martes, 13 de mayo de 2025

Simplemente maravilloso.

 



Yo había estado todo el mes anterior rodando uno de esos proyectos vampiros. Esos rodajes que te chupan la energía y te secuestran las ganas de vivir, pero que, seamos honestos,  te permiten hacer la compra en Mercadona, pagar la luz y el agua, e incluso irte de viaje a París o Londres con los tuyos.

Trabajos muy bien remunerados pero que en lo creativo te dejan un poco como mirando a la pared pensando si no te hubiera valido más la pena aprender a poner azulejos o reparar tuberías que haberte dedicado a esto del cine.

Pero este sábado pasado tuve una de esas compensaciones que la vida te da siempre que te ha quitado algo antes. (O casi siempre).

Estuvimos rodando un cortometraje en el Instituto Tomás Morales de la capital grancanaria con un maravilloso grupo de alumnos que, según tengo entendido, pertenecen a la clase de los inadaptados, los que las suspenden todas, los que repiten cursos unos tras otros.

En cumplimiento de una promesa que les hice la ultima vez que estuve allí, esa mañana de sábado estaba yo alli a las ocho y media de la mañana pertrechado con una cámara, un micrófono y un par de luces, dispuesto a materializar un pequeño guion que entre todos habíamos pergeñado.

Una idea sencilla que yo les había enviado a través de su profesor en forma de borrador y los mismos alumnos se encargaron de desarrollar.



Hicimos un trabajo muy muy digno, más teniendo en cuenta que ninguno de esos chicos había estado jamás en un rodaje profesional, pero aunque no hubiera sido así, aunque hubiéramos rodado el peor cortometraje de la historia, no tendría importancia.

Porque lo del sábado iba de otra cosa, al menos para mi.

Iba de volver a ver unas ganas y una ilusión por hacer cine que hacía mucho tiempo que no veía. Iba de ver como unos alumnos que siempre llegan tarde por las mañanas a clase, estaban todos allí un sábado por la mañana esperando a que nos abrieran las puertas del instituto.

E iba también, aunque no lo crean, de reencontrame con mi yo de hace cuarenta años.

Porque yo fuí uno esos alumnos inadaptados. Yo fui uno de esos que repetí todos los cursos que se podían repetir. Yo con 15 años estaba más perdido que el barco del arroz y nadie daba un duro por mi.

Y me hubiera encantado que alguien viniera a mi instituto en aquellos años 80, y hacer un cortometraje y haber encontrado mi camino en el audiovisual mucho antes. Quizás me hubiera ahorrado veinte años trabajando de camarero en una precariedad que asusta cuando miras atrás.

Porque sí. Porque yo pude detectar en un solo día a un par de joyitas entre esos alumnos, con un potencial brutal para dedicarse al audiovisual y ganarse la vida sobradamente en el sector. 

Y mi pregunta es: ¿lo que yo descubrí en ellos en apenas unas horas rodando juntos, no ha sido capaz el sistema educativo de detectarlo en seis años de colegio y otros más de instituto?

¿Para qué sirve entonces nuestro sistema educativo? ¿Para que si con 15 años no tienes las hormonas en su sitio como para recordar fechas históricas, entender los putos polinomios o hacer análisis sintácticos, te releguen a clases apartheid de inadaptados? ¿Y que eso determine el resto de tu vida le importa a alguien?

El sistema educativo debería detectar el potencial de cada alumno para que, después,  como individuos adultos aportemos lo mejor de nosotros mismos a la sociedad. 

Pero no es así, y mira, con el de hoy ya van más veinte mil días que no he tenido que usar el mínimo común múltiplo para nada en mi trabajo.

Y por último, aprovechando que nadie lee este blog, les voy a contar un secreto.

Muchos de nosotros, los inadaptados, los repetidores, los del "nunca vas a llegar a nada" de la época del instituto, acabamos en la vida adulta haciendo cosas maravillosas.

Ojo. Cosas maravillosas. No cosas importantes; solo maravillosas.

Quizás no fuimos médicos, ni directores de banco, pero hicimos algo que nadie más hizo. Contamos una historia al público y esa historia que contamos es única. Nadie más la contó igual ni con las mismas palabras. 

Y eso es simplemente maravilloso.



jueves, 20 de marzo de 2025

Una mañana de teatro en el Tomás Morales

 



Hoy tuve el placer de asistir, en calidad de invitado, a la representación de varias pequeñas obras de teatro materializadas por los alumnos del Instituto Tomás Morales de la capital grancanaria.

¿Qué decirles? Para mi ha sido uno de esos días en los que te reconcilias con la humanidad, ya que todo el que me conozca sabe que cada vez soy más antisocial y cada vez me cuesta más salir al abismo monstruoso que hay más allá de la puerta de mi casa.

