinto. Tenías que rodar un corto por lo menos, que no era moco de pavo, la verdad, cuando el celuloide mandaba.
   Pero claro, como eran tres o cuatro solamente los que podían rodar, si lo conseguías, te llamaban de aquí y allá, y entonces sólo tenías que ser un poco listo, y lamer un par de ojetes y ya estaba la cosa hecha. Puestito en ésta o aquella administración en el "área de cultura".

   Algunos de esos nombres de entonces tenían muchísimo menos talento que alguno de los que hoy, por la masificación de la revolución digital, no terminan de destacar oficialmente.

   Hoy la estrategia es otra.
Ruédate un par de cortos, cuánto menos sentido tengan mejor, pero revístelos de cierto aura profunda.
Hazte amiguito de éste o áquel director de festival y consigue que te metan tu trabajo siempre en todas las ediciones, y luego, quizás lo mas dificil (o no, quién sabe) busca un par de súcubos que se dediquen a repetir hasta la saciedad lo bueno, lo distinto, lo maravillosamente creativo, la polla en salsa que tú eres.

   Entonces tu nombre sonará aquí y allá, y ningún comité se atreverá a dejarte fuera de las selecciones. Infiltra un par de adláteres, o haz que tu amiguito director del festival se encargue de ese trabajo, en los jurados y gana un par de festivales.

   No es dificil. Eres un bluff en toda regla, pero si logras convencer al mundo de lo contrario, automáticamente serás lo contrario.
   No sé si fue Napoleón o uno de esos el que dijo: "Da igual que pierdas la batalla, actúa como si la hubieras ganado, y entonces, la habrás ganado".

   Hay un montón de sectas cinematográficas ahí en plan The Following esperando a su gurú de turno, dispuestos a encumbrar a la decimoquinta potencia cualquier cosa que éste haga, y calificarlo de obra maestra sea lo que sea.
Faltaría mas.
   Al final, a lo 1984, nadie no sólo no se atreverá a decir que es un truño lo que has hecho, sino que encima se convencerán de que es una obra maestra.

   Y que nadie diga nada, que ahí está la policía del pensamiento para decir que eres un celoso, un picao o no sé qué pollas...

   Ya te digo que no es dificil, simplemente hay que no tener principios...

   Anda y que les den a todos por Detroit...