lunes, 11 de enero de 2021

Filming Cyrano. Una última locura en el año de la plaga.


 

   El año 2020 iba a terminar, y yo ya había conseguido quitarme la espinita rodando al menos un cortometraje, "Sinfonía Callejera".

Se había truncado cualquier plan durante la pandemia y el confinamiento, pero con "Sinfonía..." yo daba el año por salvado, y quedaba a la espera de ver lo que nos traían los Reyes para este 2021.

Pero lo que son las cosas de la vida, justo a finales de Diciembre, contacta conmigo el actor José Tabares para empujarme a rodar otra cosita de esas "rápidas de las tuyas, de una sola jornada, con pocos actores".

Él tenía la localización, un pub de un familiar suyo que iban a traspasar en breve,  que ya había sido escenario de algunos rodajes, y no quería despedirse del local sin un último cortometraje.

Yo no tenía guión, ni proyecto, ni tiempo material para levantar nada con tanta brevedad. Lo lógico hubiera sido no hacerlo, pero yo soy una chica fácil, vamos, que con poco voy.

Así que me dije "Venga a ver si se me ocurre algo". Eso fue un Lunes a las 10 de la noche. El martes a las 12 ya estaba yo mandándole el guión.

Y montamos un pifostio de la nada, que es una de las cosas mas bonitas de hacer cine así. Donde 24 horas antes no había nada, de pronto ya existían unos personajes, unas emociones, un mensaje. Y lo mejor es que el cineasta construye todo eso sin destruir nada.

Hacía unos días que me había puesto en mi viejo DVD el Cyrano de Depardieu, que es una de las obras que más me había entusiasmado desde mi adolescencia, y se me ocurrió hacer mi propia versión, modernizada y adaptada.

Antiguos intèrpretes de un Cyrano lejano se encuentran en un pub 14 años después de haberla interpretado. La vida de cada uno ha tomado rumbos diferentes. El encuentro trae nostalgias y conflictos. Hala, Venga, pues ya está, vamos a rodarla.

Además de Tabares, con quien era la primera vez que trabajaba, tiré de mi propia galería, y avisé a Yazmina Guerra, que estaba de vacaciones en la Isla, para hacer nuestra cuarta película juntos, y a Borja Texeira, de quien creo que no necesito explicar nuestra relación profesional que se acerca ya a los 17 años de colaboración.



 

Movilicé a todo un equipo de rodaje que se apuntaron a acompañarnos en esta locura. Paco Perdomo, quien no se pierde un rodaje mio si mi madre nos hace esa empanada para el catering.

Bárbara Aguilera, otra entusiasta sin miedo a hacer cine leve, Esteban Calderín, un enamorado de la imagen captada, y Javier Ríos, con quien yo había coincidido en algunos rodajes y que siempre me comentaba que quería apuntarse a algún proyecto mio. conformaron el equipo de Fotografía y cámara.



 

Fuímos de sobraos y rodamos con tres cámaras simultáneas. Eso nos permitió rodar en apenas 5 horas lo que hubiéramos tradado 10 en rodar. Esquema de tiros de cámara, los planos cortos y el plano general al mismo tiempo. Sí, se puede hacer. Claro que cuando los actores se mueven, se levantan etc etc hay que afinar mucho.

Rhoderick Calogero se encargó del sonido, y claro, ante el reto de rodar con tres cámaras, había que solventar la captación de audio con al menos dos pértigas y quizás algún inalámbrico. Así que se trajo a Gaby Melgarejo para hacerlo posible. 


 

Para el maquillaje llamé a Elisa Moretti, que ya había trabajado conmigo en "El Zoo de papel". Elisa es quizás la más entusiasta de esta lista. Se apuntó aplaudiendo. Desglosó el diseño de maquillaje para cada personaje, e incluso ella misma iba a interpretar a la camarera del pub. Pero a última hora no consiguió librar en el restaurante donde trabaja. (¿Cómo? ¿Que los profesionales del cine canario tienen que trabajar en otros oficios que no son lo suyo ni tienen nada que ver con el cine para poder comer todos los días? ¡Me quedo picueto, oiga!).

Así que Elisa, con toda la pena de su corazón, contactó con Argi M. Rodríguez, una compañera del Instituto de Cine para que la cubriera en su labor de maquillaje, y con Cynthia Centol, una amiga suya actriz, para que hiciera el papel de camarera. Maravillosas ambas en su labor.


 

No suelo trabajar con ayudante de dirección, suelo hacerlo yo mismo, pero en esta ocasión me llevé a la joven Julia Menéndez para que fuera cogiendo rodajes para cuando yo me muera. Una joven de 17 años que quiere empezar en esto del cine, en vez de estudiar empresariales o carpintería metálica que es lo que debimos hacer todos nosotros hace 20 años.


 

Mi hermano Sergio se apuntó tambien, por supuesto, haciendo de todo, como siempre. Foto Fija, Producción, Video Assist. Todas aquellas labores que se quedan sin dueño en un rodaje leve, las solemos cubrir con Sergio.

Y por último necesitábamos extras, figuración para llenar el pub. Julia llamó a sus amigos, y Elisa convocó a sus compañeros del Instituto de Cine. Yo no sé como lo hicieron ni de donde salieron, pero en un momento me giré y vi el set lleno de gente.

Miré a mi alrededor y pensé: "Hace apenas una semana nada de esto existía. Y ahora hay aquí 20 personas materializando una parida que salió de mi cabeza ¿Por qué?"



 

Supongo que no hay respuesta. O hay demasiadas y por eso no la encontramos.

Pero bueno, al final, ahi está. "Playing Cyrano". Mi película número 27. Rodar dos cortos en el Año de la Plaga es toda una hazaña. 

¿Qué? ¿Que no hay donde proyectar? ¿Que con los aforos reducidos y las medidas de seguridad es absurdo plantear un estreno? ¿Y qué?

 

 

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