Sin embargo, allí estaba yo esta mañana, sentado en la primera fila de un pequeño aula de instituto.

¿Y por qué digo que estas cosas me reconcilian con el mundo? Porque no hay nadie en este planeta que me pueda convencer de que lo que yo pude ver hoy carece de valor.

Sí, tres obritas de instituto. Sí, obras amateurs hechas por estudiantes. Cierto... 

Pero ¿Y la pasión y la ilusión? ¿Es que acaso eso no tiene valor? Me atrevería a decir que es lo que más valor tiene en este mundo, cada vez más deshumanizado. Y de eso, de  ilusión y pasión por lo que estaban haciendo, los alumnos de esta mañana iban sobrados. Ojalá pudiera ver lo mismo en los ojos de muchos profesionales con los que he trabajado.

Además pude detectar a verdaderos diamantes en bruto, algunos con un potencial impresionante que sería una pena que no se desarrollara artísticamente. Para eso debería estar el sistema educativo, creo yo, Para detectar cuál es el potencial de cada alumno  y redirigirlo en esa dirección. 

Ojalá en mi época de estudiante hubiera existido algo así. O al menos algún profesor como los que vi hoy, apasionados por encauzar a sus pupilos hacia alli donde puedan destacar y desarrollarse.

Estoy convencido de que entre los alumnos de hoy podría estar la próxima Carla Simón o el siguiente Alejandro Amenábar. Sólo hay que hacerles ver de lo que son capaces.

Y bueno, sobre el amateurismo ese que hablábamos antes... ¿Qué es ser amateur? Amateur no es sinónimo de "malo", sino de que no se cobra por ello. He visto cortos amateurs mucho más interesantes que cualquier superporducción de Hollywood.

Así que ahí, de repente, de forma visceral me salió ofrecerme para darles un curso de cine, para que hagamos un corto, que cuenten conmigo... y todo gratis.

Sí, gratis, porque algunas cosas no se pagan con dinero. 

Uno de esos cursos que algunos de mis colegas directores cobran a 3.000 pavos sin ruborizarse, yo estoy dispuesto a hacerlo sin cobrar. Porque creo en que la siguiente generación debe ser mejor siempre que la anterior, y ayudar a alguno de esos diamantes en bruto a encontrar su camino para mi no se paga con nada.

Me quedo con las caras de ilusión de los alumnos cuando les planteé el curso.

 Eso sólo ya vale más que cualquier otra recompensa.


viernes, 7 de marzo de 2025

Paisajes del Alma. Preguntas con respuesta.

 

Eduardo García Rojas y Sergio Morales


Esta noche se presentaba en la Biblioteca Insular de la capital grancanaria el esperado libro "Paisajes del Alma. Canarias, cine e identidad" del periodista tinerfeño Eduardo García Rojas.

García Rojas, cinéfilo de pro y responsable de ese siempre necesario e indispensable blog que es El Escobillón, nos entrevistó a una veintena de nosotros, directores canarios de cine (¿o directores de cine canario? ¿quién sabe?) , entrevistas que conforman, junto con algunas críticas cinematográficas, este interesantísimo volumen.

Y es que en ""Paisajes de Alma" puede que no estemos todos, pero si hay de todo. Desde directores que viven dentro de la industria fuera de nuestras fronteras, pasando por veteranos que no nos hemos querido alinear con nadie, como gente joven que empieza en esto del cine.

De esta guisa, la lectura del libro se vuelve apasionante, ya que a veces veo como puedo coincidir en mis respuestas con personas a las que yo situaba en el extremo opuesto ideológico, y diferir sin embargo con gente más cercana a mi.

Si pueden, hagánse con un ejemplar porque vale la pena.



Sobre el acto de esta noche, la presentación del libro, solo decir que estuvo bien interesante. Presentación del acto a cargo de Sergio Morales, coordinador de proyectos audiovisuales del Servicio de Cultura, y estuvieron acompañando a Eduardo el cineasta Elio Quiroga y el historiador y periodista Francisco Pomares.

 Curiosamente me dio por calcular la media de edad de los asistentes, que fuimos unos 70 o algo así, y solo había una persona menor de 40 años allí. Quizás sí es país para viejos.

Hablamos de lo humano y lo divino. De la revolución digital de principios de este siglo, del cine en celuloide de los 80 y 90...

Ya digo. Estuvo muy bien, aunque sinceramente eché en falta que habláramos menos de dinero y más de arte, ya que creo que la intención narrativa del libro de Eduardo, si bien toca por supuesto el tema industria, se decanta más hacia las miradas artísticas de cada uno de nosotros.

Siguiendo este razonamiento, si leen la pregunta inicial que es común a todos nosotros, esa de "¿Cómo te dio por hacer cine?", nadie responde : "Para ganar dinero". 

