miércoles, 13 de abril de 2022

Relevo generacional en San Rafael en Corto

  


En estos tiempo en los que todo el mundo, (al menos aquí en Gran Canaria), está que no mea con el rodaje de Jennifer López en nuestra ciudad...

Ya seben, que si JLo parriba que si JLo pabajo, que si cortan la calle Bravo Murillo por el rodaje de JLo, que si JLo patatín, que si JLo patatán... fuerte cruz...

Bueno. Pues eso. Que en estos días de superproducciones hollywoodienses, el Teatro Guiniguada tuvo a bien ofrecernos hace unas semanas una proyección con el palmarés del Festival de San Rafael en Corto.

Me acerqué al templo sagrado de la cultura institucional más que nada para ver una sesión de cortos en pantalla grande, cosa que se está poniendo cada vez más difícil, pero también porque en el programa vi un montón de nombres nuevos, de gente que empieza, la generación del reemplazo más allá de los cuatro nombres de los dinosaurios de siempre.

Para eso ya tenemos el festival de Las Palmas... para repetir los mismos nombres de muñeca vieja desde hace más de una década, digo, y cerrarle el paso a la gente nueva con las ilusiones aún intactas.

La tarde estaba fría cuando llegamos a la puerta del Guiniguada. Pocas caras conocidas, lo cuál fue un alivio para un antisocial como yo.

El público no llegaba ni a 40 personas, no sé si por el pelete que hacía, o por la falta de promoción del acto, o porque en el fondo a nadie le importa una mierda esto del cine canario más allá de los cuatro pelagatos que nos dedicamos a esto.

La noche empezó con un discurso un poco extraño por parte de una miembro de la organización del evento. Algo sobre un circuito alternativo para los cineastas canarios que no suelen estar dentro del otro circuito, el ¿oficial? . No lo entendí muy bien , la verdad.

Bueno. 

La normativa de San Rafael de los seis minutos máximos de duración provocó que la gran mayoría de trabajos vinieran marcados por la etiqueta de cine express, con el cartelito de Santa Brígida o del festivalito en los créditos iniciales.

Yo siempre he tenido sentimientos encontrados con esto del cine express. Por un lado siempre me había parecido el solteros contra casados del cine, usando un (desafortunado) símil futbolístico.

Lemas que limitan (aunque nunca se cumplen) el mensaje, duraciones que lastran la narrativa, y un saturado volumen de producciones de las cuáles casi nunca se salvan mas de dos o tres entre trescientos.

Sin embargo, solo por esos dos o tres que se salvan merece la pena todo este tinglado. 

En el palmarés de San Rafael pude ver cosas muy interesantes y destacables, como  "Desalmado" de Ado Santana, una divertida y más profunda de lo que aparenta comedia de vampiros, o "Hydra" de Idir de Luca y Laura Jiménez, una interesante paradoja sobre el espacio tiempo con una sencilla y efectiva puesta en escena.

"Samuel" de Carlos Alberto Mejías, una reflexión sobre el mundo LGTB muy potente visualmente, y "En Blanco" de Iris Carballo, una brillante y existencialista propuesta que, para el que les escribe, fue lo mejor de la noche.

Salí contento de la sala. No sé si por lo que había visto, o por la vuelta a la sala grande después de la sequía de cine canario provocada por la pandemia, por el cierre del Monopol, y por el hastío de los años.

Lo que queda claro es que hay una nueva generación que viene con muchas ideas frescas y ganas de contar cosas, de hablarnos de sus historias, de transmitirnos sus ideas y sentimientos. 

Un nuevo reemplazo que ojalá empiece pronto a asumir el protagonismo en este panorama desolador, a sustituir a una vieja generación anquilosada, anclada, que ya aburre, entre los que me incluyo.