Todos hablámos con nostalgia de nuestra infancia, de cómo nuestro padre nos sentaba a ver una película en su regazo, de cómo nuestras abuelas nos llevaron al cine o de cómo la llegada de una cámara de super8 o de Hi8 a la familia nos despertó el gusanillo.

Supongo que lo de la industria, lo de los dineros, vino después, cuando empezamos a profesionalizarnos, los que lo hicimos. Y digo los que lo hicimos porque una mirada un poco más extensa nos haría ver a todos aquellos que eligieron, feliz y voluntariamente, permanecer en el amateurismo, sin que se sientieran frustrados por ello, incluso lo contrario. Se sienten a salvo de los tontos por ciento del cuento del Bussines (que diria Sabina). Y también una mirada triste a todos aquellos que abandonaron por el camino, los que tenían un talento brutal, pero luego les faltó contactos al tiempo que le nacían hijos y responsabilidades.

Mira, Eduardo, esa no es mala para otro libro. "Los que abandonaron". Te regalo la idea.





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jueves, 16 de enero de 2025

Si tienes una idea, ruédala.

 A principios de este siglo, sería más o menos por el 2001 o algo así, rodé un cortometraje que se titulaba "La Ira de Dios".

Se rodó en VHS, con un micro de ordenador en un palo de fregona a modo de pértiga e iluminado con un foco de jardín. La verdad es que me da grima verlo hoy en día, pero la idea era buena.

Trataba sobre dos testigos de Jehová que tocaban en la puerta equivocada. Les abría un peligroso psicópata religioso y aquello acababa en un baño de sangre.

Hace poco pensé en que estaría bien acercarme a esa idea otra vez y hacerla de nuevo pero con los medios modernos que ahora tenemos a nuestro alcance. 

Pero de repente me encuentro en la cartelera con una película de Hugh Grant que se llama "Heretic" y que trata de dos mormonas que tocan en la puerta equivocada y les abre un peligroso psicópata religioso.

No la he visto, pero vamos, que solo la sinopsis y el trailer ya me jodió el tema.

"Heretic"-  2024- Scott Beck / Bryan Woods

"La Ira de Dios"- 2001- Daniel León Lacave


En 2019 escribí un guion que se llamó "Madre(s)". Trataba sobre una mujer pobre que vendía su bebé aún no nacido a una mujer rica, y que después de montón de movidas, pues ellas dos se enrollaban entre ellas y las dos eran madres del mismo bebé. 

Ese guion de 2019 se intentó rodar en 2020, y aunque nos dieron las pasta en las ayudas provisionales y empezamos a rodar el corto, después en la resolución definitiva nos retiraron la ayuda. Tuvimos que esperar a la siguiente convocatoria para finalmente poder rodar el corto en 2021.

Pues ese mismo año 2021 Almodóvar sacó su " Madres paralelas", un largo mucho más complejo pero donde subyace la misma idea de las dos madres que se enrollan. Incluso una es camarera y se encuentran casualmente en la cafetería, como en nuestro corto.

De hecho, nuestra "Madre(s)" ganó el premio al mejor corto canario en el Festival de lanzarote en 2022, y tuve que escuchar cosas como "Sí, está muy bien, pero recuerda a la de Almodóvar". Yo respondí que si nos hubieran dado la ayuda la primera vez, ahora estarían hablando que la de Almodóvar recordaba a la mía. 

Claro que vete tú, pobre diablo de Escaleritas, a competir con Almodóvar...

"Madres paralelas" - 2021- Pedro Almodóvar

"Madre(s)"- 2021- Daniel León Lacave



Bueno. 

Me ha pasado más veces. También cuando salió el Cisne Negro en 2010 yo tenía un corto parecido en preparación y tuve que desistir.

¿A qué viene todo esto?

A que las ideas valen oro. De hecho es lo más valioso del proceso creativo. Sin eso no hay nada de lo que vendrá después.

Así que si tienes una idea cojonuda, hazla. Hazla ya, ruédala, con lo que tengas.

No esperes. No esperes por las ayudas ni por las subvenciones ni por nada. Si lo vas a confiar todo al criterio de un comité de"expertos" que normalmente saben de cine y de arte lo mismo que tú de piragüismo, ya te puedes morir sin rodar una mierda, a menos que te "ajuntes" con los popes de las dos o tres productoras que tienen la tarta ya repartida antes de salir del horno.

Ese comité de expertos solo entiende de baremos, de puntuaciones, de criterios de paridad y chorradas de esas que poco tienen que ver con el talento o la creatividad artística.

Así que hazme caso. 

Si tienes una idea, ruédala lo antes posible. 

O si no, vete al cine a ver "Heretic" a ver que hicieron con tu idea.


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